lunes, febrero 12, 2018

Del pasado hacia el futuro

Mars Reconnaissance Orbiter se prepara para prolongar su misión hasta la segunda mitad de la próxima década.

Es una de las más veteranas exploradoras marcianas aún en activo, lanzada en 2005, y que actualmente ya supera ampliamente su tiempo de vida previsto. Nuevos jugadores han llegado desde entonces, como la MAVEN y la ExoMars, y otras lo harán en el futuro, pero sigue siendo una pieza vital para avanzar y preparar el camino, especialmente por su cámara HiRISE, la más potente jamás equipada en una sonda interplanetaria. Igualmente la cantidad de datos científicos ya enviados, mayor que el reunido por todas las misiones anteriores juntas, sigue siendo la base de la muchos de los estudios sobre Marte publicados hasta día de hoy. Por todo eso y mucho más se trabaja para que pueda alargar su actividad.

Una de las operaciones actualmente en marcha para lograrlo es reducir la dependencia actual con sus envejecidos giroscopios y acelerómetros (agrupados en dos conjuntos, principal y de remplazo, llamadas unidades de medida de inercia) para orientarse, y en su lugar utilizar la "navegación estelar", de la observación de estrellas para definir su posición, tal como hacían los antiguos navegantes. A principios de Febrero se hizo una primera prueba, cuyos resultados se están ahora analizando. Si son positivos, se pasará de modo indefinido al modo "solo estrellas" a partir de Marzo. Con ello los  giroscopios podrán tomarse un merecido descanso, quedando en reserva.

Y se hacía necesario tomar esta decisión. La unidad de medida de inercia primaria se desconectó cuando, después de 58.000 horas de uso, mostró signos de desgaste y de que su vida útil estaba cerca del final, pasándose a la secundaria, que a día de hoy ya acumula 52.000 horas de actividad. Sigue funcionando con normalidad, pero lo cierto es que ya acumula mucho tiempo, quizás demasiado, y para mantener a la Mars Reconnaissance Orbiter activa unos cuantos años más, es necesario darle también descanso.

Será el rastreador de estrellas, que utiliza una cámara para crear imágenes del cielo y un software de reconocimiento de patrones para discernir qué estrellas brillantes están en el campo de visión, el que tome el testigo de las operaciones,  y la repetición de las observaciones hasta varias veces por segundo proporciona con precisión la velocidad y la dirección, clave para mantener la sonda bien orientada, tanto para comunicarse como para que los paneles solares sigan recibiendo luz solar."En modo totalmente estelar, podemos realizar actividades científicas y de comunicaciones de forma normal", explica Dan Johnston, manager de la misión MRO."La unidad de medición inercial se volverá a encender solo cuando sea necesario, como cuando entre en modo seguro, en maniobras de ajuste orbital o la cobertura de comunicaciones durante eventos críticos alrededor de un aterrizaje en Marte".

Igualmente se trabaja con las baterías, cargándolas más que antes, para aumentar su capacidad y vida útil. También se quiere reducir la cantidad que se pide de ellas, en parte ajustando las temperaturas del calentador antes de que la nave entre en la sombra de Marte, cuando aún se dispone de luz solar, para así necesitar menos de su apoyo. Igualmente se plantea un cambio en su órbita, como ya hizo la Mars Odyssey en su momento, para que estos momentos de oscuridad se reduzcan al máximo. Estos cambios en concreto no se aplicarían hasta 2021, una vez haya dado cobertura a los próximos aterrizajes, como el de Mars InSight y del rover 2020.

"Estamos contando con que Mars Reconnaissance Orbiter permanecerá en servicio por muchos años más", explica Michael Meyer, científico principal del Programa de Exploración de Marte de la NASA."No es solo el relé de comunicaciones que proporciona. También son las observaciones científicas. Esos nos ayudan a comprender los posibles sitios de aterrizaje antes de que sean visitados, y relacionamos los hallazgos en la superficie con el planeta como un todo". Si nada inesperado ocurre, la MRO y sus imágenes nos acompañará unos cuantos años más, quizás una década, y a través de sus venerables pero aún potentes ojos veremos la llegada de una nueva generación de exploradores.



Una de las claves de la importancia de la MRO, es que su cámara HiRISE ofrece una cobertura extraordinaria, tanto para buscar puntos de aterrizaje como para ayudar a vehículos como Opportunity en su avance. De ahí que se considere clave para un futuro a corto y medio plazo.

El paso del tiempo se nota en ocasiones. Por ejemplo, algunas imágenes de HiRISE tomadas en 2017 y principios de 2018 se muestran ligeramente borrosos, algo no vista anteriormente. El porcentaje en resolución completa con este defecto alcanzó un máximo del 70 por ciento en Octubre pasado, en el momento en que Marte estaba en el punto más alejado del Sol en su órbita. El porcentaje ha disminuido desde entonces a menos del 20 por ciento. Las causas siguen siendo investigadas.

La MRO es la sonda más potente jamás enviada al planta rojo. Alargar su vida útil, especialmente cuando no existe de momento un posible remplazo por parte de la NASA, se considera vital. 

Mars Reconnaissance Orbiter Preparing for Years Ahead

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