martes, febrero 27, 2018

Enanas furiosas

 
ALMA detecta intensas llamaradas en Próxima Centauri.

Las enanas rojas son las estrellas más pequeñas y frías que existen, apenas con masa suficiente como para mantener las reacciones de fusión en sus núcleos. Pero al mismo tiempo son capaces de tener tremendos "ataques de furia", de desencadenar enormes llamaras, en comparación a las cuales las del Sol (por suerte para nosotros) son poca cosa. Es una curiosa combinación entre debilidad general y fuerza puntual. Curiosa y al mismo tiempo potencialmente letal, ya que cualquier sistema planetario que exista en torno a ellas vive siempre bajo la mortal amenazada de una llamarada que arrase sus superficies, cortando de raíz cualquier opción de mantener condiciones adecuadas para la vida.

Posiblemente esta es la dura historia de Próxima b, el exoplaneta situado más cerca de la Tierra. Seguramente ya ha sufrido en numerosas ocasiones la devastadora furia de su estrella, Proxima Centauri, pero para nosotros, habitantes de un mundo bañado por la luz de un Sol mucho más grande y luminoso, pero paradójicamente mucho más tranquilo, es la primera vez que lo presenciamos. Gracias al observatorio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) hemos tenido la oportunidad de ser testigos de lo que realmente fue un mal día para el pequeño planeta terrestre.

"El 24 de marzo de 2017 no fue un día común para Próxima Centauri", explica Meredith MacGregor, astrónomo del Departamento de Magnetismo Terrestre de la Carnegie Institution for Science, en Washington (D. C.), y parte del equipo responsable de este hallazgo. Y es que ese día de desencadenó una enorme llamarada, 10 veces más brillante que las más grandes producidas por nuestro Sol. Algo que para la pequeña enana roja significó aumentar su brillo 1000 veces durante 10 segundos, precedida de otra más pequeña. En total solo 2 minutos, pero suficientes para llevar la devastación a su entorno.


"Es probable que Próxima b haya recibido intensos golpes de radiación durante esta llamarada", explica MacGregor, y agrega que ya se sabía que Próxima Centauri experimentaba regularmente llamaradas de rayos X, aunque más pequeñas."Durante los miles de millones de años que transcurrieron desde que se formó Próxima b, estas pudieron haber evaporado cualquier atmósfera u océano y esterilizado la superficie, lo cual significa que las condiciones de habitabilidad pueden depender de más factores que la simple distancia entre el planeta y su estrella y la presencia de agua líquida".

A no ser que Próxima b disponga de una densa atmósfera y un potente campo magnético resulta improbable que haya podido generar condiciones habitable. Cualquier movimiento en esa dirección posiblemente fue abortada desde los mismos inicios por su pequeño y violento Sol. Los sueños de un mundo habitable a las puertas de casa quizás son solo eso, y nuestra búsqueda deberá mirar hacia metas más lejanas.

El brillo de Próxima Centauri observado por ALMA durante los dos minutos que duró el evento del 24 de marzo de 2017. La gran erupción estelar se muestra en rojo, con una erupción más pequeña en naranja. En el punto más alto la estrella aumentó su brillo en mil veces, Las zonas coloreadas por encima y por debajo de la línea representan el margen de incertidumbre. 

Las enanas rojas, pequeñas, casi eternas, muy frías, pero en ocasiones capaces de desatar una furia mucho más devastadora que sus hermanas mayores.

Así son las enanas rojas, pequeñas pero matonas.

ALMA detecta intensas llamaradas en estrella Próxima Centauri

lunes, febrero 26, 2018

Un recuerdo que se desvanece

Observando las huellas de la Mars Phoenix una década después.

El tiempo es implacable, nada escapa a su inexorable paso, incluso en aquellos lugares que parecen casi estar situados más allá de su influencia. Marte podría dar la sensación de ser uno de estas islas eternas, pero nada más lejos de la realidad, aunque ahí, en un mundo sin placas tectónicas que renueven la superficie, grandes masas de agua o copiosas lluvias que la modifiquen ni una desbordada actividad biológica que "devore" todo rastro del pasado, todo sucede a otro ritmo. Pero sucede, y a su estilo, va borrando las huellas del ayer.

La Mars Phoenix aterrizó con éxito cerca de la zona polar norte del planeta rojo. Fue una misión de corta duración, cuyo destino estaba sellado desde el momento en que dependía de la energía solar para su funcionamiento, ya que en latitudes tan septentrionales la llegada del Invierno implicaba la de una permanente oscuridad. Fue una carrera contrareloj, donde hubo contratiempos, pero que al final completó sus objetivos y que nos dio alguna de las imágenes más icónicas de la historia de la exploración marciana, como aquellas que mostraba hielo que había quedado al descubierto por los impulsores de la nave durante los últimos segundos del aterrizaje. Y después llegó el silencio eterno.

Desde esos días finales hasta la actualidad hemos visitado periódicamente el lugar de la mano de la Mars Reconnaissance Orbiter. Gracias a ello hemos podido observar los cambios que se han ido produciendo tanto sobre la ya silenciosa sonda como por sus restos y huellas, no solo por simple curiosidad, sino porque ofrecen una valiosa información de los patrones climáticos de esa zona del planeta, datos de los vientos y el polvo por ellos transportados, delatados por sus efecto sobre objetivos de los que conocemos perfectamente su tamaño y composición. Auténticos observatorios meteorológicos improvisados, si se quiere ver así.

