Durante mucho tiempo el Universo fue aquello que podían ver nuestros ojos, lo que veíamos en el firmamento y, con el progreso tecnológico, aquello que eran capaces de vislumbrar los primeros telescopios. Pero ese mismo avance científico también nos hizo darnos cuenta de cuan limitada era esa ventana, y que más allá de lo que éramos capaces de ver, que era muy poco, existía un espectro electromagnético mucho más amplio. Por ello llegarían otros observatorios, desde los espaciales, abiertos a los rayos gamma, invisibles desde la Tierra, y a los infrarrojos, hasta los radiotelescopios, que, como su nombre indican, se adentran en las ondas de radio. Todos juntos, de los tradicionales de luz "visible", hasta estos últimos, que se adentran en el espacio invisible, son las llaves que nos abren el Cosmos.
ALMA, con su constelación de radiotelescopios trabajando de forma conjunta, es una de las instalaciones astronómicas más espectaculares que existen, todo un espectáculo para aquellos que desafían las alturas para visitarlos. Y es que desde el llano de Chajnantor, a 5058 metros de altitud, observa las ondas de radio en longitudes milimétricas y submilimétricas (entre el infrarrojo lejano y las ondas de radio) cumpliendo el sueño de los astrónomos de abrir una nueva ventana de exploración del Universo en alta resolución. Un bosque de antenas que resume claramente nuestra determinación para alcanzar las estrellas.
Mucho se podría hablar de ALMA, per dejaremos que sea su gente la que nos explique los elementos claves que debemos saber cuando hablamos de este observatorio único, sus objetivos y los motivos que lo impulsaron, mediante una serie de vídeos tan instructivos como entretenidos. Que los desfrutéis.
1 comentario:
Precioso post.
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