Visualizando la rotación de la Gran Nube de Magallanes. El Universo, nuestra galaxia, nuestro Sistema Solar, nuestro planeta, nosotros mismos, todo está en movimiento. No es una realidad sencilla de captar, especialmente a escalas cósmicas, donde las inmensas distancias difuminan esa sensación hasta dejarla en nada ante nuestros ojos. De ahí la expresión "firmamento", un eco de una concepción del mundo ya superada. Afortunadamente hoy día disponemos de numerosos medios para medir el desplazamiento de cuerpos lejanos, situados en los limites del Universo observable, y de este mismo en su expansión. Gaia es el más reciente ejemplo. Lanzada para catalogar las estrellas de la Vía Láctea y ofrecer un mapa que muestra tanto su posición exacta en el espacio como su desplazamiento, su trabajo también abarcó otros objetos celestes, entre ellas la mayor de las galaxias satélites de la nuestra, la Gran Nube de Magallanes, y con los datos reunidos, combinando la densidad total de estrellas detectadas por Gaia en cada pixel con información sobre el movimiento propio de cada una de ellas,se pudo visualizar como esta girando sobre si mismo, como sus estrellas se desplazan alrededor de su propio corazón galáctico. La huella que delata su naturaleza dinámica, nunca mejor dicho dado su parecido un una huella dactilar. La observación de nuestras galaxias satélites y cúmulos globulares, y determinar sus respectivas órbitas, forma parte intrínseca del estudio de la Vía Láctea, misión centrar de Gaia. Y con ello la dinámica de nuestro entorno, la sensación de vivir en una realidad dinámica y siempre cambiante. Las huellas de todo ello asoman ahora ante nuestros ojos.
El mapa recién publicado por la misión Gaia. En la parte inferior derecha vemos las Nubes de Magallanes, los grandes satélites de la Vía Láctea.
Visualizando los cambios en la temperatura en esta luna a lo largo de 12 años. Es un mundo gélido hasta más allá de lo que podamos imaginar, rodeado de una neblina impenetrable que aún lo aisla más de un lejano Sol que lo ilumina, pero que es incapaz de calentar. O casi. Porque incluso para Titán el lento paso de su año, que dura como 30 terrestres, representa el paso de las estaciones, que se suceden con un ritmo igual de parsimonioso, y tienen un efecto medible en el aspecto térmico. Eso si, para ser capaces de registrar su evolución era necesario tener un explorador a lo largo de un periodo de tiempo de años, una década como mínimo para pasar de una estación a otro. Afortunadamente, al igual que en muchos otros aspectos, disfrutamos del privilegio de vivir algo así. La llegada de Cassini abrió numerosas ventanas al clima de la única luna del Sistema Solar con una densa atmósfera.v Entre ellas las térmicas, gracias al instrumento CIRS (Composite Infrared Spectrometer), capaz de observar Titán en unas ondas del espectro concretas ante las cuales su opaca atmósfera es casi transparente. Gracias a ello sabemos cuales son las temperaturas de la superficie, y como han ido cambiando con el paso del tiempo.
En 2004, momento en que la sonda entró en órbita, el hemisferio sur de Titán vivía al final del Verano y, por tanto, era la región más cálida. Poco después del equinoccio de 2009, en el año 2010, las temperaturas eran simétricos en los dos hemisferios, tal como ocurría cuando paso la Voyager 1, en 1980. Posteriormente el sur de fue enfriando, y el norte calentándose a medida que avanzaba el invierno austral y el verano Septentrional. Unas observaciones a lo largo del tiempo que solo una sonda orbital y de larga duración podía conseguir, aunque no por eso sin dificultades. La mismas condiciones de esta luna, rodeada de una atmósfera tan densa, era un obstáculo incluso para el CIRS. Lo que da aún más mérito a lo conseguido. Los resultados muestran una la temperatura máxima de -179.6 Cº (93 Kelvin), con una temperatura mínima en los polos que pueden caer hasta solo 3,5 Kelvin, cerca del 0 absoluto. Puede parecer mucha diferencia, pero es un contraste menor del que podemos encontrar en la propia Tierra, que pueden superar los 100Cº. La gran distancia al Sol y una atmósfera densa y opaca mitigan dichas diferencias.
Atmósfera, nubes, lluvia, ríos, lago, mares, estaciones...Titán nuevamente nos recuerda su asombroso parecido con la Tierra, aunque sea en una versión gélida pero capaz de generar su propia dinámica hidrológica y climática.
Los datos del CIRS, un modelo simplificado que permite ver la evolución térmica a lo largo del año de Saturno, equivalente a 30 terrestres.Las bandas que cruzan la imagen no son tanto diferencias de temperaturas como fruto de lo difícil que resulta hacer este tipo de mediciones a través de una atmósfera tan densa.
Los datos, sin ser "suavizados" por una gráfica, permiten ver los cambios térmicos, pero también que Titán dispone de patrones climáticos que hacen que esta evolución no sea tan simple, con picos y valles tales como podríamos ver en la Tierra.