Pero también para observar como, poco a poco, pero de forma implacable, Marte va borrando su existencia. Cuando se tomaron las imágenes más recientes, el pasado 21 de Diciembre de 2017, las oscuras manchas creadas por el aterrizaje de la Mars Phoenix, así como por el impacto de su escudo delantero y el del trasero, aún anclado a su paracaídas, han desaparecido casi por completo, así como estos dos últimos, cubiertos por el polvo. Incluso la sonda, aunque aún en pie, apenas se distingue ya demasiado del entorno.

Si no fuera porque sabemos que está ahí pasarían inadvertidas, y nunca seríamos conscientes de lo que allí ocurrio. Solo quedarían las imágenes para recordar. La impacable mano del tiempo se habría cobrado su tributo definitivo.

Tributo a la Mars Phoenix.

Alguna de las imágenes más incónicas de la misión Mars Phoenix: Hielo al descubierto por los impulsores de la sonda, hielo descubierto por su pala excabadora y que se sublima al quedar al descubierto y la intrigante posibilidad de que exista agua líquida. 

Nearly a Decade After Mars Phoenix Landed, Another Look

domingo, febrero 25, 2018

Post Vintage (259): La balada de las fugitivas

Spitzer y WISE nos revelan las ondas de choque generadas por las estrellas más rápidas de nuestra galaxia.

Se las conoce como "runaway", cuerpos estelares que me desplazan mucho más rápido que el resto de las habitantes galácticas, tanto que en muchos casos está ya desligadas gravitatoriamente de la Vía Láctea, destinadas a perderse más allá de sus límites, y convertirse finalmente en un punto de luz rodeadas de la oscuridad más absoluta y profunda, la que se extiende entre las galaxias. Aceleradas por el campo gravitatorio de un cúmulo estelar con el que se cruzaron, o miembro de un antiguo sistema binario cuyo compañero desapareció en forma de supernova, impulsando a su desolada compañera a un viaje hacia la eternidad son las explicaciones más probables para lo que no deja de ser un drama celeste, el de una estrella que nos abandona para siempre.

Nuestro Sol de desplaza alrededor del núcleo de la Vía Láctea a un ritmo moderado, hasta el punto de que no está claro si crea un arco de choque a medida que cruza el espacio interestelar. En comparación, una runaway masiva es como un proyectil, que literalmente comprime y caliente el gas que se encuentra por delante de su trayectoria, generando ondas de choque claramente detectables. Este es el caso la enorme Zeta Ophiuchi (o Zeta Oph), 20 veces más masivas que el Sol y que se mueve a 24 kilómetros por segundo en relación con su entorno. Un ejemplo clásico

Spitzer y Wise, que observan el cosmos en infrarrojo, son ideales para detectarlas, ya que el gas interestelar, comprimido por los fuertes vientos solares de estrella fugitiva, se comprimen, calientan y brillan tenuemente en esta parte del espectro. En realidad son tantas las que aparecen en sus imágenes que muchas han permanecido sin descubrirse realmente , perdidas en los enormes archivos acumulados ya por ambos observatorios. Por ello un grupo de astrónomos se sumergió recientemente en ellos, sacando a la luz varios centenares de estrellas fugitivas, aunque también evidencias de que no todas los identificados como arcos de choque lo son en realidad. Algunos se pueden relacionar con simples nubes de polvo estelar o "guarderías estelares", nebulosas donde se están formando nuestras estrellas.

"Estamos utilizando los arcos de choque para encontrar estrellas masivas y / o fugitivas", explicó uno de los participantes en el proyecto, el astrónomo Henry "Chip" Kobulnicky, de la Universidad de Wyoming. "Estas son nuevos laboratorios para su estudio y responder preguntas sobre su destino y evolución".

Otro grupo de investigadores, dirigido por Cintia Peri, del Instituto Argentino de Radioastronomía, también está utilizando los datos de Spitzer y WISE para encontrar nuevos arcos de choque en el espacio, aunque siguiendo el camino opuesto: Primero buscan estrellas que se conoce que se están desplazando a gran velocidad, para luego buscarlos."WISE y Spitzer nos han dado las mejores imágenes de arcos de choque hasta ahora", dijo Peri. "En muchos casos se habían visto muy difuminados,  pero ahora podemos verlos con más detalle, y distinguir algunos nuevos detalles de su estructuras".

Las "fugitivas" nos recuerdan dos realidades. La primera es que las estrellas distan de estar fijas y firmes en sus posiciones actuales, por mucho que solamos llamar "firmamento". Bien al contrario formamos parte de un colosal río estelar en constante fluir, del que nosotros solo vemos un instante a escala temporal cósmica, como los fotogramas aislados de una película, creando una ilusión de inmovilidad es que es solo eso, una ilusión. Y la segunda que es que algunas de ellas, víctimas de las enormes interacciones gravitatorias que tiene lugar en su interior, como gotas de agua expulsadas por una corriente de agua embravecida, son condenadas a un viaje sin retorno hacia la oscuridad y el aislamiento más absoluto.

Ondas de choque brillando en el infrarrojo, vistas por Spitzer y WISE. Muchas de ella son tan tenues que habían permanecido en sus archivos sin descubrirse hasta ahora.

Zeta Ophiuchi es quizás el ejemplo más conocido y espectacular de una runaway, ya que su gran tamaño y su velocidad está generando una onda de choque espectacular en el polvoriento medio en que se encuentra actualmente,

La Estrella de Barnard es un ejemplo cercano, ya que se mueve tan rápido que su cambio de posición es visible en el plano de años y décadas.  A diferencia de Zeta, una estrella muy pequeña, una enana roja mucho menos masiva que el Sol.

