El complejo de lanzamientos 39A del Kennedy Space Center lleva en estado "durmiento" desde Julio de 2011, cuando despegó de el la última misión de un transbordador espacial. Pero en los últimos meses de este 2015 debería estar de nuevo en activo, esta vez no ya para una lanzadera de la NASA, sino para Space X, la dinámica compañía espacial privada de Elon Musk, que quiere utilizara para que sea la plataforma de su nuevo y más poderoso cohete lanzadera. Serán ellos los que lo operen y serán ellos quienes pagaran los gastos que algo así implica. Todo un signo de los tiempos.
Falcon Heavy, el siguiente paso en la decidida carrera espacial inicida por las gentes de Munsk, será el más poderoso cohete desarrollado desde los Saturno V de la NASA, que llevó a los astronautas del Apolo a la Luna, capaz de elevar hasta 57 toneladas hasta la órbita baja de La Tierra y 21 hasta la órbita geoestacionaria, superando ampliamente al más potente actualmente en servicio, el Delta IV Heavy, y que no será superado hasta la llegada (si es que se hace realidad) del gigantesco SLS. Sin embargo, más allá de sus dimensiones y capacidad, así como los objetivos a largo plazo que Space X quiere alcanzar con el, lo que más destaca en esta presentación es la intención de que Falcon Heavy sea una lanzadera casi completamente reutilizable, con el objetivo de reducir drásticamente los costes económicos de los lanzamientos espaciales. Y en eso el SLS se queda claramente atrás.
Una ambiciosa meta que Space X, como es ya típica en ella, presentó en forma de un espectacular vídeo, en el que vemos como quiere conbseguirlo: Después del lanzamiento, tanto los 2 impulsores auxiliares como el central, cada uno de ellos equivalente en potencia a un Flacon 9, regresarán a tierra, realizando un aterrizaje suave y controlado. Precisamente dominar este tipo de técnica está siendo protegonista en los últimos lanzamientos, y que tuvo en el intento de aterrizaje en una pequeña barcaza su más espectacular ejemplo. Aunque en este último caso terminó fallando, lo cierto es que completó casi todos los pasos con éxito, alcanzado su objetivo a pesar de su pequeño tamaño, y solo el agotamiento, junto antes del aterrizaje, del líquido hidráulico que permitía la acción de las "aletas" encargadas de mantener el rumbo y el equilibrio del Falcon 9, impidió un éxito completo. Por ello Space X parece confiada en que pronto lo lograrán.
¿Veremos realmente a los 3 impulsores del Falcon Heavy regresando a la zona de lanzamiento por si mismos, aterrizando de nuevo con total suavidad y listos para ser utilziandos de nuevo una vez cumplido de objetivo de enviar el cargamento al espacio? Aunque parece demasiado bonito para ser verdad, especialmente por los retos tecnológicos que ello supone, si algo hemos aprendido estos años es que no debemos nunca subestimar a las gentes de Space X, que han convertido en realidad uno detrás de otro objetivos que, cuando fueron planetados en público en su momento, parecieron igualmente improbables.
El nuevo paso de Space X en su ambicoso programa de lanzaderas.
Después de convertir a los Falcon 9 en un sistema de lanzamiento eficaz y probado ya en forma de diversos vuelos a la ISS, el Falcon Heavy es el siguiente objetivo, mientras siguen los ensayos para lograr las recuperaciones controladas.
El complejo de lanzamientos 39A del Kennedy Space Center ha permanecido en estado latente, salvándose del desmantelamiento. Ni un solo cohete ha utilzado esta rampa en el Centro Espacial Kennedy en más de 3 años. Space X lo gestionará, pagando su ultilización y mantenimiento, y ya se encuentra realizando en el un completo programa de renovación y modificacion para adaptarlo a sus necesidades.
Infografía: El Falcon Heavy.
Falcon Heavy Rocket Launch and Booster Recovery Featured in Cool New SpaceX Animation
No hay comentarios:
Publicar un comentario