La gélida Titán, vista por la Hyugens poco antes posarse en la superficie y ya situado bajo su densa capa de niebla. También aquí el paso de las estaciones se deja notar, con veranos cálidos e inviernos fríos. O dicho desde el punto de vista terrestre, veranos gélidos e inviernos increíblemente gélidos.
La sonda europea nos maravilla con la primera imagen desde su órbita definitiva. La verdadera aventura, el que implica la exploración de otro mundo después de tantos meses de espera, es ya una realidad para la nueva y flamente ExoMars. Después de un largo viaje desde la Tierra, y un aún más largo periodo de espera mientras poco a poco ajustaba su órbita hasta alcanzar la ideal para su misión científica, lo que ocurrió hace unas pocas semanas, por fin todo su instrumental científico esta activado y trabajando a plena capacidad. Entre ellos su cámara CaSSIS, que se activó el 20 de marzo y se sometió a una serie de pruebas para dejarla lista para el inicio de su misión principal, algo que ocurrió el 28 de abril. Dentro de este periodo previo, 15 de Abril CaSSIS nos ofreció la primera mirada a la superficie de Marte, abarcando un segmento de 40 km de largo del cráter Korolev ubicado en el hemisferio norte, destacando por encima de todo las blancas placas de hielo."Nos complació mucho ver cuan buena era esta imagen para las condiciones de iluminación existentes en ese momento", explicó Antoine Pommerol, miembro del equipo científico de CaSSIS."Muestra que puede hacer una contribución importante a los estudios de los ciclos de dióxido de carbono y agua". La panorámica es la combinación de 3 tomas, en diferentes filtros, realizadas de forma casi simultanea, y el resultado es ciertamente espectacular. Pero no es solo su cámara. El resto de instrumentos de ExoMars, dos espectrómetros y un detector de neutrones, también iniciaron recientemente su actividad. Los primeros comenzaron su misión científica el 21 deAabril, cuando "olieron" por primera vez la atmósfera marciana, es decir, observaron como sus moléculas absorbían la luz solar. Dado que cada elemento tiene una "huella" característica, se podrá extraerse una valiosa información, aunque en este caso deberemos esperar un poco: Será necesaria un largo periodo de toma de datos hasta tener los suficientes como para revelar de forma clara las trazas de los elementos más raros, especialmente el famoso metano, el objetivo prioritario. La cámara ayudará a dar un contexto a dichos datos para intentar identificar las posibles fuentes. Geológicas o biológicas.
Las laderas deKorolev, con su fascinante paleta de colores, sus oscuras laderas y brillantes campos de hielo, es solo el principio de la aventura de ExoMars. No podría haber sido mejor ni más prometedor. El futuro se presenta brillante para ella.
Los 4 instrumentos de ExoMars, ahora plenamente operativos.
La misión Gaia presenta el mayor y más completo de la Vía Láctea. Se lanzó con la promesa de que cambiaría para siempre la visión de nuestro hogar galáctico, dándole forma, en el espacio y el tiempo, y que al carecer de una perspectiva externa, sabemos menos de ella de lo que conocemos otras más lejanas. Se esperaba que lograra almacenar datos del brillo, composición y sobretodo, posición y movimiento en 3 dimensiones, de más de mil millones de estrellas, lo que permitiría levantar un mapa como jamás se hubiera creado de la Galaxia, una auténtica guía galáctica que nos pondría ante nuestros ojos, por primera vez, una imagen de ella, en el espacio y en el tiempo, pasado, presente y futuro. Y hoy podemos decir ya que Gaia es un éxito tan inmenso comola propia galaxia que explora. Un momento esperado por astrónomos de todo el mundo, la misión Gaia lanzó recientemente su segundo gran paquete de datos, el fruto de 22 meses de estudio del firmamento, el catálogo estelar más completo de la historia, con
mediciones de alta precisión de casi 1.700 millones de estrellas, que incluye sus posiciones, indicadores de distancia y movimientos. Una enciclopedia colosal de la cual se espera que genere una avalancha de descubrimientos los próximos años "Las observaciones recogidas por Gaia están redefiniendo las bases de la
astronomía", reconoce Günther Hasinger, director de Ciencia de la ESA."Es una misión ambiciosa que se apoya en un enorme esfuerzo
colaborativo para dar sentido a un elevado volumen de datos de gran
complejidad. Demuestra la necesidad de proyectos a largo plazo para
garantizar el progreso en la ciencia y la tecnología espaciales, así
como para llevar a cabo misiones científicas aún más atrevidas en las
próximas décadas". Aunque este es el segundo lanzamiento de datos de Gaia, el salto es colosal. El primer lanzamiento de datos,, fue publicado en 2016.