WISE y Spitzer, los dos observatorios de infrarrojos orbitales protagonistas de esta historia. 

Runaway Stars Leave Infrared Waves in Space

viernes, febrero 23, 2018

El viajero de las profundidades

Conociendo a InSight, el próximo lanzamiento interplanetario de la NASA.

En menos de 70 días, si no hay aplazamientos (o sería mejor decir más aplazamientos, dado que ya sufrió uno de dos años) la próxima misión marciana de la agencia espacial norteamericana inciará su viaje hacia el planeta rojo. Otra sonda para explorar un mundo donde ya existen ocho trabajando ahora mismo, lo que genera la inevitable pregunta de si realmente es necesaria. La respuesta es evidente: Tiene objetivos muy concretos que están fuera del alcance de cualquier otra misión, lo que ha hace única en más de un aspecto. Es hora de recordar precisamente aquello que la hace tan especial:

- Un viaje interior: La palabra InSight se puede traducir como el hecho de ver la naturaleza interna de algo. Y eso es lo que hará, registrando los "signos vitales" de Marte: Su pulso (sismología), temperatura (flujo de calor) y reflejos (radio ciencia). Será el primer chequeo exhaustivo desde que el planeta se formó hace 4.500 millones de años.

- Conocerse a uno mismo: El equipo espera que, al estudiar el interior profundo de Marte, podamos aprender cómo se forman otros planetas rocosos. Tanto el con la Tierra fueron moldeados a partir del mismo material primordial, hace más de 4 mil millones de años, pero luego su evolución siguió por caminos diferentes.¿Por qué no compartieron el mismo destino?

Cuando se trata de planetas rocosos, solo hemos estudiado uno con gran detalle: La Tierra. Por eso hacer lo propio con Marte dará la oportunidad de hacer una comparación entre diversos escenarios, algo que a día de hoy no es posible. Lo que se aprenda podría incluso ayudar a la búsqueda de exoplanetas similares al nuestro, reduciendo cuáles podrían realmente sustentar la vida 

- Temblores: Un elemento clave en esta misión será la de estudiar los movimientos subterráneos, los terremotos marcianos, algo que no se había hecho desde las Vikings, que estaban dotadas con sismógrafos. Pero mientras en estas últimos se situaban en la parte superior de ambas sondas, ofreciendo por tanto datos bastante distorsionado, el de InSight se colocará directamente sobre la superficie marciana, lo que proporcionará datos mucho más limpios.

Los científicos han encontrado evidencias que sugiere que Marte tiene terremotos. Pero a diferencia terrestres, que en su mayoría son causados ​​por el movimiento de las placas tectónicas, los marcianos deben tener otros orígenes, como vulcanismo o la formación de grietas en la corteza. Cada terremoto será como una luz que ilumine la estructura del interior del planeta, además de impactos de meteoritos. Al estudiar cómo dichas ondas sísmicas pasan a través de las diferentes capas del planeta (la corteza, el manto y el núcleo), los científicos intentarán deducir su estructura y de qué están hechas. Básicamente lo mismo que hacen los geólogos en la Tierra.

- Compañeros interplanetarios: InSight no viajará sola, sino que la seguirán a corta distancia dos pequeños cubesats (MarCO), con el objetivo de retransmitir los datos de la sonda a medida que se adentre en la atmósfera y  tierras marcianas. Asistiremos así a la primera prueba de esta tecnología miniaturizada aplicada a la exploración de otro planeta, que los investigadores esperan poder ofrecer nuevas capacidades para futuras misiones.

- El secreto de las montañas de fuego: Marte es hogar de algunos de los volcanes más grandes del Sistema Solar. El calor que escapa de las profundidades del planeta condujo a la formación, tal como ocurre aún hoy día en La Tierra, y la pregunta es saber hasta que punto ese proceso continúa hoy día. Para responderla InSight incluye una sonda que excavará hasta 5 metros en el suelo marciano con el objetivo de registrar directamente el calor que llega desde el interior del planeta. Al combinar la velocidad en que este fluye hacia el exterior, combinado con con otros datos, se revelará cómo la energía dentro del planeta genera cambios en la superficie. 

- La máquina del tiempo: InSight nos llevará también en un viaje hacia el pasado lejano. Mientras que en la Tierra, y posiblemente también en Venus, sus sistemas tectónico han destruido la mayor parte de la evidencia de su historia temprana, gran parte del planeta rojo ha permanecido estático durante más de 3 mil millones de años. Debido a que Marte tiene un tercio del tamaño del nuestro, contiene menos energía para alimentar dichos procesos de transformación. Eso lo convierte hasta cierto punto en un planeta fósil, con los secretos del pasado encerrados en su interior.

InSight, explorado el oculto corazón del planeta rojo.

La estructura interna de Marte, aunque en buena parte es más una suposición que un hecho comprobado. Precisamente sacarla a la luz es el objetivo de esta misión, que a su vez permitirá conocer mejor como se formaron los mundos rocosos.

InSight en una de sus pruebas más recientes, donde se comprobó el correcto despliegue de sus paneles solares.  

¿Como es el interior del planeta rojo?

Seven Ways Mars InSight is Different

jueves, febrero 22, 2018

Al final de un mar de fuego

ExoMars culmina su aerofrenado.

