Seguimos con la lenta pero imparable llegada de nuevas imágenes de la New Horizons, que poco a poco, superando el tremendo obstáculo que representa para las comunicaciones con la Tierra la enorme distancia a la que se encuentra combinado con su limitada capacidad en este aspecto (nunca hay que olvidar que hablamos de una sonda muy pequeña), nos está enviando el tesoro científicos que guarda en su memoria, todo aquello que acumuló durante las frenéticas horas que duró el sobrevuelo propiamente dicho. Y la última joya visual que tenemos ante nosotros nos lleva a la enorme compañera de Plutón, Caronte. Ya disponíamos de imágenes de ella, pero ahora nos llega la oportunidad de verla en alta resolución. Y como este primero, también en este caso nos deja, y ya es una maravilla costumbre, casi sin plabras.
Aunque algunos científicos señalaron la posibilidad de que Caronte fuera un mundo complejo, incluso con presencia, presente o pasada, de criovolcanes, la mayoría de los implicados en la misión New Horizons esperaban encontrar un monótono mundo lleno de cráteres, una sombra de su cercano compañero, en el que se tenían depositadas todas las esperanzas. En cambio lo que pudo ver no podría estar más lejos de esa idea: Había montañas, cañones, deslizamientos de tierra, variaciones en el color de la superficie y mucho más. "Pensábamos que las probabilidades de ver este tipo de características en un satélite de un mundo en el borde más alejado de nuestro sistema solar eran bajas", explica Ross Beyer, del equipo de misión."Pero no podríamos estar más encantados con lo que estamos viendo".
Las imágenes de alta resolución del hemisferio de Caronte, que New Horizons pudo observar en detalle (el que mira siempre hacia Plutón), tomadas el 14 de Julio y transmitidas a la Tierra el 21 de Septiembre, revelan detalles extraordinarios, como un cinturón de fracturas y cañones al norte de la ecuador, que se extiende como mínimo unos 1.600 kilómetros, de un extremo a otro de su rostro, pero que es probable que se extiendan también al otro lado, quizás rodando por completo a esta luna. Cuatro veces más largo que el Gran Cañón, y con doble de profundidad en algunos lugares, nos muestra hasta que punto Caronte fue sacudidas por colosales fuerzas geológicas, hasta el punto que casi parece como si su corteza se hubiera partido el dos, con un colosal acantilado que divide los 2 hemisferios, el caótico Norte del llano Sur.
Y esta diferencia hace aún más extraordinaria a este último, conocido como Vulcan Planum, ya que la menor cantidad de grandes cráteres observados indica que es notablemente más joven que su contrapartida norteña. La suavidad de las llanuras, así como la presencia de surcos y tenues crestas, son signos claros de un rejuvenecimiento a gran escala. Una posibilidad para explicar esta superficie lisa es un algún de actividad volcánica fría, llamado criovolcanismo."El equipo está discutiendo la posibilidad de que un océano de agua interno se podría haber congelado hace mucho tiempo, y el cambio de volumen resultante podría haber llevado a la formación de grietas abiertas, permitiendo la salida a la superficie de grandes cantidades de lava basadas en el agua", explica Paul Schenk, nuevo miembro del equipo New Horizons del Instituto Lunar y Planetario en Houston. O quizás aún está ahí, manteniendo una actividad criovolcánica que sigue modificando el rostro de Caronte.
La respuesta podría llegar los próximos meses, ya que incluso estás imágenes tan espectaculares no son el techo máximo. Otras, aún mejores, esperan el momento de viajar a la Tierra, junto con nuevos y reveladores datos del resto de sus instrumentos. Lejos de haber visto todo lo que nos podría ofrecer, lo mejor de Caronte puede que aún este por llegar. Plutón es un lugar extraordinario, que hizo lo mejor que puede hacer cualquier mundo explorado por primera vez: Sorprendernos con lo inesperado. Y su compañera de viaje parece que quiere demostrar que es igualmente merecedor de nuestro asombro.
La combinación de las imágenes de LORRI, en alta resolución pero en blanco y negro, con los datos de la MVIC (Multispectral Visual Imaging Camera) del instrumento Ralph, nos permite tener una visión precisa en extremo del rosto de Caronte, con una resolución de 0.8 Kilómetros/Píxel. La abrupta diferencia entre ambos hemisferios, y la abrupta frontera en forma de cañones y acantilados que las separa. Parece como si parte de la corteza más antigua hubiera sido borrada de la faz de esta luna por fuerzas geológicas colosales.
El concepto de los criovolcanes nos resulta exótico por ser la versión opuesta de nuestros volcanes, emitiendo una fría mezcla de agua, Amoniaco y Metano en lugar de ardiendo magma. Tritón, la luna de Neptuno, se considera un más que probable hogar para estos volcanes fríos, como sugieren las imágenes de la Voyager 2, que lo sobrevoló en 1989.
Pluto’s Big Moon Charon Reveals a Colorful and Violent History
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