El cine en general, y Hollywood en particular, no se mantuvieron al margen de la "magia" de los Space Shuttle. Sea como protagonista principal, actor secundario, telón de fondo o recurso argumental para películas con temática de ciencia ficción, estos vehículos han tenido una presencia en absoluto despreciable en el cine estadounidense. Acompañadme, pués, en un pequeño viaje a traves de la larga y fructífera carrara cinematográfica de los transbordadores
Un asteroide amenaza la Tierra y el amigo Bruce Willis deberá salvar nuestro mundo de la aniquilación. Una película con más agujeros científicos que un colador pero que cumple ampliamente su función como simple película de entretenimiento. En ella los Space Shuttle tiene dos momentos estelares.En el primero asistimos a la destrucción de uno de ellos alcanzado por una lluvia de meteoritos (en una bonita pero imposible explosión en el espacio) mientras que en el segundo y principal, son los 2 vehículos que llevan a los astronautas/mineros hasta su objetivo, y si bien se presentan como unos (nunca realizado) nuevo modelos superiores a los antiguos, no dejan de ser Space Shuttle con todas las letras.
Conocida por estas tierras como SOS: Equipo Azul (SpaceCamp) forma parte de esas películas "ochenteras" con las muchos hemos crecido, y en mi caso es posiblemente una de las que tengo mejor recuerdo y más me fascinaron en mi adolescencia por su temática espacial.
Un grupo de estudiantes protagonizan un simulacro de lanzamiento en el Space Shuttle, pero un accidente (en realidad sabotaje) en uno de los cohetes laterales, que entrá en ignición, obliga a que el lanzamiento tenga que autorizarse realmente para evitar el desastre total. A partir de aquí aventuras y desventuras de unos adolescentes que se encuentran en el espacio y deben pilotar el transbordador de regreso a casa, en una película que simula con bastante exactitud lo que es un viaje en estos vehículos.
No hay lugar donde 007 no pueda llegar, y si es al espacio siempre habrá un transbordador espacial dispuesto a transportarlo y salvar el mundo de la letal amenaza que allí se esconde. Estrenada en 1979, es decir, poco antes del lanzamiento del Columbia, MoonRaker (nombre que reciben el vehículo en la película) tomo como base al transbordador Enterprise, el primer en construirse y que ya había sido presentado al público.
Un fallo en un antiguo satélite militar ruso obliga a la NASA a reclamar la ayuda de Frank Corvin (Clint Eastwood), el veterano y ya retirado miembro del equipo Dedalo, que en 1958 vió truncado su sueño de viajar al espacio pero que ahora, 40 años después es la única persona que conoce y puede reparar los sistemas del satélite, tan anticuados como el mismo. Corvin acepta, pero solo con la condición de que los otros tres miembros de Dédalo lo acompañen.
Así se inicia esta aventura espacial producida y protagonizada por Eastwood, junto con Tommy Lee Jones, Donald Sutherland y James Garner. Como no podía ser de otra manera, a bordo de un Space Shuttle.
Una desafortunada revisión del clásico "La invasión de los ladrones de cuerpos", donde "algo" remplazaba a los seres humanos por réplicas, identicas a los originales excepto por su falta de emociones. Los dos protagonistas intentaban (con poco éxito) detener la invasión luchando contra el mayor enemigo, el sueño, pués era cuando uno se duerme el momento en que se producía la substitución.
"The invasión", cuyo principal y posiblemente único aliciente es la pareja protagonista (Nicole Kidman y Daniel Creig) empieza con el accidentado regreso de un transbordador espacial, que termina estrellandose, llevando en su interior el virus alienígena. En esta ocasión el Space Shuttle es simplemente la justificación para explicar la llegada de dicho virus a La Tierra, como podría haber sido un meteorito, un satélite o el trineo de Santa Claus.
El nucleo de La Tierra deja de girar a causa de un fallido experimento militar, y el campo magnético se desintegra lentamente, por lo que en unas pocas semanas, de no reactivarse el corazón del planeta, todo rastro de vida desaparecerá abrasado por la radiación solar. Solo un vehículo jamás antes construido, capaz de aguantar la presión y el calor del interior del planeta, puede realizar la misión de transportar hasta allí una serie de bombas atómicas de gran potencia destinadas a dar nueva vida al ahora muerto nucleo.