En Octubre de 2016 terminaba un largo viaje y comenzaba otro, aún más largo en el tiempo y mucho más peligroso. Era necesario para ajustar, sin un gasto inasumible de combustible, su órbita desde la inicial, muy elíptica (98000 x 200 km), hasta la necesaria (circular a unos 400 km por encima) para poder cumplir sus objetivos principales, el estudio de la atmósfera en busca del esquivo metano y determinar su origen, biológico o geológico, y ofrecer cobertura de comunicaciones a vehículos de superficie, especialmente el rover europea que debe llegar en 2020 y que forma la segunda parte de una sola y compleja misión. A ahora, ya a principio de 2018, finalmente las operaciones han culminado.

"Desde Marzo de 2017, hemos estado llevando a cabo una campaña tremendamente delicada de aerofrenado, durante la cual le ordenamos que se sumergiera ligeramente en la atmósfera una vez por revolución, ralentizándola y bajando su órbita", explica el director de vuelo Michel Denis, de la Agencia Espacial Europea (ESA)."Se aprovechó el débil arrastre generado en las alas solares, transformando constantemente la órbita. Ha sido un gran desafío para los equipos de la misión respaldados por la industria europea, pero han realizado un excelente trabajo y hemos alcanzado nuestro objetivo inicial. Durante algunas órbitas, hemos estado a  solo 103 km por encima de Marte, que es increíblemente cerca".

El final de las operaciones de aerofrenado llegó  exactamente a las 17:20 GMT del pasado 20 de Febrero, cuando la ExoMars disparó sus propulsores durante 16 minutos para elevar el punto más cercano al planta hasta unos 200 km, ya fuera de la atmósfera. Aún quedan ajustes orbitales por hacer, para llevarla desde la actual, de 1050 x 200 km, a la definitiva de 400, pero eso lo hará la sonda por si misma, mediante sus fugaces encendidos de sus propulsores, algo que concluirá a mediados de Abril. Pero lo peor de las operaciones, durante los cuales la sonda se movió al filo del abismo. Solo la pericia de sus controladores la han llevado a un feliz desenlace.

Y con ello se aproxima el momento tan esperado por el equipo científico. Los primeros pasos se iniciarán a mediados de Marzo, en que se verificarán  los instrumentos y se realizarán observaciones preliminares para su calibración y validación .Y el 21 de abril, si nada lo retrasa, la ExoMars iniciará su actividad exploradora pleno rendimiento."Ese día la sonda será reorientada para mantener su cámara apuntando hacia abajo y sus espectrómetros hacia el Sol, para así observar la atmósfera de Marte, y finalmente podemos comenzar la tan esperada misión". También por esas fechas se pondrán a prueba sus capacidades para ser un enlace de comunicaciones con los rovers de superficie, utilizando a Opportunity y Curiosity.

El largo viaje de la ExoMars, en la que bordeó el filo del abismo, finalmente alcanzó su meta soñada. Se aproxima la esperada hora en que podrá demostrar su valía.

El fin del viaje, el principio del viaje.

El largo proceso de frenado, iniciado a principios de 2017, sacando partido del rozamiento de la atmósfera para ajustando su órbita sin gastar el preciado combustible.

Surfing complete

miércoles, febrero 21, 2018

El renacuajo marciano

Visitando uno de los cráteres más curiosos del planeta rojo.

Marte puede parecer, visto de forma global, como un mundo hasta cierto punto parecido a nuestra Luna. Es decir, con sus elementos característicos, como los grandes volcanes de Tharsis y los polos, pero en general aburrido y monotemático en el resto de su superficie. Incluso parte de ella esta cubierta de cráteres, lo que refuerza esa impresión. La Mariner 4, que fue la primera sonda en aproximarse a este planeta, tuvo la mala suerte de sobrevolar precisamente una de esas regiones antiguas y con aires lunares, transmitiendo una falsa sensación de que no había mucho más que ver, afortunadamente sobrepasada por aquellas que la siguieron.

La realidad es que, incluso con 6 sondas en órbita, existen tantos detalles, tantas curiosidades y tantas señales de que las cosas no fueron siempre como son ahora, que al conocerlas uno aprecia hasta que punto siguen siendo necesarias nuevas misiones. Pensar que con ellas es suficiente es como pensar que podríamos conocer absolutamente todo de un mundo con complejo como el nuestro con solo 6 satélites de observación. Nos darían una imagen global, muchos aspectos concretos, pero se nos seguirán escapando muchos detalles llenos de información. Hay que seguir explorando.

El cráter "renacuajo" es un ejemplo de lo mucho que tiene que ofrecer el planeta rojo, de lo que se esconden detrás de un mundo igualmente complejo. En tiempos pasados, en épocas más húmedas, todo indica que en su interior se acumulaba el agua en mayor o menor medida, y cuando su nivel se elevaba más allá de cierto punto, salía a través de un canal tallado por ella misma. Es la "cola" que vemos salir de el y que desguaza en la llanura que lo rodea. No hay duda sobre la dirección de la corriente, ya que la misma topografía nos indica hacia donde esta fluyó realmente.

Hay infinitos detalles como este repartidos por todo Marte. Nunca hay que olvidar que su superficie es equivalente a todas las tierras emergídas de nuestro planeta, por lo que el terreno que explorar en inmenso. Por eso en necesario seguir adelante, con sondas en órbita, con vehículos en superficie y en un futuro, como los exploradores de antaño, por personas que caminen por ella. Las sorpresas, las maravillas, siguen ahí esperando.

Una vista cercana de la "cola del renacuajo", del canal por el que un día fluyó el agua en su salida de un cráter convertido en ocasiones en un lago.

Crater Tadpoles

martes, febrero 20, 2018

Cuando las tormentas mueren

Observando la agonía de una tormenta en Neptuno.