Contenía las distancias y movimientos de dos millones de estrellas. Pero este segundo, que abarca el periodo comprendido entre el 25 de
julio de 2014 y el 23 de mayo de 2016, identifica las posiciones de casi
1.700 millones, y con una precisión mucho mayor. Lo primero solo fue un pequeño aperitivo. Lo de ahora es el plato principal. El elemento clave de estos datos es que muestran con una exactitud inédita los paralajes y la velocidad del
desplazamiento (el movimiento propio) de más de 1.300 millones de
estrellas. Con lo primero, los astrónomos podrán calcular directamente las distancias a estrellas concretas, y con lo segundo proyectarla en el tiempo, de donde vino y hacia donde se dirige, y con ello mover adelante y atrás el reloj del tiempo de la Vía Láctea."El inmenso número de estrellas, con sus posiciones y movimientos, ya
bastaría para convertir el nuevo catálogo de Gaia en un hito
espectacular", añade Anthony,"pero hay más: este catálogo científico único incluye muchos
otros tipos de datos, con información sobre las propiedades de las
estrellas y otros objetos celestes, lo que hace de este lanzamiento algo
realmente excepcional". Y es que su legado va mucho más allá que posiciones y movimientos, aunque esa sea su objetivo central. En sus datos encontramos información sobre el brillo de las estrellas catalogadas y mediciones de
color de casi todas ellas, además de cómo estos cambian a lo largo del tiempo en medio millón de estrellas variables.
También contiene las velocidades a lo largo de la línea de visión de un
subconjunto de siete millones de estrellas, las temperaturas
superficiales de alrededor de cien millones y el efecto del polvo
estelar de 87 millones. Y como "extra", las posiciones y movimiento de hasta 14.000 asteroides de nuestro Sistema Solar, que se ampliarán en el futuro con nuevos lanzamientos de datos, así como la de medio millón de cuásares lejanos. Ciertamente lo recolectado es un inmenso tesoro donde todos los campos de la astronomía podrán encontrar sus propios hitos. Y esto es solo el comienzo. "Gaia es la más pura expresión de la astronomía", subraya Fred Jansen, responsable de la misión."Estos datos les darán que hacer a los científicos durante muchos
años, y estamos listos para sorprendernos con la avalancha de
descubrimientos que desvelarán los secretos de nuestra Galaxia". Nuestro mundo, nuestro hogar en la oscuridad del Universo, está a punto de cambiar para siempre.
La rotación de la Vía Láctea ante nuestros ojos. Esta imagen de velocidad radial muestra el movimiento de varios miles millones de estrellas. Los
colores van desde el azul (las estrellas se mueven hacia
nosotros) al rojo (las estrellas se alejan ade nosotros). El color blanco muestra cuando, en promedio, no se mueven en la línea de visión con respecto a la la Tierra.
Una
vista en 3D de las órbitas de cuatro cúmulos globulares (azul) y tres
galaxias enanas (rojas) en movimiento alrededor de nuestra Vía Láctea,
basadas en datos de Gaia. Los astrónomos han medido el movimiento de 75 cúmulos
globulares en el halo de la Vía Láctea y 12 galaxias enanas que orbitan
la Galaxia.
Una comparativa, en forma de viaje simulado a través de la Galaxia, de la cantidad de estrellas observadas en la primera liberación de datos y esta segunda. La diferencia es abismal.
Churyumov-Gerasimenko como nunca lo habíamos visto. Rosetta ya es historia, durmiendo para siempre en la superficie del cometa al que dedico su vida. Pero su herencia, en forma de un colosal archivo de imágenes, sigue ahí, siendo estudiada por los astrónomos, y llenándonos de maravilla cada vez que una nueva tanda de ellas se pone a disposición del gran público. En buena parte por lo que gente de todo el mundo, con paciencia y habilidad, son capaces de hacer con ellas. Como Juno, las imágenes de Rosetta nos recuerdan que, fuera de los ámbitos oficiales, existen comunidades de aficionados que solo esperan que les den una oportunidad para aportar su grano de arena al gran esfuerzo de la exploración espacial. O como en ese caso, su grano de polvo cometario. Así lo hizo @landru79, que tras descargar uno de los últimos paquetes de imágenes hechas públicos, tomadas por Rosetta el 1 de junio de 2016, y trabajar con ella hasta formar una única secuencia, nos regaló con esta impresionante vista del cometa Churyumov-Gerasimenko, con su superficie aparentemente bajo los efectos de una intensa nevada. ¿Pero que es exactamente lo que estamos viendo? De fondo las estrellas, que se mueven alrededor del cometa (como el lógico, es el cometa y la sonda las que están girando con respecto a ellas), algunos rayos cómicos que impactan contra la cámara, dejando su huella, y en primer plano la nube de polvo, la "nieve", que estaba siendo expulsaada durante su paso por el perihelio. El conjunto es simple y llanamente sobrecogedor. Ahí, en algún lugar, duermen para siempre Rosetta y Philae. Ciertamente no podría existir lugar más hermoso para hacerlo. Es un hermoso lugar hogar para pasar la eternidad.
ERASIMENKO new albums 😍--ROSETTA EXTENSION 2 MTP030-- Miércoles 1 Junio 2016 all filters stacked pic.twitter.com/Bf173Z5g79
La zona observada aquí es la conocido como el acantilado Hathor, situado en el "cuello" del cometa, y que se eleva por encima de la suave superficie situada a sus pies, conocida como la región de Hapi, alrededor de 900 metros.