Película con multiples errores científicos (entre ellos la idea de la Tierra "carbonizada" al instante al falla el campo magnético) pero, como Armaggedon, cumple su tarea de entretener.¿Y que tiene que ver una aventura que nos lleva hacia en interior de La Tierra con los Space Shuttle? Pues que, al principio, una de las protagonistas se ve envuelta en el accidentado aterrizaje de un transbordador espacial, que debido a las alteraciones magnéticas se desvía de su ruta y termina aterrizando de forma tan espectacular como divertida.
Una nueva película de aliens amenazadores, protagonizada por Walter Koenig, el Pavel Chekov de la Star Trek original. Esta ocasión se pondrá a los mandos de vehículos ciertamente menos avanzados que la Enterprise. Dos transbordadores espaciales, llamados Camelot e Intrepid, deberán hacer frente a la amenaza de "algo" que se esconde en La Luna.
Transformer 3: El lado oscuro de la Luna es la más reciente aparición de un Space Shuttle en la gran pantalla, y eso de manera literal, pues se aprovechó la presencia del Atlantis en la plataforma de lanzamiento previo a su último viaje para realizar las tomas que después, con los necesarios añadidos informáticos, dieron forma a la escena en que los Autobots abandonan la Tierra, con un transbordador convertido, mediante la magia de los efectos digitales, en una nave realmente espectacular.
"Soy tan molón que tengo hasta un transbordador espacial para mi solo...chupate esa,Spielberg!!"
El ya desaparecido Leslie Nielsen, ya en la parte final de su carrera, tuvo ocasión de viajar en un Space Shuttle en la película 2001: A Space Travesty, aqui conocida como 2001: Despega como puedas (todas las películas de Nielsen en España se tradujeron con X como puedas, en otra de esas genialidades con que los traductores nos castigan habitualmente).
Una película infumable de un gran actor, que empezó protagonizando clásicos como El planeta prohibido y terminó encasillado en papeles cómicos, al principio con películas de cierto nivel pero al final en productos basura, como la misma 2001 o Spanish Movie.
En 1979 Star trek volvía a la vida con el estreno de su primera película, aprovechando el tiron de Star Wars. Protagonizada por los mismos que la serie original más los personajes de Will Decker e Ilia, encontramos en ella, aunque de forma extremadamente fugaz, una mención a los Space Shuttle.
Ilia, convertida ahora en una sonda a las ordenes de Veger (en realidad una antigua sonda Voyager que adquirió conciencia propia y ahora regresa a la Tierra mediante una gigantesca nave construida por una civilización de máquinas) es instruida, en un intento de que recuerde su pasado, por Decker sobre todas las anteriores naves espaciales llamadas Enterprise, incluido el transbordador espacial con dicho nombre, el primero en ser construido pero que nunca llegó a volar.
La película se estrenó en 1979, dos años antes de que, finalmente, se decidiera lanzar al Columbia, quedando el Enterprise poco más que como una maqueta a escala real al carecer de los escudos y sistemas necesarios para volar. Cabe señalar, pero, que tras el desastre del Challenger se llegó a plantear la posiblidad de equipar al Enterprise para que fuera capaz de volar y ocupara el lugar del primero, aunque finalmente se decidió construir uno completamente nuevo, el Endeavour.
Hasta aquí este breve repaso a la filmografía (al menos aquella que puedo recordar) donde los Space Shuttle hacen acto de presencia. En el camino quedan otras que no pertenecen al mundo de las grandes películas, pero tambien son dignas de mención, como el viaje de Homer Simpson al espacio o la aparición del Columbia (el capítulo se realizó 5 años antes de su destrucción) en Cowboy Bebop. Y es que nunca exitió y dificilmente existirá jamás nada tan universalmente aceptado como símbolo de los viajes al espacio que nuestros queridos y ahora ya retirados transbordadores.
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