En 1989 una de nuestras enviadas interplanetarias, la venerable Voyager 2, visitó este gigante azul. Fue un momento de gran emoción, propia de cuando nos adentramos en territorios nunca antes explorados. Y ciertamente no decepcionó. Un mundo azulado, azotado por los vientos más potentes del Sistema Solar, con delicadas formaciones nubosas flotando sobre oscuros vórtices de colores de color turquesa, se abrió ante nuestros ojos. Pero con la misma rapidez se cerró de nuevo, a medida que la sonda se sumergió en la oscuridad, en un viaje sin retorno hacia las estrellas. Desde entonces nadie más ha regresado al planeta más lejano conocido, a pesar de su evidente atractivo.

Y no hay planes serios para intentar regresar, al menos de momento, y son observatorios como el Hubble los que han seguido con su exploración, luchando contra el muro que representa observar detalles claros de un mundo situado a más de 4.000 millones de Kilómetros de distancia. Pero el veterano telescopio espacial, hoy más potente de lo que fue en sus primeros años gracias a las misiones de mantenimiento y mejora realizadas por los ya retirados transbordadores, es capaz de lograrlo, y conseguir presenciar la agonía de uno de las grandes y oscuras tormentas que recorren su nuboso rostro. Si hizo visible se vio por primera vez en 2015, pero ahora, en apenas 3 años, se está reduciendo rápidamente.Se dirige hacia su extinción.

Al igual que la Gran Mancha Roja de Júpiter, estos vórtices son formaciones anticiclónicas y extraen material de las profundidades de la atmósfera, lo que ofrece a los astrónomos una oportunidad única para estudiar los vientos profundos, que no se pueden medir directamente. Pero a diferencia de la rojiza tormenta joviana, que ha sido visible durante al menos 200 años, los oscuros vórtices de Neptuno duran solo unos pocos años. Aparecen y desparecen rápidamente, motivo por el cual hasta ahora no se había logrado captar a una de ellas en sus últimos momentos.  Esta es el primera que realmente ha sido fotografiada mientras se está muriendo.

Y lo hace rodeado de misterio, ya que se está comportando de manera diferente a lo que los observadores planetarios predijeron."Parece que estamos capturando la desaparición de este vórtice oscuro, y es diferente de lo que los estudios conocidos nos llevaron a esperar", explica Michael H. Wong de la Universidad de California en Berkeley."Las simulaciones dinámicas dijeron que probablemente derivarían hacia el ecuador. Pensamos que una vez que el vórtice se acercara demasiado al ecuador, se rompería y tal vez crearía un espectacular estallido de actividad nubosa". Pero la mancha oscura, que se vio por primera vez en las latitudes medias del hemisferio sur, fue derivando hacia el polo, en lugar de hacia el norte, hacia el ecuador. Lo poco que sabemos realmente de este mundo azul es evidente y inevitable. Con una sola sonda en un sobrevuelo fugaz no se podía pedir mucho más.

Quizás algún día regresemos, volemos sobre sus blancas nubes y oscuros vórtices, y visitemos a la extraordinaria luna Tritón y sus volcanes. Pero de momento debemos conformarnos con esta vigilancia desde la Tierra, y observar, o sería mejor decir intentar entrever, su frenética actividad, como nacen sus tormentas, azotadas por vientos supersónicos. Y también como mueren, desvaneciéndose en la nada.

La agonía de la oscura tormenta de Neptuno, visto por el Hubble.

La Voyager 2 observó un gran vórtice oscuro cuando sobrevoló Neptuno, en 1992, con un aspecto que recordaba a la Gran Mancha Roja, aunque con el típico aspecto azulado del planeta. Sin embargo incluso esta terminó desvaneciéndose pocos años después.

Cuando las tormentas mueren. 

Hubble Sees Neptune's Mysterious Shrinking Storm

lunes, febrero 19, 2018

Aprendiendo y sorprendiendo

Opportunity cumple 5000 días marcianos con nuevos trucos y descubrimientos.

Algún día, esperemos que no tan lejos en el futuro como lo parece hoy día, pondremos el pié de forma definitiva en el planeta rojo. El ser humano será entonces, por fin, una especie interplanetaria y no una civilización encerrada en un solo planeta, con todo lo que ello implica. Y cuando eso ocurra les estarán esperando los ya silenciosos exploradores que les precedieron, aquellos que abrieron el camino, entre ellos uno que superó todos los límites y expectativas.

No sabemos cuando llegará el momento en que dejará de responder, el día en que, como le ocurrió a su gemelo Spirit, alcanzará su destino final. Quizás sea dentro de muchos años, quizás sea mañana mismo, pero después de 5.000 días marcianos podríamos considerar que su misión, su historia, ya está concluida, que poco más puede ofrecernos. Pero si algo tiene Opportunity, y por extensión la gente que hay detrás de este proyecto, es que no deja nunca de aprender y sorprender. Y como si quisiera celebrar tan proeza, nos regala precisamente ambas cosas.

Aprender, porque ahora es capaz de hacerse un autoretrato, lo que ahora muchos llaman un "selfie", tal como puede hacer Curiosity. No al nivel de calidad de esta última, ya que la microcámara con la que esta equipado su brazo está diseñada para realizar observaciones a corta distancia, explorando posibles objetivos o puntos donde su herramienta abrasiva haya retirado la capa superficial, no para tomar imágenes panorámicas, pero pese a ello es resultado es más que bueno. Después de tantos años conformándonos con verlo parcialmente o apreciando la silueta de su sombra sobre la superficie, ahora podemos verlo como si estuviéramos a su lado. Quizás algún día alguien lo haga realmente.

