jueves, marzo 12, 2020

Bajo una lluvia de hierro

Visitando uno de los mundos más extremos conocidos.

Hoy día acumulamos ya varios miles de exoplanetas descubiertos, y dado nuestras limitaciones tecnológicas, podemos presuponer que la cifra es inmensamente mayor, quizás tantos como estrellas, quizás aún más numerosos. Y de la misma manera, a partir de lo conocido, que existen de todo tipo, tamaño y condiciones ambientales, ya que incluso en esa pequeña muestra del total que atesoramos los estamos encontrando de todo tipo, entre ellos algunos tan extremos que parecen sacados de la literatura de ciencia ficción.

WASP-76b es uno de esos lugares que parecen fruto imaginación más retorcida y oscura de un escritor, lugares donde ambientar la hostilidad del Universo en todo su esplendor. Y es que en este exoplaneta, según un reciente estudio, realizado mediante los datos del Very Large Telescope (VLT), llueve, pero es una lluvia que no nos gustaría sufrir. Una lluvia de hierro. Literalmente.

Este mundo, situado a unos 640 años-luz de distancia, habita muy, pero muy cerca de su Sol. Como resultado sufre temperaturas que desafían a nuestra imaginación, por encima de los 2.400 Cº, tanto calor que las moléculas se separan en átomos y metales como el hierro se evaporan a la atmósfera. Pero, como nuestra Luna, su rotación está atrapada por las fuerzas de marea, por lo que existe un hemisferio siempre de día y ardiente, y otro siempre de noche y mucho más frío. Concepto este relativo, ya que estamos hablando de 1.500 Cº, pero que no dejan de ser 900 Cº de diferencia, lo que genera vientos que lleva el vapor de hierro hasta la zona nocturna, donde se condensa de nuevo en forma de gotas de hierro, que precipitan en forma de lluvia.

Este ciclo climático explica las curiosas huellas químicas del planeta, con una fuerte firma de vapor de hierro en la zona que separa el lado diurno del planeta de su lado nocturno. "Sorprendentemente, sin embargo, no vemos el vapor de hierro por la mañana", comenta David Ehrenreich, profesor de la Universidad de Ginebra (Suiza), y que dirigió este estudio. La razón, es que "está lloviendo hierro en el lado nocturno de este exoplaneta extremo". "Las observaciones muestran que, en la atmósfera del lado diurno y caliente de WASP-76b, el vapor de hierro es abundante", añade María Rosa Zapatero Osorio, astrofísica del Centro de Astrobiología de Madrid (España)."Una fracción de este hierro se inyecta en el lado nocturno debido a la rotación del planeta y los vientos atmosféricos. Allí se encuentra con ambientes mucho más fríos, se condensa y cae en forma de lluvia".

Un lugar extremo, hostil hasta un punto que desborda la imaginación. Y ese es el mensaje. No importa lo extraño que sean los mundos que soñemos, ahí fuera, en algún lugar, es muy posible que exista realmente.

El cercano baile de WASP-76b y su Sol.

Bailando bajo una lluvia de hierro.

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