NEOWISE publica en forma de animación los datos de sus 4 años de busca y seguimiento de asteroides y cometas. No forma parte de los exploradores celestes más conocidos y mediáticos de cuantos existen, pero por sus logros merecería estarlo. Es un ingenio espacial que llegó al final de su vida útil al agotar su refrigerante, necesario para sus observaciones, entró en una hibernación que podría haber sido definitiva, pero que finalmente, en Septiembre de 2013, fue de nuevo puesto en servicio, esta vez con metas mucho más cercanas: Buscar y detectar asteroides y cometas, muchos de ellos hasta ese momento desconocidos, y establecer un amplio catálogo de aquellos potencialmente peligrosos para la Tierra, los llamados NEOs (Near-Earth objects). Algo que lleva haciendo desde entonces con total éxito. Desde su regreso lleva casi ocho escaneados del firmamento, y ha observado y caracterizado 29.375 objetos.Este total incluye 788 objetos cercanos a la Tierra y 136 cometas. Unos resultados espectaculares a todos los niveles, y que la convierten en una de las misiones espaciales más exitosos de los últimos años."NEOWISE
continúa ampliando nuestro catálogo y conocimiento de estos objetos
escurridizos e importantes", explica Amy Mainzer, investigadora principal de este proyecto del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en
Pasadena, California."En total, NEOWISE ha determinado tamaños y reflectividad de más de 1.300 objetos cercanos
a la Tierra desde que se lanzó, ofreciendo un recurso
invaluable para comprender las propiedades físicas de esta población y
estudiar de qué están hechos y de dónde vienen". Para celebrar su 4º año de trabajo, el equipo de misión ha lanzado una animación que representa las detecciones
realizadas por el telescopio en sus cuatro años de estudio del Sistema Solar. Unas 2.5 millones de imágenes infrarrojas del cielo fueron recolectadas en el cuarto año de operaciones, y se combinaron con los reunidos durante los 3 años anterioresen para formar un único archivo disponible públicamente. El resultado es una explosión visual de un mar infinito de asteroides y cometas, que parecen ocupar todo el espacio posible. No deja de ser una exgeración, ya que para poder mostrarlos sus tamaños están magnificado miles de veces para que sean aquí visibles, y en realidad hay espacios inmensos entre ellos, pero no por ellos menos impactante.
4 años cazando asteroides y cometas.
NEOWISE, la segunda vida de WISE, lanzado en Diciembre de 2009 y puesto en hibernación en 2011 después de que se completó su misión primaria de astrofísica. En
septiembre de 2013, fue reactivado, renombrado NEOWISE y se le asignó
una nueva misión: Ayudar a los esfuerzos de la NASA para identificar y
caracterizar a la población de objetos cercanos a la Tierra.
HD 131399Ab, el mundo que desafía toda explicación. Desde hace varias décadas hemos abierto la ventana a los infinitos planetas que parecen poblar nuestra galaxia. Comenzamos el camino mirando hacia dentro, hacia nuestro propio Sistema Solar, el único que conocíamos y creímos que era el modelo básico que todos los posibles sistemas planetarios en otras estrellas. Cuan equivocados estábamos. Hoy día sabemos que cualquier cosa parece posible. Marcamos límites, lo que la lógica de lo que sabemos dice que es imposible, y el Universo la rebasa una y otra vez. Una tendencia que lejos de detenerse no hace más que acentuarse año a año. HD 131399Ab es el más reciente ejemplo de esta realidad desafiante. No se parece a ningún otro mundo conocido, ya que no solo se mueve en un sistemade tres soles, sino que órbita alrededor de la más brillante con la órbita más amplia descubierta hasta ahora dentro de un sistema estelar múltiple. Se las considera inestables debido a la compleja y cambiante atracción gravitatoria de las otras dos estrellas del sistema, y por ello se pensaba que la existencia de planetas en órbitas estables era muy poco probable. Hasta ahora. Observado de forma directa por el instrumento SPHERE del VLT (Very Large Telescope) de laESO, en Chile, y con una edad estimada de 16 millones de años de edad ( es decir, muy, muy joven), su situación en un sistema triple y su amplia órbita dota a sus cielos de un espectáculo celeste inigualable: "Aproximadamente durante la mitad de la órbita del planeta, que dura 550 años terrestres, pueden verse tres estrellas en el cielo; las dos más débiles están siempre mucho más cerca la una de la otra y cambian su aparente separación con respecto de la estrella más brillante a lo largo del año", explica Kevin Wagner, primer autor del artículo y descubridor de HD 131399Ab. ¿Estamos ante una órbita realmente estable? Aunque serán necesarias más observaciones a largo plazo para determinar con precisión la trayectoria, lo cierto es que este planeta parece moverse por el borde del abismo."Si estuviera más lejos de la estrella más masiva del sistema, sería expulsado del sistema", explica Daniel Apai, de la Universidad de Arizona, uno de los coautores de esta estudio. "Nuestras simulaciones por ordenador han demostrado que este tipo de órbita puede ser estable, pero si cambias algo del entorno, aunque sea solo un poco, pueden convertirse en inestables muy rápidamente". Encontrar mundos en sistemas múltiples es de especial importancia, ya que la mayoría de las estrellas suelen agruparse de esta forma. El Sol, como estrella solitaria, es en realidad más una excepción que la regla general entre la población galáctica. Por ello que puedan existir en ellos, y en este caso de forma aparentemente estable, aumenta exponencialmente los escenarios donde podemos encontrarlos. "No está claro cómo este planeta terminó teniendo esa órbita amplia en este sistema extremo, y no podemos decir todavía lo que esto implica para una comprensión más amplia de los tipos de sistemas planetarios, pero muestra que hay que más variedad de la que se ha considerado posible hasta ahora", concluye Wagner. "Lo que sí sabemos es que, aunque los planetas en sistemas múltiples estelares se han estudiado mucho menos, son potencialmente tan numerosos como los planetas en sistemas de estrellas individuales".