Y sorprender, porque 5000 días marcianos y 14 años terrestres de aventura, con parte de sus instrumentos científicos ya fuera de servicio por diversas causas y sin la libertad de movimientos que tenía en sus inicios por problemas en alguna de sus ruedas, sigue siendo capaz no solo se seguir avanzando, sino realizar nuevos descubrimientos. Ahora  unas texturas del suelo que se asemejan a las que se observan en algunas laderas de las montañas en la Tierra que resultan de ciclos repetidos de congelación y descongelación del suelo húmedo. No necesariamente es este el caso, ya que también podría ser debido al viento, deslizamientos ladera abajo, otros procesos o una combinación de todas ellos. En todo caso tiene intrigados a su equipo científico.

"Perseverance Valley es un lugar especial, es como tener una nueva misión después de todos estos años", explica el investigador principal adjunto de Opportunity, Ray Arvidson."Ya sabíamos que era diferente a cualquier otro lugar visitado antes, incluso si aún no sabemos cómo se formó, y ahora estamos viendo superficies que parecen rayas de piedra. Es misterioso. Es emocionante. Creo que las observaciones que obtendremos nos permitirá comprenderlo. Una posible explicación es que son reliquias de una época pasada, cuando la acumulación de nieve se derretía estacionalmente para humedecer el suelo, y luego los ciclos de congelación-descongelación organizaron las pequeñas rocas en franjas", concluye.

5.000 días marcianos. 14 años terrestres. Y aún hoy, después de todo este tiempo, de soportar condiciones climáticas que dejan como tenues las que se viven en nuestro planeta, sigue avanzando, aprendiendo y descubriendo. Ciertamente se ha ganado un lugar en la historia. Y quizás, si un día Marte se convierte en nuestro segundo hogar, uno en un museo y con todos los honores.

Las "rayas de rocas", observadas por Opportunity en Perseverance Valley, comparadas en las laderas observadas en las laderas de Mauna Kea, Hawaii.

El 4999 amanecer para Opportunity, ocurrido el 15 de Febrero.

Las dos caras de la moneda. El "selfie" de Opportunity mediante la cámara de su brázo robótico, y esta vista por la cámara panorámica situada en su cabeza. 

Long-Lived Mars Rover Opportunity Keeps Finding Surprises

5,000 Days on Mars; Solar-Powered Rover Approaching 5,000th Martian Dawn

domingo, febrero 18, 2018

Post Vintage (258): Los círculos de la eternidad

Recreando el Universo conocido.

Es inmenso, inconmensurable, más allá de todo lo que podamos imaginar. Tanto que en realidad solo llegamos a ver una pequeña parte, aquella que la luz tuvo el tiempo suficiente para alcanzarnos. El resto permanece fuera de nuestro alcance, ya que los aproximadamente 14.000 millones de años de existencia que los actuales modelos cosmológicos le otorgan es suficiente tiempo para que dicha luz pueda llegar hasta nosotros. Es lo que se llama horizonte cósmico. El limite de nuestra realidad, en el espacio, pero también en el tiempo, ya que cuanto más lejos miramos, más hacia el pasado lo hacemos, fruto de la misma velocidad finita de la luz. Por ello, mirando hacia los límites mismos del tiempo, podemos ver las primeras etapas de su existencia. Es la barrera última, un cara a cara con el momento en que todo empezó.

Es muy difícil, casi imposible, generar una imagen que abarque su inimaginable inmensidad, pero el músico Pablo Carlos Budassi logró hacerlo mediante la combinación de mapas logarítmicas del universo de Princeton y las imágenes de la NASA, reuniendo el Universo observable en un solo disco, con nosotros en el centro. No porque lo seamos realmente, sino porque representa nuestro punto de vista, tal como percibimos la realidad que nos rodea, y como captamos en Universo cuando más nos adentramos en el.

Nuestro Sol y el Sistema Solar se encuentran en el mismo centro de la imagen, seguido por el exterior de la Vía Láctea, en lo que se conoce como el brazo de Perseo, uno de los varios que conforman nuestra galaxia espiral. Más allá se extiende un anillo de otras galaxias cercanas, como Andrómeda, el resto de la red cósmica, la radiación de fondo de microondas, que se considera el eco del Big Bang, y finalmente, un anillo de plasma también generado por ese momento inicial. Y más allá la oscuridad, un muro situado 300.000 años antes del principio de todo, cuando el Universo era aún tan opaco, al no haber disminuido la temperatura lo suficiente como para que las partículas elementales se combinaran para formar los átomos.

Los logaritmos nos ayudan a dar sentido a los grandes número, y en este caso, las enormes distancias. En lugar de mostrar todas las partes del universo en una escala lineal, cada trozo del círculo representa un campo de visión de varios órdenes de magnitud mayor que la anterior. Es por eso que todo el universo observable puede caber dentro del círculo.¿De donde sacó Budassi la idea? De algo tan simple como hacer hexaflexágonos (un objeto plano con forma de polígono,cuadrado, rectángulo o hexágono, creado mediante el pliegue de una pieza de papel, en este caso de 6 caras) para el cumpleaños de su hijo de un año."Cuando los dibujaba para regalárselos a mi hijo, Empecé a dibujar vistas centrales del cosmos y el sistema solar. Ese día me vino la idea de una vista logarítmica y los siguientes días tuve la oportunidad de montarlo con photoshop, utilizando imágenes de la NASA y algunas texturas creadas por mi cuenta".

