Aunque no es sencillo conocer su forma y estructura mirando desde el interior, poco a poco hemos ido desvelando el aspecto de nuestro hogar galáctico, lo que se conoce como una espiral barrada. Y con ello hemos visto que la imagen clásica que teníamos antes, aunque más o menos cierta en su conjunto, presenta variables inesperadas. Entre ellas que su disco, lejos de ser plano, está "torcido", bamboleándose a medida que gira sobre si misma. Vista desde el exterior, ciertamente nuestro hogar tendría un aspecto algo extraño.
No es un hecho descubierto recientemente, ya que se conoce desde mediados del siglo pasado, pero sin datos más precisos sobre la velocidad en que esta distorsión se mueve alrededor del centro era difícil de descubrir su origen. Desde efecto del campo magnético intergaláctico hasta influencia del el hipotético halo de materia oscura que rodea la Vía Láctea, muchas eran las ideas, pero pocos los medios para probarlas. Hasta que la llegada de Gaia, que nos está ofreciendo el mejor mapa en tres dimensiones de nuestra galaxia jamás creado, puede haber dado con la solución.
Esta se encuentra en la velocidad con la que se mueve esta distorsión y su estabilidad. En el primer caso se estima que tarda unos 600 millones de años en completar un giro, mucho más lento que las estrellas individuales (el Sol tarda unos 220), pero aún así más rápido de lo que se podría esperar si el magnetismo o la materia oscura fueran los responsables. Y el segundo es que lejos de ser estática, esta ola cambia de orientación con el tiempo, como una peonza cuando gira sobre su eje. Todo eso, junto, permiten apuntar ya un culpable del irregular aspecto de la Vía Galaxia: El impacto con alguna de las galaxias enanas que la rodean.
Los astrónomos aún no saben cual, y cuándo comenzó la colisión. Uno de los aspirantes es Sagitario, que orbita la Vía Láctea y se cree que ha cruzado a través del disco galáctico varias veces en el pasado. Los astrónomos piensan que con el tiempo será absorbido gradualmente, un proceso que ya está en marcha. La distorsión o "ola" es fruto, por tanto, de una galaxia, la nuestra, que está devorando a otra. Un recordatorio de que vivimos en una estructura vida, cambiante, aunque a una escala de tiempo tal que nos parece ilusoriamente eterna e inmutable.
La galaxia de Sagitario, en proceso de ser devorada por nuestra galaxia, vista por Gaia.
Una forma de entender mejor como se mueve la Vía Láctea.
Milky Way’s warp caused by galactic collision, Gaia suggests
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