El Universo nos sigue desafiando una y otra vez. Cuando creemos que estamos por fin alcanzado el límite de lo posible, este se aleja nuevamente de nosotros con cada descubrimiento.Cuando más sabemos, más nos sorprendemos. Es frustrante, pero al mismo tiempo maravilloso.
Una imagen vale más que mil palabras. Representación de este extraño sistema planetario, con HD 131399Ab girando alrededor de la mayor de las 3 estrellas, 80% más masiva que el Sol, con un periodo orbital de 580 años. Las otras dos giran una alrededor de la otra al mismo tiempo que giran alrededor del centro de gravedad común.
El sistema estelar HD 131399 en movimiento. No se creía posible que un mundo pudiera tener una órbita estable por la complejidad de las mareas gravitatorias, pero este descubrimiento muestra lo contrario.
HD 131399Ab visto directamente por el instrumento SHPERE. Es uno de los pocos de los que actualmente se tiene una imagen directa.
Wall-E y Eva, un posible primer paso hacia la exploración interplanetaria por parte de CubeSats. Voyager, Cassini, Galileo, Curiosity, Rosetta...todo son nombres de sondas enviadas para explorar otros mundos, y todas ellas comparten una misma características, el ser grandes y complejas (además de caras). Algunas más que otras, ciertamente, pero incluso las consideradas de clase "económica", siguen siendo ingenios de gran tamaño, y por encima de todo, notablemente costosos. De ahí que se aprueben nuevas misiones de forma tan puntual y espaciada en el tiempo.¿Es posible una alternativa más barata y sencilla, y por tanto que pueda utilizarse de forma mucho más habitual? Eso es lo que aspiran muchos ingenieros y estudiosos del espacio.
Ese sueño tiene un nombre, los CubeSats, nanosatélites que siguen todo un mismo estándar de diseño, en forma de estructura escalable en cubos de 10 cm de arista y masa inferior a 1,33 kg. Son pequeños, baratos, se pueden construir de forma relativamente rápida y económica al tener todos la misma base de diseño, y son capaces de tener capacidades científicas nada despreciables a una pequeña fracción de lo que cuesta cualquiera de esos titanes. Y trabajando en conjunto, complementándose unos a otros, pueden llegar a formar flotas de trabajo cuyo rendimiento puede mirar cara a cara de estos últimos.
Hasta ahora su campo de actividad siempre estuvo limitado a la órbita terrestre. Pero eso cambiará con el lanzamiento de InSight, la próxima misión marciana de la NASA, ya que no viajará sola. La acompañarán en su travesía dos CubeSats, conocidos comoMarCO (Mars Cube One), y que intentarán ser los primeros de su clase en llegar a otro planeta. No transportan instrumental científico, su misión es seguir desde la distancia la entrada de la sonda en la atmósfera de Marte y actuar como relés de comunicación entre ella y la Tierra.
En realidad la InShight no los necesita, ya que puede hacerlo sin su ayuda, sola o con el respaldo de alguna de las sondas en órbita actualmente alrededor del planeta rojo. Pero serán la primera prueba crucial de la tecnología CubeSat más allá de la órbita terrestre, demostrando (o no) cómo podrían usarse para explorar el Sistema Solar."Estos son nuestros exploradores", explica Andy Klesh de JPL, ingeniero en jefe de MarCO."Los CubeSats no han tenido que sobrevivir a la intensa radiación de un viaje al espacio profundo antes, o usar la propulsión para apuntar hacia Marte. Esperamos iluminar ese camino".
Como todo viaje pionero el riesgo el alto, y las posibilidades de fracaso igualmente elevado. Muchas cosas pueden ir mal para Wall-E y Eva, como se les conoce entre el equipo, pero de lograrlo quizás hayan abierto las puertas a una nueva era, no tanto para remplazar a los titanes, que seguirán siendo insustituibles en muchos aspectos, como para complementarlos y ampliar los horizontes sin estar tan limitados por temas presupuestarios. El sueño de una exploración masiva del Sistema Solar quizás podría tener su respuesta en los exploradores más diminutos. El día que despegue InSight también lo harán las esperanzas de un futuro mejor.
