Si uno mira hacia la constelación de Orión, y después dirige su mirada hacia el tenue trío de estrellas que parece colgar del cinturón principal del cazador, y más concretamente hacia la que se encuentra en el punto medio de las tres, estará viendo mucho más de lo que parece a simple vista. Puede parecer una estrella, pero en realidad estaremos mirando cientos de miles de ellas, una auténtica ciudad estelar que muestra su auténtica naturaleza así que podemos disponer de un telescopio mínimamente capaz. Allí, entre la bruma, están naciendo nuevas generaciones de estrellas, el futuro que mantendrá viva a nuestra galaxia, y quizás el futuro hogar de mundos habitados aún por nacer.
Se la conoce como Nebulosa de Orión, y es, enmarcada dentro de un conjunto aún mayor de gas y polvo conocida como nube de Orión, lo que se podría llamar una maternidad estelar. En su interior existe una intensa actividad de formación de nuevas estrellas, lo que explica que resplandezca en la noche y sea visible a simple vista a pesar de encontrarse a unos 1200 años-luz de la Tierra. No es extraño que sea uno de los objetos celestes más observados, fotografiados y estudiados por la astronomía moderna. Y pese a todo ello sigue escondiendo sorpresas, como nos revela ahora una vez más la OmegaCAM, la cámara óptica de amplio campo del VST (VLT Survey Telescope).
Esta fue utilizada para un equipo liderado por el astrónomo Giacomo Beccari, para medir con precisión el brillo y los colores de las estrellas observables en la Nebulosa de Orión, lo que les permitió determinar su masa y edad. Y eso les llevó al inesperado descubrimiento de que, lejos de nacer de forma gradual, lo había hecho en forma de 3 brotes sucesivos y en un periodo de tiempo inesperadamente corto, quizás menos de 3 millones de años. Algo reafirmado por otras mediciones, como su velocidad de rotación (cada una de las tres diferentes generaciones giran a diferentes velocidades, las más jóvenes rotan más rápido y las más antiguas más despacio) y sus espectros.
"Al ver los datos por primera nos llevamos una gran sorpresa, fue uno de esos momentos '¡Wow!' que suceden sólo una o dos veces en la vida de un astrónomo", afirma Beccari. "La increíble calidad de las imágenes de OmegaCAM reveló sin ninguna duda que estábamos viendo tres poblaciones distintas de estrellas en las partes centrales de Orión". Monika Petr-Gotzens, coautora y también astrónoma de ESO en Garching, continúa, "Es muy significativo. Lo que estamos presenciando es que las estrellas de un cúmulo en el comienzo de sus vidas no se formaron todas juntas al mismo tiempo. Esto puede implicar que debamos cambiar las ideas que teníamos hasta ahora sobre cómo se forman las estrellas en los cúmulos".
Orión sigue sorprendiéndonos y enseñando nuevas y desconocidas facetas de como es el nacimiento y los primeros pasos de las estrellas recién nacidas. Es una gran ciudad estelar envuelta en la bruma, aunque en realidad, tal como estamos aprendiendo, son muchas pequeñas ciudades en una.
Las estrellas jóvenes estudiadas. Los marcadas en azul son los más antiguos y las que lo están en rojo son más jóvenes, mientras que el verdes indica una edad intermedia. Estas estrellas parecen haberse formado en tres ráfagas de formación estelar durante los últimos tres millones de años.
La constelación de Orión es quizás la más reconocible y famosa del cielo nocturno, y en ella encontramos los dos extremos de la vida estelar: Betelgeuse, una estrella cercana a su final y la Nebulosa de Orión, donde están naciendo nuevas generaciones de estrellas.
Historia de tres ciudades estelares
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