sábado, mayo 31, 2014

Bienvenida a casa

Recuperada la comunicación con ISEE-3, la sonda fantasma.

Pon juntos a un equipo de ingenieros, programadores y científicos "espaciotrastornados", dales un nombre, una guarida propia de piratas, apoyo técnico y suficiente presupuesto, y podrán conseguir hacer lo imposible. Y es que lo logrado recientemente por el grupo de "hackers espaciales" conocido por ISEE-3 Reboot Project merece no solo ese apelativo, sino que se queda corto para definir lo conseguido y lo que, con un poco de suerte, está por venir.

La ISEE-3, como ya se explicaba en este post, es una antigua sonda, lanzada hace más de 35 años, y que, después de un más que complicado viaje desde la órbita terrestre hacia el espacio profundo, encuentro con La Luna y varios cometas incluidos, había estado dormitando desde 1997, en un viaje alrededor del Sol que en 2014 la llevaría de regreso a La Tierra. La pregunta inevitable era saber si la NASA haría el esfuerzo técnicos y económico de intentar restablecer la comunicación (la parte más complicada, debido al especial y ya anticuado diseño de la sonda en este aspecto), para posteriormente, tomando el control sobre ella y si esta estaba en condiciones para ello, hacerla maniobrar para que entre de nuevo en órbita terrestre, y la respuesta, por otro lado esperable, fue negativa, ya que el retorno científico potencial no compensaba la inversión.

Pero Dennis Wingo y Keith Cowing, cerebros del proyecto Lunar Orbiter Image Recovery Project, impulsaron el conocido como ISEE-3 Reboot Project, un esfuerzo conjunto financiado mediante el famoso crowdfunding, que pronto cubrió los $125.000 Dólares necesarios, con el objetivo de restablecer el contacto y tomar el control de la ISEE-3, con la meta final de hacerla entrar en órbita terrestre. Todo ello, evidentemente, con la luz verde de la NASA, dueña de la sonda y que si bién no pudo aportar apoyo económico ofreció su respaldo técnico, diversas instituciones educativas y personas como Bob Farquhar, ahora de 81 años, miembro del equipo original y que mantenía guardada gran parte de la documentación relacionado con ella. "Él previó este día", explica Wingo."No es solo casualidad que la sonda regrese en 2014. En realidad lo planearon en la década de 1980".

No era una taréa sencilla, ya que la sonda no tiene ordenador de a bordo. Su instrumental es una serie de secuenciadores, y cada uno tiene que ser alcanzado de la manera correcta por las señales de radio. Dicho de otro forma se debía "hablar" con la ISEE-3 con la amplitud suficiente y con el vocabulario adecuado para que respondiera, y para ello, en lugar de crear de nuevo el equipamiento y el hardware necesario, ISEE-3 Reboot Project utilizó software para emular los secuenciadores y así intentar el contacto, partiendo del supuesto de que los 2 radio transpondedores seguían funcionando.

Y se hizo la llamada. Y la ISEE-3 respondió, en una señal llegó a través del Radio Observatorio de Arecibo en Puerto Rico. La sonda "fantasma", después de casi 4 décadas después, estaba de regreso y La Tierra, gracias al entusiasmo de tanta gente de todo el mundo, poco dispuestos a que simplemente pasara de largo sin intentar como mínimo hablar con ella, logrando lo que pocos creían posible.

La parte más complicada llega ahora, donde después de verificar el estado general de la sonda, tanto sus instrumentos científicos (en 1999, la última vez que se disponen de datos sonbre ellos, 12 de los 13 seguían operativos) como de sus sistemas, habrá que verse si es posible activar sus impulsores para realizar las maniobras necesarias para su captura, incluyendo un sobrevuelo extremadamente de La Luna, durante el cual debería pasar a solo 50 Kilómetros por encima de la superficie. Si todo esto tiene éxito se planea convertir a ISEE-3 en una especie de laboratorio científico abierto al gran público, con desarrolladores de software desarrollando aplicaciones para smartphone que permitirán a estudiantes acceder a los instrumentos de la sonda. Y mirando más allá, incluso podría ser enviada de nuevo al encuentro de otro cometa.