Los primeros CubeSats interplanetarios.
Los nombres oficiales de estos dos exploradores son "Marco-A" y "Marco-B". Pero para el equipo que los construyó, son "Wall-E" y "Eva", apodos basados en personajes de Pixar.
Los Cubesats son la personificación de la sencillez, construidos siguiendo un mismo diseño, y como un puzzle, se le pueden añadir cubos a voluntad. Baratos y rápidos de construir, pueden representar una nueva vía en la exploración interplanetaria.
Finalmente, y después de un primer aplazamiento, se encuentra de camino a su posición definitiva. No será de forma inmediata, ya que se requerirán complejas maniobras y varios sobrevuelos de La Luna para llegar a la órbita deseada, pero el más importante de todos los pasos, el lanzamiento, despliegue y comprobación de que todos los sistemas están en buen estado tras esos duros minutos, ya es historia. El mundo dispone de un nuevo cazador planetario dispuesto a continuar el camino abierto por Kepler.
Fue un Falcon 9 la encargada de poner en órbita este nueve telescopio espacial, exactamente a las 23:51 UTC de este pasado 18 de abril. Como ya va siendo habitual por parte de la compañía de ElonMusk, el viaje transcurrió sin mayores problemas y la primera etapa regresó a la Tierra para aterrizar de forma controlada en la barcaza Of Course I Still Love You estacionada en el Atlántico, mientras la segunda terminó en órbita solar, evitando así convertirse en un nuevo fragmento de basura espacial. Otro éxito para Space X, ya tan habituales que no resultan noticia, lo que realmente es asombro.
Se inicia una etapa de espera de 60 días. Después llegará en momento de iniciar la caza, centrada en las estrellas más brillantes y cercanas al Sistema Solar. De su sistema de 4 cámaras se esperan reunir 27 GB de datos al día, un mar de información de cuyo análisis se espera sacar a la luz miles de nuevos mundos. Conozcamos un poco más a lo que ahora ya es una realidad. 1) Tierras ardientes a las puertas de casa:Buscará nuevos planetas que orbiten estrellas brillantes
relativamente cerca de nosotros. Y aunque se espera encontrar especialmente planetas gigantes tipo Júpiter, también se espera localizar otros de tamaño no muy diferentes al nuestro, aunque sean en la mayor parte de los casos mundos muy cerca de sus respectivos Soles, y por tanto dificilmente habitables. Pero serán objetivos claros para futuros observatorios más potentes, que podrían sacar partido de ello para analizar sus posibles atmósferas. En muchos aspectos es como una etapa intermedia, pero clave, en la búsqueda de otras Tierras.
2) Cazador de sombras: Como Kepler,TESS buscará mundos en otras estrellas con el método del tránsito, es decir captado la tenue disminución de la luz de una estrella cuando un planeta que se mueve a su alrededor pasa entre ella y la Tierra. El 75% de los más de 3.000 exoplanetas descubiertos hasta la fecha es de esta forma, a pesar de la evidente limitación de que solo una fracción mínima del total cruzan por delante de su Sol desde una perspectiva adecuada para nosotros.
3) Nuevos caminos: Su órbita definitiva será completamente inédita para este tipo de observatorios. TESS seguirá una órbita elíptica de 13.7 días de duración, que le permitirá maximizar el tiempo dedicado a cada zona del firmamento escogida, para después descargar los datos cada vez que sobrevuele nuestro planeta. Para llegar hasta ella afrontará un viaje de varios meses, con diversos pasos cerca de la Luna para adquirir la trayectoria y velocidad necesaria. Una vez concluya está larga maniobra, se moverá en una resonancia 2:1 con nuestro satélite y una distancia máxima de 376.000 kilómetros.
4) El cielo en toda su inmensidad:TESS
observará alrededor del 85% del firmamento durante los dos años de misión primaria. Dividiendo el cielo en 26 sectores, centrará su atención en el meridional durante el primero, para escanear el cielo del norte el año
siguientes.
5) Más alla de Kepler: Aunque más pequeño y con un presupuesto más ajustado, estamos ante un salto adelante a la hora de rastrear el firmamento. Así, mientras Kepler estudió solo una zona concreta del cielo durante su misión primaria (amarillo), TESS abarcará casi toda la Bóveda Celeste al completo. Eso si, y como es lógico, eso implica mucho menos tiempo de observación en cada zona, y por ello muchos menos datos para trabajar, pero la meta es sobretodo marcar potenciales objetivos para cazadores mucho más avanzados, como el James Webb (que esperemos algún día veamos despegar) y otros, que podrán intentar desvelar sus atmósferas y sus componentes
Es el principio de una nueva etapa, otra más en el largo camino en la búsqueda de mundos como el nuestro. Kepler abrió las puertas a la inmensidad planetaria que se escondía en nuestro Firmamento, TESS ampliará el camino, y futuros observatorio, como el Webb o Plato, además de los situados en tierra que se están construyendo o planificando ahora mismo, deberán coger todo este legado y darnos finalmente respuestas.
