viernes, marzo 08, 2019

Problemas en el paraíso

Rocas subsuperficiales obstaculizan el avance del sensor térmico de InSight.

Hasta ahora todo había ido extraordinariamente bien, desde el mismo aterrizaje hasta el despliegue de los instrumentos. Pero nada puede ser perfecto, aún menos cuando hay tantos factores que pueden jugar en su contra de forma imprevista. Lleva tirando monedas al aire continuamente, y hasta ahora había salido todas de cara, pero que finalmente llegó el momento de una cruz. Toda un desafío para sus ingenieros en tierra.

El problema, en esta ocasión, llega de debajo de la rojiza superficie. Desde hace días el conocido como HP3 (Heat Flow and Physical Properties Package) está perforando el terreno, martilleando una y otra vez para ir avanzando hacia las profundidades. El objetivo son los 5 metros, aunque con solo 3 sería suficiente para obtener datos válidos sobre el flujo de calor interno del planeta. Pero incluso esta cifra parece de momento lejana, ya que actualmente se encuentra parado a medio metro, y con la opciones de poder seguir adelante comprometidas. El causante, o en esta caso causantes, lo que parecen dos rocas escondida bajo la arenosa superficie.

Las operaciones comenzaron el 28 de Febrero, y durante la primera sesión de martilleo de 4 horas (tiempo máximo después del cual se detiene para disipar el calor generado por la fricción) pudo adentrarse 50 centímetros bajo tierra, pero con señales claras de que se había encontrado un obstáculo imprevisto, que le obligó a inclinarse unos 15 grados antes se poder dejarla de lado y seguir avanzando. Pero en la segunda sesión no se lograron avances significativos, lo que los encargados del instrumento interpretan como la presencia de una segunda roca que está bloqueando el avance. Finalmente, cuando el "martillo" estaba ya trabajando sobre este nuevo obstáculo para intentar superarlo, el tiempo de 4 horas se agotó, obligando a la indispensable pausa de varios días para enfriarse.

¿Podrá superar esta inesperada barrera? De momento sus actividades se han detenido durante dos semanas, en que el equipo de misión espera reunir todos los datos posibles para preparar una estrategia. Solo queda confiar en su pericia para derribar la amenaza.

InSight no es un rover. No se puede mover alrededor de la superficie marciana para seleccionar un lugar más adecuado para el HP3. De hecho se eligió su lugar de aterrizaje porque parecía estar libre de rocas en la superficie, y los planificadores de la misión esperaban que eso mismo pudiera decirse, por extensión, del subsuelo. Incluso una vez completado el aterrizaje, se dedicaron semanas en seleccionar, entre todo el terreno al alcance del brazo robótico, el que fuera más prometedor. Pero como podemos ver nunca existe una garantía absoluta cuando exploramos otros mundos. Es inevitable un cierto grado de incertidumbre, incluso en lo que parecía un hermoso paraíso.

El "martillo", capaz de abrirse paso entre obstáculos de diferentes tamaños, como pequeñas rocas. Esperemos que también sea capaz de superar este último.

Este puede adentrarse hasta 5 metros bajo tierra, medir su conductividad térmica (cosa que ya está realizando) así como el flujo de calor llegado de las profundidades del planeta, cosa para lo cual sería necesaria una profundidad mínima de 3 metros.

Conociendo un poco mejor el HP3. 

InSight’s Rock-hammer is About Half a Meter Down and has Already Run into Rocks.

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