Pero incluso si finalmente no es posible la captura, el recuperar las comunicaciones y hacerse con el control de una antigua sonda prácticamente abandonada por parte de estos "espaciotrastornados", apoyados por gente anónima de todo el mundo que no lo están menos que ellos, representa un logro extraodinario, una muestra de como el entusiasmo, aunque solo sea en ocasiones, puede superar las barreras de lo que parece lógico y posible, lo que no deja de ser, precisamente, la naturaleza misma de la carrera espacial. 

De momento, y esperando el desenlace definitivo, solo podemos decir una cosa: Bienvenida a casa, ISEE-3.

El centro de operaciones de ISEE-3 Reboot Project, el edificio 596 del NASA Ames Research Park, concido como McMoons, ya que se trata, como su aspecto delata, de un antiguo MacDonals.

El equipo enviado a Arecibo, donde se realizó el primer contacto, desde la izquierda, Dennis Wingo, Balint Seeber y Austin Epps.

La señal de telemetría enviada por la ISEE-3 como respuesta a las llamadas de La Tierra.

El largo viaje de una viajera incansable.

La International Sun-Earth Explorer (ISEE-3) durante las pruebas previas al lanzamiento.  

El largo viaje de la ISSE-3.

Logran tomar el control de la nave “zombi” ISEE-3 

We Are Now In Command of the ISEE-3 Spacecraft

Success! Private Group Makes Contact with 36-Year-Old NASA Spacecraft

viernes, mayo 30, 2014

El segundo dragón

Space X presenta su futura nave tripulada.

"Dragon V2 es una nave del siglo 21. Queríamos dar un gran paso en la tecnología de las naves espaciales. Es un gran salto adelante y lleva las cosas al siguiente nivel". De esta forma, en medio de una luminosa presentación, tan propio de los estadounidenses, y con esa habilidad que tienen para convertir cada evento en un acontecimiento único, Elon Musk mostraba al mundo la que parece será la versión definitiva de su siguiente gran apuesta e inevitable paso lógico a tenor de sus planes a medio y lago plazo.

Versión mejorada de la actual Dragon, ya en servicio, DragónV2 tendrá capacidad para 7 tripulantes e incorpora los requisitos de seguridad exigidos por la NASA, especialmente un sistema que, en caso de problemas durante el lanzamiento, permita a la tripulación abortar el vuelo. Este es el papel que tienen los impulsores SuperDraco, que en caso de necesidad la separarán del cohete Falcon 9 para que pueda regresar a tierra, y que a diferencia de lo que ocurre en otros vehículos, donde estos son expulsados después de los primeros minutos de vuelo, los de la nave de Space X están incorporados al propio vehículo, y serán también los encargados de llevar, durante el regreso, a nave suavemente hasta la superficie, siendo capaces de completar esta operación incluso aunque fallaran varios de ellos, lo que ofrece ciertamente un margen de seguridad, a lo que se añade un sistema de paracaidas de emergencia.

Con un diseño elegante, tanto en su aspecto externo como en su interior, Dragon V2 es, como su progenitora no tripulada, una nave reutilizable, pero lleva este concepto un paso más allá, ya que en lugar de aterrizar con paracaídas, como las Soyuz o la propia Dragón, lo hará de forma propulsada, siendo capaz, según Musk, de "aterrizar en cualquier lugar de la Tierra con la precisión de un helicóptero". En cierta forma, tanto por su manejo a la hora de acoplarse a la ISS como por la forma de regresar a casa, está más próxima a los ya retirados transbordadores espaciales, que a las actuales cápsulas en servicio, y es sin lugar a dudas una de sus características más llamativas.

Adelantándose a sus rivales comerciales, el CST-100 de Boing y el Dream Chase de Sierra Nevada, y haciendo esta presentación en un escenario internacional donde las tensiones con Rusia penden como una Espada de Damocles sobre los EEUU y su acceso al espacio, lo sin duda le ofrece el apoyo y simpatía del gran público, Space X se apunta un nuevo éxito mediático, demostrando una vez más, como ya lo hizo desarrollando con éxito sus propios cohetes lanzaderas y su propia nave de carga espacial, su determinación en seguir cubriendo etapas en nuevos y ambiciosos proyectos. Con un poco de suerte, y si es la elegida para encargarse de los vuelos a la ISS, podremos verla en acción en 2016.