Almata Sitta, el meteorito esconde diamantes formados en un planeta hoy desaparecido. Nuestro Sistema Solar tiene actualmente 8 planetas reconocidos como tales, además de innumerables planetas enanos y, quizás, un 9º planeta por descubrir. Son todos los que existen, pero no todos los que existieron. En realidad todos ellos,Tierra incluida, son básicamente los supervivientes de una terrible batalla, de un caos primordial de creación y destrucción, donde solo los más fuertes, y posiblemente los más afortunados, tuvieron un futuro. Muchos se quedaron por el camino, potencialesMercurios y Martes, a que nunca fueron, que no tuvieron la oportunidad de ser. Y ahora tenemos una evidencia directa de esto último. En 2008 un pequeño asteroide de unos 4 metros de diámetro se desintegró sobre los cielos de Sudan, del que se recuperaron unos 50 pequeños fragmentos, conocidos en conjunto como Almata Sitta
(Estación Seis). Todos ellos ureilitas, un tipo poco habitual de meteorito pétreo con diamantes de tamaño nanométrico en su interior. Como se habían formando era una de los enigmas que rodeaban este hallazgo, y una de las opciones, sin duda la más intrigante, es que se formaron en el interior de mundos, hoy desaparecidos, del tamaño de Marte. Solo era eso, una opción entre varias más que no implicaban necesariamente esa circunstancia. Sin embargo posiblemente sea esta la correcta. Y es que ahora un equipo de investigadores europeos liderados por el
profesor Farhang Nabiei de la Escuela Politécnica Federal de Lausana
(Suiza), ofrece datos que apoyan esa idea. "Descubrimos incrustaciones de cromita, fosfato, sulfuro de hierro y
niquel dentro del diamante, con una composición y morfología que solo se
pueden explicar si se formaron a presiones superiores a los 20
gigapascales", explican Nabiei y su equipo."Estas presiones
indican que el cuerpo padre de esta ureilita fue un embrión planetario
con un tamaño entre el de Mercurio y Marte".En resumen, que el cuerpo original de Almata Sitta nació en el interior de un planeta de gran tamaño, que vio su nacimiento fatalmente interrumpido por una gran catástrofe, posiblemente por la colisión con otro mundo perdido.
Alma Sitta es una triste historia, la de un planeta que nunca tuvo la oportunidad de ser lo que podía haber sido, otro Mercurio, otro Marte. El destino jugo en su contra, como con muchos otros de sus hermanos, destruidos para alimentar a los supervivientes. Porque el nacimiento del Sistema Solar, lejos de ser un algo ordenado y tranquilo, fue el caos y la destrucción, del que finalmente salieron los ganadores que hoy conocemos, y en el caso de la Tierra, que habitamos. Pero solo tenemos que mirar la Luna y sus grandes cráteres, para ver que incluso nosotros estuvimos en el filo de la nada. Bien pudieron haber sido nuestros diamantes, nuestras lágrimas, los que un día hubieran terminado en la superficie de otro mundo.
Microfotografía electrónica y mapas de composición de las incrustaciones
de diamante en la ureilita, donde se muestra el hierro (Fe) en azul y
el azufre (S) en rojo.
Fragmento negro del meteorito Almahata Sitta encontrado en el desierto de Nubia al norte de Sur.
Reprogramando una sonda desde la Tierra. Cuando lanzamos un vehículo al espacio, y especialmente cuando este se adentra en el espacio interplanetario rumbo a otros mundos, ya no hay marcha atrás. Cualquier error o problema técnico, que teniendo acceso directo a ella sería de fácil solución, es irreversible a todos los afectos y hay que adaptarse para intentar compensarlo de alguna forma, cuando no implica el fin de la misión. Pero aunque no podemos reparar una falla o remplazar piezas que ya no responden como deberían, si solos capaces de "enseñar" a una sonda a actuar de forma diferente, de aplicar nuevas técnicas que permitan sino anular, si dar un rodeo a un problema letal. Este es el caso de la Mars Express, la veterana sonda europea que lleva 14 años en órbita marciana, y de la que se espera siga ofreciendo un más que notable rendimiento, especialmente trabajando con equipo con la recién llegada ExoMars. Pero el tiempo no pasa en balde y un elemento clave para que pueda orientarse correctamente, sus giroscopios, está dando signos de agotamiento. En total la sonda dispone de 6 de ellas, de los cuales 4 están dando muestras de que podrían estar cerca de fallar de forma definitiva. Eso significará el final, puesto que para orientarse necesita combinar los datos de estos últimos con los de sus dos seguidores de estrellas. Son las dos patas de su sistema de guiado, y cuando falle la primera, no habrá salida para la Mars Express... Pero si para la Mars Express 2.0, como ya se la llama. Y es que la ESA realizó hace unas horas una actualización de su sofware, no el primero, pero si con diferencia la más masivo. De ahí que se la considera casi como una nueva sonda. Es el fruto de meses y meses de trabajo para reformular muchos de sus programas escritos hace más de quince años para su procesador MA31750 de 16 bits, que finalmente se completó hace pocos días, y que una vez comprobado de forma exaustiva para asegurarse de que no existen posibles errores, se transmitió la actualización a la sonda, que tuvo que apagarse y reiniciarse (como cuando se actualiza un pc) de nuevo para cargar su nuevo programa. Como resultado la Mars Express acaba de aprender a calcular su orientación y posición solo con los datos ofrecidos seguidores de estrellas, dos cámaras que hacen fotos del cielo y que mediante el procesado
adecuado de estas permiten le permitan determinar qué estrellas se
ven en las imágenes y a partir de la orientación de éstas calcular su
posición por triangulación. Los giroscopios quedarán fuera de servicio, siendo solo reactivados de forma puntual. Aún deberemos esperar varias semanas para tener la confirmación de que todo está en su lugar y se puede reiniciar su actividad científica, pero de momento todo parece estar respondiendo de forma positiva.