Una idea simple. Casi infantil. Pero en ocasiones es la mejor manera de transmitir de forma comprensible la imagen del Universo. O mejor dicho, la nuestra, aquella con la que deben lidiar los astrónomos en su eterna búsqueda de respuestas.


Una visión lineal del espacio y el tiempo. Explica lo mismo y ciertamente de forma más científica, pero quizás falla en transmitir la percepción que desde la Tierra tenemos del Universo. 

This is what the entire universe looks like in one image

viernes, febrero 16, 2018

Cuando las galaxias chocan

Un nuevo estudio iguala la masa de la Vía Láctea y Andrómeda, destinadas a fusionarse en el futuro.

Las galaxias, pese a que la expansión cósmica se empeña en querer imponer lo contrario, no les gusta vivir solas. Entrelazadas por su gravedad común, se agrupan en pequeñas familias, que a su vez forman cúmulos aún mayores, en una escalada que nos lleva hasta estructuras que superan nuestra imaginación, auténticos muros galácticos casi tan grandes como el propio Universo observable. Es una lucha implacable entre dos fuerzas opuestas.

La Vía Láctea no es una excepción. Forma parte de lo que llamamos "Grupo Local" y esta dominado por 3 galaxias (esta primera, Andrómeda y la del Triángulo), alrededor de las cuales se arremolinan decenas de otras mucho más pequeñas. Es una asociación en apariencia con unas sólidas ataduras gravitatorias, suficiente para superar la tendencia cósmica a la dispersión. En realidad tan sólidas que tanto la nuestra como Andrómeda se están acercando una a la otra, y con el tiempo, en un futuro situado a 3-5.000 millones de años de distancia, se convertirán en una sola. Es inevitable, y la pregunta que diversas simulaciones, alimentadas por los datos más recientes recabados de ambos, intentan responder es cuales serán las consecuencias del proceso de fusión y que implicará para las poblaciones estelares de cada una de ellas. 

La clave es determinar la masa de ambas. Hasta ahora la "contienda" se decantaba a favor de Andrómeda, que se consideraba, incluyendo la famosa materia oscura en la ecuación, bastante más masiva, por lo que, pese al caos del encuentro, se podría casi considerar que esta primera asimilaría a la Vía Láctea. Sin embargo ahora un nuevo estudio liderado por astrofísico Prajwal Kafle, del Centro Internacional de Investigación de Radioastronomía de la Universidad de Australia Occidental, le pone nuevas y más rebajadas cifras a su masa: El equivalente a 800.000 millones Soles, muy parecida a la nuestra.

¿Como es posible medir hasta ese punto la masa de una galaxia vecina, pero aún así a 2 millones de años luz de distancia? La respuesta está en la utilización de una nueva técnica para medir la velocidad requerida para escapar de ella."Cuando un cohete se lanza al espacio, se hace a una velocidad de once kilómetros por segundo para superar la atracción gravitacional de la Tierra. Nuestra galaxia, la Vía Láctea, es más de un billón de veces más pesada que nuestro pequeño planeta Tierra, así que para escapar de su atracción gravitatoria debemos lanzarla con una velocidad de 550 kilómetros por segundo". Y esto mismo se aplica a Andrómeda.

Kafle señala que se sobreestimó la cantidad de materia oscura que contenía la galaxia de Andrómeda, lo que se tradujo en una cifras que ahora este estudio rebaja considerablemente."Al examinar las órbitas de las estrellas de alta velocidad, descubrimos que esta galaxia tiene mucha menos materia oscura de lo que se pensaba anteriormente, y solo una tercera parte de eso se descubrió en observaciones anteriores"."Transforma completamente nuestra comprensión del grupo local, Pensamos que había una galaxia más grande y nuestra propia Vía Láctea era más pequeña, pero ese escenario ahora ha cambiado por completo".

Llegará el día en que dos se conviertan en una, en que ambas se encontrarán y una vez superado un largo tiempo de caos, en que quizás miles de sus estrellas terminen expulsadas al vacío intergaláctico, darán nacimiento a una nueva y gigantesca galaxia. El fruto, de ser correctos estos datos, de una fusión entre iguales.

Cuando dos se conviertan en una.

Nuestra pequeña familia galáctica, abrazada por sus lazos de gravedad común.

 Milky Way ties with neighbour in galactic arms race

jueves, febrero 15, 2018

Un punto que lo es todo

OSIRIS-REx nos regala una nueva imagen de nuestro mundo desde la distancia. 

El 14 de Febrero de 1990 la Voyager 1, ya más allá de la órbita de Neptuno, miró por última vez hacia su hogar y lo inmortalizó en una de las más famosas imágenes de la historia de la carrera espacial, el famoso "punto azul pálido" que tanto nos inspiró y que llevó a Carl Sagan a escribir uno de los mejores y más preclaros textos de su larga carrera en el mundo de la divulgación científica. Y no era para menos. De golpe, todo lo que somos, todo lo que hemos sido, todos nuestros sueños y pesadillas, todas nuestras peleas y conflictos, todo quedó reducido a un punto de luz en la inmensidad. El mensaje era claro.

Desde entonces, y gracias a una actividad de exploración interplanetaria constante, hemos tenido la oportunidad, por no decir el privilegio, de ver a nuestro pequeño planeta azul desde la distancia, mas allá de esa frontera invisible más allá del cual deja de ser especial y se funde en el firmamento como una estrella más. Hasta que pensamos todo lo que representa, en el emocionante hecho de que nos viendo a nosotros mismos, y todo adquiere otra dimensión. Una maravillosa y llena de sabiduría.

