A principio de 2019, si no ocurren nuevos retrasos en el complejo y delicado proceso de construir semejante coloso, tendremos un nuevo explorador del Universo. O siendo más exactos, un nuevo observador, que con su potente visión en el espectro infrarrojo promete innumerables descubrimientos a todos los niveles, desde la potencial habitabilidad de algunas de las lunas del Sistema Solar exterior hasta descubrir y analizar las atmósferas de mundos en otras estrellas, buscando huellas biológicas, y adentrarse en las profundidades del espacio y del tiempo para desvelar detallas de los primeros momentos de nuestra existencia.
Muchas son las esperanzas puestas, y mucho es el esfuerzo económica realizado para, superando todos los obstáculos, convertirse en una realidad. No sería exagerado decir que se convirtió en un lastre financiero que en parte condicionó al resto del programa de exploración de la NASA, pero ahora, ya casi al final del camino, y viendo la enorme expectación generada entre la comunidad científica, se puede decir que el esfuerzo valió la pena.
¿Pero como es, quien lo construye, desde donde operará.? Muchas son las preguntas que podemos tener sobre el James Webb, pero con 8 de ellas podemos tener una idea más clara de este proyecto titánico.
1) ¿De quién? Aunque básicamente es un proyecto de la NASA, que lleva aportados 8.800 millones de Dólares en este proyecto (de ahí lo del lastre para el resto del programa), también participan la ESA y la Agencia Espacial Canadiense (CSA), que cubren el resto de los 10.000 millones invertidos hasta ahora.
2) ¿Cuales son sus objetivos? Muchos y diversos, desde develar estructuras primordiales del universo a la existencia de planetas con capacidad para albergar vida y posibles biomarcadores en sus atmósferas. También buscara galaxias en formación, así como de sistemas protoplanetarios. La inmensa cantidad de peticiones de observación ya realizadas aún a más de un año del lanzamiento, posiblemente la mayor de la historia de la astronomía moderna dejan claro lo mucho que se espera de el.
3) ¿En qué se diferencia del Hubble? Aunque muchas veces se lo llama el "sucessor" o el "remplazo" de este veterano telescopio, en realidad hay notables diferencias entre ellos, especialmente su enorme tamaño (el escudo solar del James Webb es tan grande como una pista de tenis y su espejo de 6,5 metros de diámetro presenta un área de 25 m2, siete veces mayor que la del Hubble) y en que opera en el infrarrojo. Esto último le permitirá adentrarse en objetos muy lejanos y de pequeño tamaño, pudiendo ver, por ejemplo, ver el interior de discos protoplanetarios y poder ser testigo de la formación de planeta, más allá de cualquier cosa que podría alcanzar su veterano antecesor.
4) ¿Que lo conforma? Básicamente todo se asienta en una base spacecraft, sobre la cual se sitúa el gigantesco escudo solar o parasol, dividido en cinco capas, y cuya meta es bloquear de todo rastro de calor y la luz que le lleguen tanto desde el Sol como reflejadas por La Tierra. Y sobre este último telescopio propiamente dicho, su lente principal, conformado por 18 piezas hexagonales fabricadas de berilio revestido de Oro, y el módulo científico con cuatro instrumentos: NIRCam (NASA), NIRSpec (ESA) y NIRISS (Canadá), todos ellos diseñados para operar en el infrarrojo cercano, y MIRI (NASA y ESA), que lo hará en el infrarrojo cercano. Todo ello completado con antenas de comunicación, estabilizadores y un sensor de guiado.
5) ¿Cual es su estado actual? Después de completar una serie de pruebas en el centro Goddard de la NASA, el conjunto (telescopio y módulo científico) viajaron este pasado Junio hasta el Johnson Space Center de Houston, donde esta afrontando una serie de compañas para comprobar su reacción y resistencia a las temperaturas externas. Por su parte, en sus instalaciones de Redondo Beach (California), el conglomerado empresarial Northrop-Grumman, se está realizando en encaje final entre la base y el escudo solar. Será también aquí donde se realice, en 2018, la integración final de todos estos elementos.
6) ¿Cuando se lanza y quién? La fecha inicial era Octubre de 2018, pero posteriormente se retrasó a principios de 2019. Del lanzamiento se encarga la encarga la ESA, que aportará para ello un cohete Ariane 5 ECA. Uno de los mayores problemas era como colocar un telescopio de 6.5 metros (más el escudo solar) dentro de un lanzador que solo ofrece un espacio de 5 metros de diámetro, por lo que se colocarña plagado sobre si mismo, para irse abriendo lentamente, en un proceso que durará 3 semanas y que seguramente será seguido con gran ansiedad, ya que cualquier fallo en el proceso pondría punto final a esta misión.
7) ¿Donde se situará? En el punto de Lagrange L2, a 1.5 millones de Kilómetros de LaTierra en dirección contraria al Sol, un lugar ideal para explorar el espacio profundo.
8) ¿Cuanto tiempo? Su misión inicial es de 5 años, aunque si después de este periodo sigue en perfecto funcionamiento es más que probable que reciba una ampliación de actividad. Esperemos que así sea.
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