Si el mayor de los planetas del Sistema Solar fuera una estrella, sus 4 grandes lunas conformaría su propio sistema planetario. Y esto último es literalmente, porque todas ellas tiene tamaños que les darían actualmente el estatus de planeta en caso de orbitar el Sol y no Júpiter. Especialmente la mayor de todas ellas, apenas algo más pequeña que Marte, el único satélite con su propio campo magnético y posiblemente con su propio océano de agua interno, no tan famoso como el de Europa pero potencialmente igual de prometedor. No es extraño que sea Ganímedes el objetivo de exploración de la futura sonda JUICE, que deberá partir en 2022.
Regresaremos a ella después del fugaz paso de las Voyager y la sonda orbital Galileo, aunque para ello aún deberemos esperar hasta principios de la próxima década. Toca paciencia, y que mejor para ello que aprovechar la presencia en el sistema joviano de la sonda JUNO, cuya misión fue ampliada, para que nos de un pequeño adelanto.
Fue este pasado 7 de Junio cuando JUNO realizó una aproximación extrema a Ganimedes, a poco más de 1.000 kilómetros por encima de la superficie. Aunque el sistema óptico de la sonda en muy limitado, ya que no era el tomar fotografías su meta principal cuando se la diseñó para estudiar el interior de Júpiter, al acercarse tanto debería ser capaz de lograr una resolución impresionante. Y las primeras recibidas, que permiten observar detalles de hasta solo 600 metros, indican que no era una presunción equivocada.
En los próximos días deberían llegar más, así como datos científicos, como el del experimento con ondas de radio para explorar la ionosfera de esta luna, así como saber la densidad de partículas cargadas que la rodean. Todo un éxito para una sonda alimentada por energía solar tan lejos del Sol y que jamás se imaginó que la veríamos haciendo algo tan opuesto a sus objetivos iniciales como explorar las lunas jovianas.
JUNO, una sonda que está llegando mucho más allá de lo que se diseñó inicialmente.