La presentación de DragónV2, siempre con el toque de espectáculo audiovisual tan propio de los EEUU.

El interior, como la nave en su conjunto, es elegante, muy minimalista con líneas limpias.
 
Elon Musk posando junto a su nueva "criatura".

Sin dudas lo que más llama la atención de esta nave, su aterrizaje vertical.

El viaje y regreso a tierra de Dragon V2.

El acto de presentación al completo. 

Infografía:La Dragon tripulada. 

Elon Musk Premiers SpaceX Manned Dragon V2 Astronaut Transporter – 1st Photos 

SpaceX Just Unveiled Its Brand New Capsule For Taking Astronauts To Space

jueves, mayo 29, 2014

Imaginación y tecnología

El telescopio espacial Kepler inicia su segunda vida como buscador de exoplanetas.

Allí donde falla la tecnología el ingenio humano puede dar el  último empujón para escapar de lo que en principio parecia ser un callejón sin salida. Cuando un vehículo situado en el espacio profundo sufre una avería importante nadie puede ir hasta el para realizar manualmente las reparaciones necesarias, lo que suele implicar el final de su misión...a no ser que el equipo de tierra que se encarga de operarlo sea capaces de imaginar un sistema para superar esa situación desde la distancia. No es sencillo pero en ocasiones estos nos sorprenden, demostrando que además de sus títulos académicos y conocimientos técncios estamos ante personas dispuestas a ir más allá de lo planes originales utilizando uno de los mayor recurso de la mente humana, la capacidad de improvisar.

Kepler, el hasta ahora más efectivos cazador de planetas, puso el año pasado punto final a su búsqueda de exoplanetas al perder la segunda de sus cuatro ruedas de reacción (que permiten a un ingenio espacial ajustar su orientación sin gasto de combustible, vitales pero con una molesta tendencia a fallar), ya que sin ella era ya incapaz de apuntar  hacia su campo de visión, centrado en la la constelación del Cisne, ya que su método, que utiliza las mínimas variaciones de luminosidad que vemos en una estrella cuando un planeta pasa por delante de ella desde el punto de vista de La Tierra, necesitava una precisión que ya no era capaz de ofrecer.

El telescopio en si mismo seguía plenamente operativo, por lo que era realmente una lástima tener que abandonarlo. Y es ahí cuando la imaginación del equipo de tierra comenzó a dar forma a "K2", un plan realmente imaginativo que permitiría recuperar a Kepler, y que fué aprovado por la 2014 Senior Review de la NASA, dotándole de fondos para reiniciar las operaciones, algo que debe empezar este próximo 30 de Mayo. El cazador está de regreso.

K2 utiliza la ligera presión que la luz solar ejerce sobre el telescopio espacial para compensar en parte la ausencia de la segunda rueda de reacción, balanceándolo contra ella. Esto le ofrece la estabilidad suficiente para poder seguir monitoreando estrellas lejanas en busca de las ligeras fluctuaciones en su luminosidad que puedan delatar la presencia de explanetas, aunque en este caso ya no mirando siempre hacia la misma zona exacta de la Bóveda Celeste, para lo cual posiblemente ya no tiene la capacidad, sino centrándose en  porciónes concretas del firmamento en campañas de unos 75 día de duración, para posteriormente cambiar su orientación para centrarse en otra, evitando así que la luz solar entre en la lente principal.

De está forma tan imaginativa y curiosa el telescopio Kepler, cuya vida útil parecía haber llegado a un final algo prematuro (aunque acumulando ya tantas observaciones que los astrónomos tienen por delante años de análisis y descubrimientos incluso en el peor de los casos) "renace" de nuevo como el gran cazador de exoplanetas que tanto revolucionó nuestra visión del Universo hasta la fecha y que seguirá haciendolo en el futuro. Con el impulso de la tecnología, de la luz, pero sobretodo con el de la imaginación de aquellos que nunca se rinden ante los obstáculos.

K2, utilizando la presión de la luz solar para orientar a Kepler.

Antes del fallo de las ruedas de reacción Kepler mantenía su mirada fija en una zona concreta del firmamento, en la constelación del Cisne, monitorizando alrededor de 150.000 estrellas. A partir de ahora, en su nueva misión K2, irá cambiando cada 75 días a medida que vaya girando alrededor del Sol.

