Se reanuda su actividad después de varios meses.
"La Voyager 2 volvió a las operaciones normales después de la anomalía el 25 de enero de 2020. Los cinco instrumentos científicos operativos, que fueron desactivados por el sistema de protección de la sonda, están encendidos y devuelven datos científicos con normalidad". Así anunciaban representantes de la NASA que el largo camino de recuperación de esta veterana exploradora, actualmente ya en pleno espacio interestelar una vez dejada atrás la zona de influencia directa del Sol, había concluido. Un proceso nada sencillo si se tiene en cuenta que cualquier transmisión de la nave a la Tierra o viceversa, viajando a la velocidad de la luz, necesita 17 horas para completar su travesía. Fue un trabajo lento y paciente, que finalmente dio sus frutos.
Los problemas para la Voyager 2 comenzaron a finales de Enero, cuando debía realizar un giro de 360º sobre si misma para tomar datos de los campos magnéticos que la rodean. Se produjo un fallo hasta ahora no aclarado que provocó un retraso en su ejecución, lo que llevo a que dos sistemas de alto consumo de energía coincidieran activados al mismo tiempo. Teniendo que gestionar su energía al milímetro, dado que esta cada vez es más escasa, tal gasto era un peligro mortal y por ello la sonda activó su sistema de protección, mediante el cual suspendió la actividad de todo su equipo científico y sus sistemas no esenciales, y quedo a la espera de indicaciones desde la Tierra.
Desde ese día los ingenieros llevaban trabajando para restablecer la situación, cosa que se fue haciendo con desesperante lentitud debido al retraso de las comunicaciones. El primer fruto de su esfuerzo fue conseguir desactivar uno de los dos sistemas de alta consumo, con lo que se pudo taponar la "fuga" de energía, y posteriormente se fueron reactivando los cinco instrumentos científicos aún operativos. Finalmente, este pasado 3 de Marzo, se anunciaba que la Voyager 2 reanudaba su actividad científica normal. Una espléndida noticia teniendo en cuenta que recientemente alcanzó el espacio interestelar, y con ello está entrando en terreno desconocido.
Todo esto nos asegura que tendremos unos años más de actividad, hasta que uno por uno sus instrumentos deban ir siendo apagados ante la falta de energía general. Disfrutemos de ella mientras podamos.
A finales de 2018 la Voyager 2 cruzó la frontera entre el espacio bajo la influencia del viento solar y el medio interestelar. En cierta forma fue el inicio de una nueva misión, por eso es tan valioso que siga en activo.
Voyager 2 Returns to Normal Operations
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