Las consecuencias en términos de duración son espectaculares. En su antigua configuración habría afrontado a una pérdida fatal de los giroscopios tan pronto como 2019, pero la ahora actualizada Mars Express, podría, si no hay un fallo en otros componentes críticos, seguir en activo hasta 2026, momento estimado en que se quedará sin combustible para sus impulsores. Una actualización en el más amplio sentido de la palabra.
La NASA publica una serie de espectaculares carteles imaginando el futuro turismo espacial.
Imaginar es gratis, es libre, y por encima de todo no tiene más límite que aquel que le pongamos nosotros mismos. Y cuando esta se proyecta hacia el espacio, hacia otros mundos, puede ofrecernos las imágenes más hermosas, además de proyectarnos hacia un posible futuro, aquel al que todos los que nos apasiona la exploración interplanetaria nos gustaría viajar si fuera posible. No lo es, y es en este punto cuando nuestra mente, libre de cadenas, puede llevarnos más allá. Mundos que son una realidad, mundos que quizás nunca han existido tal y como los visualizamos, pero por encima de todos mundos que nos invitan a volar. La NASA y el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) son los motores de la exploración planetaria por parte de los EEUU, y por ello, a pesar de cualquier dificultad que atraviesen, los que lo lideran. Su campo es el presente y el futuro cercano, el "ahora" y el "mañana" de todos sus proyectos y planes espaciales. Pero dentro del JPL existe una sección conocida con el simple nombre de The Studio. Su trabajo, visualizar el futuro más lejano, haciendo equipo con científicos y ingenieros para dar forma a la que podría ser la ciencia y la tecnología en horizontes que por ahora son solo terreno de los sueños, pero al mismo tiempo marcando el camino hacia donde podría llevarnos la exploración interplanetaria dentro de décadas o siglos. Además ayudan a sentar la base sobre la que se dan forma a muchas de las misiones tanto pasadas, como presentes y futuras. En esta ocasión los integrantes de este equipo de diseñadores gráficos nos brindan una maravillosa colección de 14 láminas, cada una de ellas dedicada a un mundo en particular. Dotadas de un estilo "retro", nos lleva a un tiempo lejano, donde hemos colonizado hasta tal punto el Sistema Solar y hasta otros sistemas planetarios, que son posibles los viajes turísticos a los más varios lugares, tal como se hace actualmente enla Tierra. Carteles que nos animan a comprar un viaje para visitar Marte y sus reliquias tecnológicas, navegar por los mares de Titán, disfrutar de los geisers de Encélado, volar por los cielos de Venus y Júpiter, y si tenemos unos ahorros lo suficientemente grandes o tenemos la suerte de disponer de un trabajo estable y bien remunerado, contratar un tour por todo el Sistema Solar. Y más allá, si somos de aquellos que nos gusta ir de viaje por lugares exóticos.
Todo esto no son más que sueños, aunque al mismo tiempo todos tiene una base científica. No son reales ahora, quizás podrían serlo algún día. Pero de momento solo nos queda la imaginación, la fuerza más libre y poderosa,para realizar estos viajes, y en cierta forma envidiar a los que, quizás en un futuro lejano, puedan verlo como algo ya no perteneciente al reino de los sueños, sino a una realidad. Viajar a otros mundos, poder elegir un destino interplanetario para pasar una merecidas vacaciones...¿Cual elegirías vosotros?
Un romántico crucero por los mares de Titán, iluminados por la luz de Saturno.
Si las auroras de la Tierra te parecen espectaculares, ven a Júpiter y disfruta del furioso choque entre el viento solar y la enorme magnetosfera joviana.
Has nacido en una colonia espacial, en la Luna, Marte o más allá? Te gustaría visitar el mundo de tus antepasados, respirar su atmósfera y perderte por su frondosa naturaleza? Viaja a la Tierra y recupera tus raíces.
Si te gusta sumergirte en la inmensidad del Universo, de sentirse rodeado por nuestra galaxia sin que ningún Sol la oculte a nuestra vista? Disfrutar con tu pareja de una noche sin final? No te lo pienses y visita uno de los planetas sin estrella, un viajero de la oscuridad no ligado a nada ni a nadie.
¿Tienes una vena exploradora? Visita Europa y juega con la emoción de buscar vida entre sus aguas.