Esta presión es la misma que utilizan las Velas Solares, quizás el futuro de la exploración interplanetaria, para desplazarse, de forma parecida a como los barcos de vela sacaban partido a los vientos oceánicos. Aunque extremadamente tenue esta es constante y se va acumulando con el tiempo, por lo que estos ingenios podrían alcanzar velocidades muy superiores a los sondas "convencionales". 

Kepler Mission Manager Update: K2 Has Been Approved!

Una nueva misión para Kepler

miércoles, mayo 28, 2014

Al final del camino

Publicadas las que fueron las últimas imágenes enviadas por la Deep Impact antes de perderse el contacto.

Cuando una sonda excede ampliamente su esperanza de vida estimada en un primer momento (lo que suele ser relativamente habitual, ya que siempre se parte de la previsión más pesimista para evitar sorpresas) de forma amplia acaba por verse como algo natural que esté siempre ahí, y nos resulta dificil imaginar que, quizás más pronto que tarde, se quedará finalmente en silencio. Y si esta, lejos de estar ligada a un mismo objetivo, a lo largo de los años se "recicló" para afrontar nuevas metas, igualmente cumplidas con éxito, esa sensación es inevitable. ¿Acaso alguien se imagina Marte sin las diarias imágenes de Opportunity, que lleva más de 10 años en activo? Por no hablar de las Voyager, que llevan casi 40. Sabemos que un día desaparecerán, pero vivimos su día a día como algo ya familiar, como si fueran eternos..

Pero todo tiene un final, especialmente para los exploradores espaciales, ingenios complejos que afrontan un ambiente tremendamente hostil. En realidad, si se tiene en cuenta todo esto la larga supervivencia de muchos de ellos es un triunfo rotundo para aquellos que la diseñaron y construyeron, pero todo tiene su límite. Y para la veterana Deep Impact este llegó en Agosto de 2013, cuando dejó de comunicarse con La Tierra tal como se debía hacer cada cierto tiempo de forma autónoma. Todos los esfuerzos por recuperar el contacto fueron inútiles. Su largo viaje, iniciado en 2005, y que tuvo su momento de máxima gloria pocos meses después del lanzamiento con su famoso encuentro con el cometa 9P/Tempel 1, había llegado a su abrupto final.

La pérdida de la Deep Impact llegó cuando afrontaba un nuevo reto, la observación del famoso ISON, siendo la primera sonda en obtener imágenes de este mediático cometa. No se aproximaría como lo hizo con Tempel 1 y posteriormente con Hartley 2, pero una pieza más en la amplia cobertura de esta acontecimiento astronómico desplegado por la NASA. Sin embargo algo en ella dijo basta. No disfrutó de una existencia excesivamente larga, 8 años, pero en ellos golpeó a un cometa, se aproximó a otro y realizó observaciones astronómicas en busca de señales de exoplanetas, todo ello, con la lógica excepción de lo primero, planeado a posteriori, con la sonda ya en el espacio.

Pero que mejor forma de despedirse de ella que mostrando lo cerca que estuvo de completar esta nueva misión, en forma de las últimas imágenes que envió a La Tierra antes de perderse en el silencio, y que nos muestran a ISON, su meta final, brillando tenuemente en la distancia. Cuando se tomaron, en Marzo de 2013, la distancia que les separaba era de casi 4 U.A. (4 veces la distancia entre el Sol y La Tierra), lo que hace aún más meritorio que fuera capaz de captarlo. Una verdadera lástima que le faltara tiempo para dar ese último paso, pero caer en el silenio es el destino, tarde o temprano, de todas las sondas espaciales.
 
El momento culminante, su encuentro con Tempel 1 y el lanzamiento de proyectil contra su núcleo, con el objetivo de sacar a la luz material interno para poder ser estudiado con los instrumentos de la sonda.

Ahora como misión EPOXI, la Deep Impact sería enviada a un nuevo encuentro cometario, en esta ocasión con Hartley 2, demostrando lo valioso que puede resultar reciclar una sonda aún operativa.

En sus 8 años de vida la Deep Impact tuvo tiempo de pasar lo suficientemente cerca de La Tierra como para fotgrafiarla junto con su inseparable compañera.