OSIRIS-REx, en su viaje al asteroide Bennu, es la última sonda que se añade a la lista de aquellas que nos han ofrecido semejante regalos. En este caso desde una distancia de unos 63 millones de Kilómetros, y a cargo de su NavCam1, que plasmo para la posteridad a nuestro mundo este pasado 17 de Enero. Tanto la Tierra, resplandeciente en la oscuridad, como La Luna, más pequeña y oscura, son claramente visibles, así como algunas estrellas y constelaciones familiares. Las Pléyades, en la constelación de Tauro, son visibles en la esquina superior izquierda, mientras que Hamal, la estrella más brillante de Aries, se encuentra en la esquina superior derecha. El sistema Tierra-Luna se sitúa en el centro de cinco estrellas que comprenden la cabeza de la constelación de Cetus (la Ballena).

Es una fotografía más de una ya larga lista de fotografías inspiradoras, de aquellas que transmiten un importante mensaje para aquellos que estén dispuestos a escucharlo. Y somos afortunados de que así sea, de esta normalidad de lo extraodinario. Una vez más, y quizás ahora más que nunca, debemos recordar lo pequeño y frágil de nuestro hermoso mundo, de ese oásis en la oscuridad del que somos parte.

La constelación de Cetus, la Ballena, observable desde el hemisferio Sur. Cuando OSIRIS-REx miró hacia nuestro mundo, este se encontraba, desde su punto de vista, en su interior, entre las 5 estrellas que forman su cabeza.

El 22 de Septiembre de 2017 la OSIRIS-REx sobrevoló nuestro mundo, con el objetivo de adquirir la velocidad y trayectoria necesaria para alcanzar su meta final, el asteroide Bennu. 5 meses y 63 millones de Kilómetros después, miraría de nuevo hacia la Tierra. 

NASA’s OSIRIS-REx Captures New Earth-Moon Image

miércoles, febrero 14, 2018

Regreso al hogar

Un meteorito marciano viajará a Marte a bordo del rover Mars2020.

Hay fragmentos del planeta rojo en La Tierra, meteoritos que en tiempos pasados formaron parte de ese mundo, pero que eventos cataclísmicos, posiblemente grandes impactos de asteroides, lanzaron al espacio, con suficiente rapidez para superar la relativamente débil gravedad marciana y convertirse en viajeros interplanetarios. Y algunos han llegado hasta nosotros. Son fuentes de información en extremo valiosa, aunque no sirven para determinar de forma definitiva si existió o no algún tipo de actividad biológica. Su misma violento origen, su largo viaje expuesto al vacío y la radiación solar, y el hecho de haber permanecido en nuestro planeta durante largo tiempo, que puede implicar contaminación, hace que en este punto sean interesante, pero no determinantes. De ahí la necesidad de enviar una sonda a la superficie, sea para sea realizar análisis directo o para enviar muestras seleccionada a nuestro mundo.

Es por eso que se está desarrollando un coloso como el rover Mars 2020, que junto al europeo ExoMars, se espera que pueda darnos una respuesta, si no definitiva, si al menos que apunta ya hacia una posible respuesta. Para ello estará dotado de una serie de delicados y precisos instrumentos científicos, entre ellos el más importante quizás es el llamado SHERLOC (Scanning Habitable Environments with Raman and Luminescence for Organics and Chemicals), dotado de un láser diseñado para iluminar las características rocosas tan finas como un cabello humano. Para asegurarse de que siempre se encuentra ajustado de forma perfecta, necesitará un objetivo de calibración, una referencia que permita a los técnicos ajustarlo de forma perfecta. No es algo nuevo, ya que otros rovers, como Opportunity, también transportan algo parecido para sus instrumentos o cámaras. Pero en el caso que nos ocupa tendremos uno bien curioso: Un trozo del propio Marte. 

Se tratará del meteorito Sayh al Uhaymir SaU008, encontrado en Omán en 1999 y se cree que fue expulsado del planta rojo hace millones de años, permaneciendo en órbita solar hasta que se encontró con nuestro mundo. Dividido en dos fragmentos, uno que se quedará en la Tierra y servirá para testear el láser de SHERLOC antes del lanzamiento y el otro viajará a la superficie de Marte, donde servirá de medida de calibración.

 Este será el primer instrumento enviado a Marte en utilizar las espectroscopías Raman y de fluorescencia, técnicas científicas familiares para los expertos forenses. Cada vez que una luz ultravioleta brilla sobre ciertos elementos químicos con base de carbono, emiten el mismo brillo característico. Los científicos podrán usar dicho brillo para detectar sustancias químicas que se forman en presencia de la vida. Además fotografiará las rocas estudiadas, mapeando los químicos que se detecten en ellas. Eso agregará un contexto a los datos recopilados.

Así se cerrará el largo viaje de Sayh al Uhaymir SaU008. Hace tiempo fue expulsado de su mundo, y ahora, de la mano de los habitantes de esa misma estrella azulada que resplandecía en su rojizo cielo, volverá a casa. No será el primero que lo haga, ya que la desaparecida Mars Global Surveyor, aun en órbita pero fuera de servicio, lleva en su interior otro de estos viajeros, pero si el primero que regrese a la superficie millones de años después de su partida. Una historia curiosa de destierro y redención.

Sayh al Uhaymir SaU008, el meteorito marciano que regresará a su mundo de origen.

  
A Piece of Mars is Going Home