martes, mayo 10, 2016

Un punto de oscuridad en un mar de luz

Mercurio acude puntualmente a su cita con el Sol.

No deja de ser un evento fruto de la pura y simple perspectiva, de la combinación entre las posiciones orbitales de ambos astros que provoca el curioso espectáculo de verlo cruzar por delante del disco solar. No es algo frecuente, apenas unas 13 o 14 ocasiones por siglo, y por ello cuando se aproxima uno de estos tránsitos, la comunidad astronómica, tanto profesional como aficionada, se moviliza. Gracias a ello tenemos hoy un gran número de testimonios visuales que contemplar. Nunca será como haberlo visto en directo, pero para aquellos sin el equipo necesario, sin tiempo para dedicarlo a su observación, o directamente con las condiciones climáticas en contra, no deja de ser la única opción que nos queda.

Tal y como estaba previsto, a las 11:16 GMT de este pasado 9 de Mayo, Mercurio hizo acto de presencia en el lado izquierdo del disco del Sol, cruzándolo lentamente en una trayectoria descendente hasta las 18:38 GMT, momento en que abandonó la escena y desapareció. Todo el continente Americano, Europa, África y gran parte de Asia tuvieron la oportunidad de contemplar lo que no dejaba de ser un punto oscuro extremadamente pequeño, demasiado para causar una disminución apreciable de la luz solar que llega a la Tierra, y que parecía aún más diminuto en comparación a las espectaculares estructuras solares por delante de las cuales pasaba, especialmente de varias manchas de notable tamaño. Pero cualquiera que supiera lo que estaba viendo no pudo menos que estremecerse de emoción: Un planeta cruzando por delante del Sol es siempre algo mágico.

Y práctico, ya que además de su faceta divulgativa, que reunió a gente de todo el mundo para presenciarlo, los astrónomos estaban listos para sacar partido del evento. En realidad llevamos siglos estudiando estos cruces planetarios, pero mientras para algunas cosas, como el medir las distancias planetarias, ya no es necesario, para otras encuentran aquí un terreno más favorable que nunca gracias a los avances tecnológicos.

Por ejemplo, durante un tránsito, los instrumentos modernos pueden estudiar la extremadamente tenue atmósfera de Mercurio, ya que la luz solar pasa a través de la ella, viendo determinadas longitudes de onda absorbidas por los elementos presentes (como el potasio y el sodio), cada uno de los cuales deja una huella clara y delatora en el espectro solar que después se estudio en la Tierra. Sin ya ninguna sonda presente en sus cercanías, esta es por ahora la mejor manera que tenemos de seguir estudiándola. Por otro lado también permite a los cazadores de explanetas aprender más sobre como un pequeño mundo puede afectar a la luz de su estrella al pasar delante de con respecto a nuestra perspectiva, y con ello estar más preparados para captar su presencia.

2019, 2032, 2039 y 2049 serán los siguientes encuentros de Mercurio con el disco solar. ¿Y Venus, que también se encuentra en una órbita interior a la terrestre? No deberíamos verlo también? Si, pero en su caso los cruces solares son aún menos frecuentes. En 2012 vivimos uno, y el siguiente es en una fecha tan próxima como el 11 de diciembre de 2117. Mejor nos quedamos con el de nuestro pequeño amigo. No es tan vistoso, pero al menos siempre nos visita más a menudo.

El tránsito de Mercurio en todo su esplendor, visto por el Solar Dynamics Observatory.

 Y por el observatorio espacial SOHO.

Los astrónomos aficionados de todo el mundo también plasmaron el evento, consiguiendo en algunos casos vistas realmente hermosas al mismo tiempo que curiosas.

¿Que son los tránsitos de Mercurio y por qué no ocurren más frecuentemente?

Mercury Finishes Its Run Across the Sun

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola,

La animación explicando el tránsito de Mercurio entre el Sol y la Tierra es genial, por lo clara, bonita y simple!

También me gustó mucho el Post sobre el planeta Mercurio.

Gracias!