Aunque no era su objetivo ni se diseñó para ello, sus técnicos fueron capaces de reutilizarla de numerosas forma, incluida observaciones del espacio profundo, como es el caso de esta ámplia panorámica de la galaxia M51.

Deep Impact, una pequeña sonda que vivió más aventuras de las que se podían imaginar aquellos que la diseñaron. 

Deep Impact's last images

martes, mayo 27, 2014

El perro que soñaba con La Luna

Snoopy forma parte de la historia de la NASA, desde la época de los Apolo y hasta nuestros días.

Es posiblemente uno de los personajes más irónicos del cómica a escala mundial, reconocido en prácticamente todo el mundo y, junto a su inseparable compañero Charlie Brown ,el protagonista de las tiras cómicas Peanuts, conocida en castellano bajo los títulos de Carlitos, Charlie Brown y Snoopy o Rabanitos. En sus 64 años de existencia (apareció por primera vez en 1950) numerables son sus aventuras, casi tantas como las sonrisas que sus ingeniosos diálogos han despertado en no pocas generaciones, pero una de las menos conocidas es la que lo relaciona con la exploración espacial.

Esta historia comienza después de la tragedia del Apolo 1, cuando un incendio acabo con la vida de sus 3 tripulantes durante las pruebas en tierra. Se tenía que planificar todo el programa desde 0 para que algo así no ocurriera de nuevo y especialmente recuperar la imagen pública, en ese momento tremendamente tocada por lo ocurrido. Por ello la NASA entró en contacto con Charles Schulz, creador de Peanuts, para pedirle permiso para convertir a Snoopy en su mascota oficial para la sugerida de las misiones Apolo, algo a lo que este accedió, cediendo gratuitamente el nombre e imagen de su famoso perro.

La elección tenía todo el sentido del mundo. Era adorable y encantador, lo que servía para endulzar y hacer más atractiva la imagen pública de la NASA, y en sus historias lo veíamos tener no pocos sueños relacionados con volar, viajando más allá del horizonte siempre montado sobre su eterna caseta, convertida en el imaginario vehículo que le permitía escapar de los límites de lo posible. En cierta forma era un reflejo de la mentalidad de los astronautas, que vivían cada viaje en el filo de abismo, siempre avanzando hacia objetivos que para los mortales parecían simples fantasías, así que solo se tenía que añadirle una pecera como casco para convertirlo en uno de ellos y dejarlo listo para viajes espaciales. Había nacido uno de los símbolos más queridos para la Agencia Norteamericana.

Schulz afrontó un riesgo era más que evidente al aceptar esta propuesta, ya que en caso de ocurrir una nueva catástrofe en los vuelos Apolo que implicara la pérdida de vidas humanas su imagen habría quedado para siempre asociado al fuego y la muerte, pero no dudó ni un momento en permitir que su creación entrara a formar parte de la NASA, algo que apoyó incluso desde fuera: Las tiras de Peanuts comenzaron a mostrar aventuras del Astronauta, algunas incluso hacían referencia directamente a las misiones actuales aquellos años. Una unión que tendría uno de sus puntos culminantes con el vuelo del Apolo 10, ya que se convirtió, por petición de los implicados, en la mascota oficial, dando lugar a imágenes tan divertidas como la de los astronautas tocando la nariz de un peluche suyo para tener buena suerte antes de su lanzamiento o curiosidades como que el módulo de servicio se llamara Charlie Brown y el módulo lunar fuera conocido como Snoopy.

Pero esta relación se extendió en varios campos, llegando hasta nuestros días. Así, uno de los primeros bocetos, en el cual explora con evidente alegría el espacio con su pecera-casco, se transformaría en una insignia metálica de plata. A partir del año 1968, cada astronauta llevaba un Snoopy de plata, y una vez de regreso a a La Tierra, estas eran otorgadas como uno de los más altos honor que podían recibir la gente que trabajaba para mantenerlos a salvo. Actualmente el Silver Snoopy sigue conservando ese carácter especial, un premio destinado a los empleados y contratistas de la NASA por sus logros sobresalientes, otorgado personalmente por los propios astronautas, ya que representa el reconocimiento por parte de estos de tal excelencia. Todo un honor para aquellos que lo reciben.

