Visitando uno de los cráteres más curiosos del planeta rojo.
Marte puede parecer, visto de forma global, como un mundo hasta cierto punto parecido a nuestra Luna. Es decir, con sus elementos característicos, como los grandes volcanes de Tharsis y los polos, pero en general aburrido y monotemático en el resto de su superficie. Incluso parte de ella esta cubierta de cráteres, lo que refuerza esa impresión. La Mariner 4, que fue la primera sonda en aproximarse a este planeta, tuvo la mala suerte de sobrevolar precisamente una de esas regiones antiguas y con aires lunares, transmitiendo una falsa sensación de que no había mucho más que ver, afortunadamente sobrepasada por aquellas que la siguieron.
La realidad es que, incluso con 6 sondas en órbita, existen tantos detalles, tantas curiosidades y tantas señales de que las cosas no fueron siempre como son ahora, que al conocerlas uno aprecia hasta que punto siguen siendo necesarias nuevas misiones. Pensar que con ellas es suficiente es como pensar que podríamos conocer absolutamente todo de un mundo con complejo como el nuestro con solo 6 satélites de observación. Nos darían una imagen global, muchos aspectos concretos, pero se nos seguirán escapando muchos detalles llenos de información. Hay que seguir explorando.
El cráter "renacuajo" es un ejemplo de lo mucho que tiene que ofrecer el planeta rojo, de lo que se esconden detrás de un mundo igualmente complejo. En tiempos pasados, en épocas más húmedas, todo indica que en su interior se acumulaba el agua en mayor o menor medida, y cuando su nivel se elevaba más allá de cierto punto, salía a través de un canal tallado por ella misma. Es la "cola" que vemos salir de el y que desguaza en la llanura que lo rodea. No hay duda sobre la dirección de la corriente, ya que la misma topografía nos indica hacia donde esta fluyó realmente.
Hay infinitos detalles como este repartidos por todo Marte. Nunca hay que olvidar que su superficie es equivalente a todas las tierras emergídas de nuestro planeta, por lo que el terreno que explorar en inmenso. Por eso en necesario seguir adelante, con sondas en órbita, con vehículos en superficie y en un futuro, como los exploradores de antaño, por personas que caminen por ella. Las sorpresas, las maravillas, siguen ahí esperando.
Una vista cercana de la "cola del renacuajo", del canal por el que un día fluyó el agua en su salida de un cráter convertido en ocasiones en un lago.
Crater Tadpoles
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