Ina, uno de las formaciones geológicas lunares más extrañas que se conocen.
¿Porque explorar polvo y cráteres? Que puede haber de interesante en un lugar tan vacío y aburrido? Vale la pena gastar recursos en ello? Seguramente muchos a lo largo de la historia de la carrera espacial se han hecho este preguntas y otras parecidas, en especial al ver fotografías cercanas o realizadas por telescopios terrestres, en el que cráteres y más cráteres llenan una superficie de un mundo en apariencia muerto y sin historia, donde nada cambia y todo, más allá de los puntuales impactos meteóricos, permanece igual que cuando se formó. Es una visión comprensible, pero, como bien saben los astrónomos, no demasiado acertada. Nuestro satélite guarda muchas sorpresas.
Y una de las mayores y aún hoy día sin explicación clara es la conocida como Ina, fotografiada por primera vez en 1971 por los tripulantes del Apolo 15 y ahora observada en detalle por sondas como la Lunar Reconnaissance Orbiter. Una depresión de 2 Kilómetros de diámetro y unos 30 Metros de profundidad llena de cúpulas de material oscuro y aparentemente tan antiguo como el terreno circundante que se eleva sobre un fondo formado por un material mucho más brillante, por lo que se puede asegurar que es bastante más joven (aunque se discute hasta que punto), ya que este se va oscureciendo al quedar expuesto a la radiación solar y cósmica. Recuerda a lo que se observa en cráteres jóvenes, aunque parece clara que no estamos ante nada parecido.
¿Que es Ina? La idea más aceptada es que se podría tratar de la antigua caldera de un volcán en escudo, quizás la parte superior de una cúpula baja volcánica que se derrumbó de manera desigual y en tiempos relativamente recientes. Otra es que la presencia de magma subterráneo calentó el Dióxido de Carbono y agua presenta bajo la superficie hasta que la presión fue tan alta que literalmente hizo saltar por los aires el terreno, dejando esta curiosa formación donde casi parece que la "piel" lunar hubiera sido arrancada de forma violenta. Existen incluso hipótesis más extrañas y lo cierto es que sigue siendo un desafío, no solo por su naturaleza extraña sino porque no se conoce, al menos de momento, nada parecido en ningún otro lugar de La Luna.
Y lo que aumenta el misterio, sus bordes parecen extremadamente afilados, lo que podría indicar que es muy joven, ya que la constante ciada de micrometeoritos tienden a suavizar cualquier formación geológica lunar (de ahí que las montañas sean tan redondeadas como se ven el las imágenes de los Apolo). Ina no podría tener más de 50 millones de años bajo estas condiciones.
Junto con otras características, algunas desveladas recientemente, como el descubrimiento de hielo de agua en los Polos y mezclada con el polvo lunar en amplias zonas, y otras conocidas con anterioridad, como las fenómenos luminosos vistos por los Apolo durante el atardecer y el amanecer lunar, (uno de los objetivos de LADEE), las concentraciones de materia por debajo la superficie conocidos como Mascones o los extraños destellos luminosos observados en la superficie y que podrían ser señales de actividad geológica, Ina nos recuerda que La Luna, a pesar de lo que pueda aparentar, sigue guardando muchas sorpresas y esperando la resolución de numerosos enigmas. Su exploración, sea con sondas o, quizás algún día, nuevamente con naves tripuladas, está más que justificada.
Una visión más cercana de INA. Aunque transmite una sensación opuesta, las partes oscuras son las más elevadas, siendo muy parecidas en color y presencia de cráteres, al terreno circundante, mientras que el más brillante se encuentra a una altura inferior, como si el terreno hubiera colapsado y dejando al descubierto un terreno situado por debajo.
La posición de Ina en el resto lunar.
The Strangest Place on the Moon?
Ina Caldera – one of the moon’s coolest, hottest mysteries
Is The MoonStill Alive?
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