Desde el día de su nacimiento Snoopy representa mejor que nadie la idea de seguir tus sueños allí donde te lleven y del deseo de ir más allá de lo que uno parece destinado, subido en su eterna caseta, siempre volando y afrontando mil aventuras. Para los astronautas, los "Snoppy" del mundo real, no podría existir mejor compañero de viaje ni mejor símbolo de lo que ellos representan.

Snoopy fue la mascota oficial del Apolo 10, y estuvo presente en todo momento en todos los escenarios de la misión, desde el centro de control hasta el la propio nave, pasando por la ceremonia de tocar la nariz a un peluche suyo para tener buena suerte.

Volar con su imaginación era uno de su pasatiempos favoritos, algo que no pasó por alto a la gente de la NASA cuando buscaban una mascota como parte de la campaña para recuperar su imagen después del desastre del Apolo1. Solo era necesario cambiar el casco de piloto por una pecera que hiciera de escafandra y había nacido el Snoopy astronauta. 

Esta nueva vida como mascota de la NASA tuvo su reflejo en no pocas tiras cómicas, en algunos casos con claras referencias a las misiones actuales en ese momento.

El Snoopy de Plata, una insignia que viajaba con los astronautas al espacio, y que posteriormente era otorgados por estos a miembros del personal de tierra por todo su esfuerzo para mantenerlos a salvo y asegurar su regreso. Desde entonces se han realizado innumerables versiones, aunque todas manteniendo su aspecto general, y es uno de los más altos honores que pueden recibir los que trabajan en la NASA.

Los premios Snoopy de Plata (Silver Snoopy award) se consideran hoy día un honor especial, un símbolo de excelencia que los propios astronautas entregan a todos aquellos cuya dedicación y trabajo en tierra hacen posible el programa espacial de los EEUU.

Snoopy es una parte ya inseparable de la historia de la NASA, como podrá comprobar cualquiera que visite las diversas instalaciones del Kennedy Space Center.

 Snoopy, el Astro-Beagle, la mascota de la NASA

Snoopy the Astrobeagle, NASA's Mascot for Safety

Silver Snoopy Awards, On Behalf of the Astronauts

lunes, mayo 26, 2014

Cuando caen las estrellas

Las Camelopardálidas brillaron en el firmamento aunque sin cumplir las expectativas más optimistas.

Las conocidas como "lluvia de estrellas" son, básicamente, el paso de La Tierra, en su viaje alrededor del Sol, por la corriente de partículas dejadas atrás por otro cuerpo celeste, casi siempre cometas, que al igual que nuestro planeta se mueven siguiendo sus propias órbitas. Por ello estas se suelen repetir de forma periódica, como el caso de las Perseidas, que tienen su origen en el cometa 109P/Swift-Tuttle, o las Eta Acuáridas, que tienen como progenitor nada más y nada menos que al más famoso de todos ellos, el Halley, y su intensidad suele depender de si ese año nos encontramos con una parte especialmente densa de ese camino de partículas, que puede corresponden a una explosión de actividad ocurrida en algún momento de su paso por el Perhelio o por el paso reciente del propio viajero. Es en esos momentos cuando pueden ocurrir las "tormentas de estrellas", con un ritmo de meteoros que pueden llegar a centenares a la Hora. Las Leónidas de 1833 son un espectacular ejemplo de ello.
  
209P/LINEAR es un cometa de corto periodo (5 años) y baja actividad (hasta el punto de que muchos lo clasifican directamente extinto), descubierto en 2004 y cuya órbita es perturbada por Júpiter, pues su afelio lo aproxima mucho cerca a la órbita del planeta gigante. En realidad el enorme campo gravitatorio de este mundo inmenso es el principal responsable de que muchos cometas de largo periodo terminen atrapados en otras de corto periodo, lo que explica el motivo por el cual estos últimos siguen existiendo después de miles de millones de años, ya que su esperanza de vida activa, como es sencillo imaginar, no es demasiado alta. La gran cantidad de cometas que tiene afelios próximos a este "tirano" gravitatorio dejan clara lo efectivo que es atrapando a estos pequeños visitantes.

