Recientemente regresó a su plena actividad después de superar los problemas que la habían dejado temporalmente inoperativa. Y ello significó no solo recuperar el flujo de datos desde el espacio interestelar y dar un merecido descanso a todos los que trabajaron sin descanso para superar el bache, sino que también dar luz verde a la tan necesaria renovación de la antena principal de la estación de Canberra, una de las tres que conforman la red de seguimiento del espacio profundo (DSN) de la NASA, la única que actualmente es capaz de comunicarse con esta sonda y que pedía a gritos una renovación profunda.
Esta red funciona las 24 horas del día, los 365 días del año y se distribuye entre California, España y Australia. Esto permite a los navegadores comunicarse con las diversas misiones interplanetaria en todo momento pese a la rotación de nuestro planeta. Pero la Voyager 2, que se lanzó en 1977, se encuentra actualmente a más de 17 mil millones de kilómetros y viajando en una dirección descendente en relación con el plano orbital de la Tierra, por lo que solo se puede ver desde el hemisferio sur y, por lo tanto, solo se puede comunicar desde la estación en Australia.
Además, se requiere un transmisor especial de banda S para enviarle comandos, uno lo suficientemente potente como para alcanzar el espacio interestelar y en una frecuencia que puede comunicarse con su anticuada tecnología. Y su antena principal de 70 metros (DSS43) es la única de este tipo en el hemisferio sur. Sin embargo, con más de 40 años de actividad a sus espaldas, está quedándose anticuada rápidamente y las señales de envejecimiento de alguna de sus partes más crítica se está dejando notar, por lo que es necesario que afronte una renovación a gran escala para seguir siendo útil en el futuro. Por lo tanto, durante los próximos 11 meses estará "en obras".
Durante este periodo la Voyager 2 quedará incomunicada de la Tierra. No para enviar datos, cosa que si seguirá haciendo con normalidad, pero si para recibir comandos. Es decir, trabajará de forma autónoma sin que nadie le diga nada. Un riesgo necesario, ya que era una renovación que no podía aplazarse más y que no solo beneficiará a la propia sonda, sino que también lo hará para otras misiones presentes y futuras, que tendrán en DSS43 un mejor y más capacitado soporte.
Solo queda esperar que no ocurra ningún nuevo contratiempo que hiciera necesaria la intervención desde la Tierra. Buen viaje, Voyager 2, y pórtate bien.
La DSN sirve para conectarnos con las misiones interplanetarias, especialmente de la NASA, aunque también ofrece su servicio a otras "competidoras", como la ESA o la JAXA.
Que tengas un buen viaje durante estos meses en solitario.
NASA's Deep Space Antenna Upgrades to Affect Voyager Communications
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