Júpiter se pudo formar 4 veces más lejos de su posición actual.
Cuando estudiamos otros sistemas planetarios solemos, en no pocas ocasiones, encontrar situaciones que resultan desconcertantes si lo comparamos con nuestro Sistema Solar, distribuciones de los plantas que desafían lo que creíamos era un orden lógico, que indicaba que los mundos rocosos se sitúan cerca de su Sol, y los gigantes gaseosos, formados a partir de cuerpos de tamaño terrestre que terminaron atrayendo cantidades masivas de gas y polvo. Sin embargo los llamados Júpiter calientes desafiaron ese concepto. Gigantes incluso mayores que nuestro Júpiter, situados tan cerca de su estrella que literalmente son mundos ardientes, sometidos a temperaturas dignas de las profundidades terrestres.
No pudieron haberse formado ahí, pues la radiación estelar le habría arrancado cualquier rastro de gas, por lo que podemos asumir que nacieron mucho más lejos y terminaron migrando hasta sus posiciones actuales.¿Y el Sistema Solar? Acaso fue inmune a esta tendencia? La respuesta es que no. Tenemos indicios de que Urano y Neptuno nacieron más cerca de lo que están hoy día y migraron hacia el exterior, mientras que Júpiter y Saturno posiblemente siguieron en camino opuesto, hasta que finalmente su situación se estabilizó. Ahora, un estudio sobre los asteroides troyanos de este primera parecen ofrecer pistas interesantes, que podría desvelar donde nació el mayor planeta del Sistema Solar, y por tanto hasta que punto viajó hasta su posición actual.
Estos compañeros de viaje tiene un misterio que intriga a los astrónomos desde su descubrimiento, y es que hay un 50% más de troyanos "delanteros" (que preceden al planeta en su movimiento orbital) que "traseros" (que lo siguen) , una asimetría que nunca se ha explicado de forma satisfactoria. Al menos hasta ahora.
Un amplio grupo de astrónomos, de la Universidad de Lund (Suecia) y otras instituciones afrontaron el trabajo de realizar amplias simulaciones informáticas sobre la posible evolución del planeta y sus troyanos hasta la actualidad, y sus resultados, presentados ahora, indican que dicha asimetría solo se podría haber formado en su estado actual si Júpiter se hubiera formado 4 veces más lejos de donde está hoy día, y hubiera migrado posterioremente hasta su órbita actual, en un viaje en que la propia gravedad del planeta atrajo más troyanos hacia el punto de Lagrange delantero que en el trasero.
Estas simulaciones muestras en planeta recién nacido, aún no mayor que la Tierra, que empezó a caer en espiral entre 2 y 3 millones de años después de que iniciara su vida como un pequeño mundo de roca y hielo, en un viaje que duró unos 700.000 años fruto de su interacción con el anillo de gas y polvo que aún cubría al naciente Sol. En esos momento aún no había adquirido su masiva atmósfera actual, y fue cuando estos asteroides fueron atrapados a sus mareas gravitatorias, de forma preferente hacia la dirección en la que se movía. Si esto es así, dichos asteroides deben ser objetos primordiales, formados por los mismos materiales que dieron forma a ese Júpiter naciente, terrestre, aún sin sus mares de gas.
Si es así la sonda Lucy, que explorará hasta 6 de ellos, tendrá una inesperada oportunidad de conocer mejor el propio planeta y su nacimiento.
Lucy se lanzará en 2021, con el objetivo de explorar los Troyanos de Júpiter. Si las conclusiones de este estudio están en lo cierto, estará ante una oportunidad única de explorar los componentes del mismo corazón del planeta.
Jupiter’s unknown journey revealed
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