Pequeño y muy poco activo. Esto lo convierte en un objetivo muy poco interesante, pero en 2006 Esko Lyytinen y Peter Jenniskens hicieron pública una predicción que indicaba que en Mayo de 2014 la Tierra se encontraría con el polvo dejado por este cometa en pasos antiguo, correspondiente al periodo entre los siglos XIX y XX, generando una "nueva" lluvia de estrellas, aunque de baja intensidad. En 2012, J. Verbaillon examinó el caso con más detalle, señalando la posiblidad de que nos encontraramos con los rastros de polvo expulsados entre 1803 y 1924, sugiriendo que la lluvia podría convertirse en tormenta. Otros científicos hicieron sus propias prediciones, señalando que al desconocer cuan activo era el cometa en tiempos pasados podríamos tener una agradable sorpresa. En todo momento los astrónomos señalaron esto como una posibilidad.

Desgraciadamente, como suele ser habitual en estos temas, los medios de información dejaron de lado el concepto "posibilidad", y se anunció como un acontecimiento seguro y confirmado, con titulares que en el mejor de los casos era incorrecto y en el peor de ellos absolutamente imaginativo ("La Tierra cruzará la cola de un cometa" está entre las "mejores"). Y ya sabemos que cuando esto ocurre, lo que es más habitual de lo que debería, al final, para el gran público que se informa a través de ellos, los culpables suelen ser los científicos a los que se atribuyen afirmaciones que nunca realizaron.

Y así ocurrió con esta lluvia de estrellas anunciadas, conocidas como Camelopardálidas. Llegaron tal que se esperaba, a la hora y desde la zona del firmamento estimada, lo que resulta un éxito de calculo mas que notable por parte de los astrónomos, teniendo en cuenta de que se trataba de un acontecimiento único que implicaba nubes de partículas emitidas por un pequeño cometa de órbita inestable hace más de un siglo, pero estuvieron lejor de ofrecer el espectáculo que algunos esperaban y que se estimaba posible. En defintiva fué una lluvia de estrellas de baja intensidad,  curiosamente lo que estimaban Esko Lyytinen y Peter Jenniskens en 2006, antes de que otros elevaran los números a cifras claramente excesivas.

Una sobrestimación de la cantidad de partículas dejadas por este cometa de poca actividad entre 1803 y 1924 parece ser la explicación más plausible, a la que se añade un tamaño menor del previsto (de ahí la casi ausencia de bólidos) la baja velocidad relativa de estas con respecto a La Tierra, que las hizo incinerarse en la atmósfera sin llegar a brillar lo suficiente para hacerse visible. Así lo parece indicar observaciones en radio, que registraron entre 60 y 120 estrellas fugaces por hora, con el pico máximo a la hora que se había calculado, pero en su inmensa mayoría fueron ecos débiles, inobservables a simple vista. Las Camelopardálidas estuvieron ahí,  pero las circunstancias no jugaron a nuestro favor.

En definitiva una lluvia de estrellas no demasiado intensa, de la que quizás se tenían demasiadas esperanzas depositadas y que nos enseña varias cosas: Que en estos temas hay que ser siempre prudente y, por encima de todo, que hay que informarse en lugares especializados, lejos del sensacionalismo y la audiencia a cualquier precio de los generalistas. Tenedlo siempre en cuenta.

Aunque escasas, las Camelopardálidas hicieron acto de presencia tal y como estaba calculado. Para las que se desintegraron en la atmósfera era el final de un viaje de más de un siglo.

Representación artística de las Leónidas de 1833 (derecha), que causo alarma y hasta historia religiosa, y de 1866, que se convirtieron en aquellas ocasiones en tormentas de estrella, al cruzar La Tierra por zonas especialmente densas del rastro de partículas del cometa Tempel-Tuttle. 

¿Decepcionantes Camelopardálidas?

domingo, mayo 25, 2014

Post Vintage (95): El destino de Betelgeuse

El telescopio espacial Herschel desvela las complejas estructuras que rodean esta supergigante roja y su probable impacto futuro contra un gigantesco muro de polvo.

Forma parte de la constelación más famosa y conocida del firmamento terrestre, Orión, y dentro de ella, delimitando su parte superior, destaca por hermoso su color rojizo. Sin duda, junto con la azulada Rigel, en el extremo inferior, es la joya de la corona del "cazador" y cualquiera que pueda observar el cielo estrellado con ella presente no podrá evitar dirigir su mirada hacia ella. Es una compañera de la Humanidad desde que esta empezó a mirar al firmamento, parece que este destinada a permanecer siempre ahí, pero en realidad es la imágen de una larga agonía que algún día, puede que mañana, puede que en 1.000 años o puede que en 10.000, terminará súbitamente con la explosión de una SuperNova.

Conocida como Betelgeuse, la 9ª estrella más brillante de la noche es una supergigante roja, un monstruo que se precipita ya hacia el final de su vida, consumida en apenas unos pocos millones de años debido a su propio tamaño, que la hizo arder con mayor intensidad y, con ello, agotar el Hidrógeno de su núcleo de forma acelerada. Su etapa estable quedá ya muy atrás en el tiempo y sus capas externas se han expandido tanto que, de estar situada en lugar del Sol abarcaría hasta la órbita de Saturno. Colosal pero, por eso mismo, muy tenue y con temperaturas de apenas 3.000 K, la mitad de la solar, lo que le dota de ese tono rojizo.

Betelgeuse es una estrella caótica, tanto que después de décadas de observación apenas tenemos una idea muy general de su masa real, que se mueve entre 10 y 20 veces la del Sol, aunque si podemos calcular una edad bastante precisa, entre 10 y 12 millones de años, muy pocos se lo comparamos con la del Sol pero mucho para este tipo de astros, que viven rápido y mueren de forma espectacular. Pulsando frenéticamente como un corazón a punto de detenerse parece haber expulsado gran cantidad de material en diversas oleadas, parte de el pequeñas partículas de polvo, cuya condensación y formación es posible, precisamente, por el estado de extrema dilatación y enfriamiento de sus capas externas, pero seguimos sin conocer exactamente como funcionan los mecanismos detrás de esta pérdida de masa, algo que es vital aprender si queremos saber con mayor exactitud cuando se producirá la explosión final.

El telescopio espacial Herschel, capaz de observar el Cosmos en el infrarrojo lejano, se adentró recientemente en el espacio que rodea Betelgeuse, revelando como los vientos de la estrella chocan con el medio interestelar circundante, creando una onda de choque a medida que la estrella se mueve por el espacio, la existencia de una serie de arcos rotos y polvorientos en la dirección del movimiento, que nos revela su turbulenta historia de pérdida de masa, y finalmente una capa más interna con una pronunciada estructura asimétrica, que podría tener su origen en eyecciones, en diferentes etapas temporales, de restos de polvo de glóbulos convectivos que se encuentran en las partes externas de la atmósfera de la estrella.

En resumen, un cuadro que podría permitir comprender mejor como, cuando y de que forma se producen estas expulsiones de material, clave en estas etapas finales de su vida.

Mas misteriosa resulta la fascinante estructura lineal que vemos a la izquierda, inicalmente vista como los restos de una eyección producida en una fase anterior de la evolución estelar pero ahora, a tenero de estas nuevas imágenes, se considera que posiblemente estamos ante algo independiente, quizás un filamento lineal ligado al campo magnético de la galaxia, o puede que  el borde iluminado de una gran nube interestelar cercana que apenas podemos ver. Sea una cosa u otra, lo cierto es que Betelgeuse se dirige directamente a su encuentro a una velocidad de 30 Km/Segundo.

Se estima que arcos exteriores chocarán con esta estructura dentro de unos 5.000 años, y que la propia estrella lo hará 12.500 años más tarde. Eso, claro está, si su larga agonía no llega antes a su final y la que fue el rojo hombro derecho de Orión se convierta, durante varios meses, en un punto de luz tan intenso que quizás pueda rivalizar con el resplandor con la Luna llena y verse a pleno día, antes de apagarse y desaparecer para siempre en la oscuridad.

Betelgeuse conforma el hombro derecho de la constelación de Orión, la más brillante junto con Rigel y destacable por su color rojizo.

Su color se debe a su baja temperatura, que tiene su origen en lo extendido de sus capas externas, que llegarían hasta la órbita de Saturno de situarse en el centro del Sistema Solar.

Algún día, quizás mañana, quizas dentro de miles de años, Betelgeuse se convertirá en una SuperNova cuyo brillo podría ir desde el de la Luna creciente al de la Luna Llena. Si tendrá algún efecto medible en el medio ambiente terrestre aún no está claro.

Betelgeuse se prepara para una colision