Japón es un país relativamente pequeño, solo algo más extenso que Italia, y con un terreno muy montañoso que centra la mayor parte de su población en las pocas zonas llanas existentes, esa sensación es aún mayor para sus habitantes. Su programa de exploración parece reflejar involuntariamente esa realidad, ya que a los fracasos en intentar alcanzar mundos como Marte y Venus se le contraponen éxitos en los cuerpos menores (pero no por ello menos interesantes) del Sistema Solar. Así fueron las sondas Suisei y Sakigake al cometa Halley en 1986, y especialmente la Hayabusa (halcón peregrino), cuya odisea para alcanzar el asteroide Itokawa, tomar muestras y lograr hacerlas llegar a La Tierra se engloba en una de mas misiones más complejas, accidentadas y pese a ello finalmente exitosa de la historia espacial.
Por ello no es de extrañar que la siguiente gran apuesta de Japón para ir más allá de la órbita lunar continue el camino abierto en su momento por esta sonda. Y es que Hayabusa 2, como su nombre indica, toma el relevo de su predecesora, una sonda parecida pero técnicamente mejorada en no pocos aspectos. Ya completada en las instalaciones de la JAXA en Samagihara ahora espera ya su último viaje terrestre antes del lanzamiento, previsto para este próximo Diciembre, hasta el centro espacial de Tanegashima, el equivalente japonés al Kennedy Space Center de los EEUU.
Así, una vez en las cercanías del asteroide 1999 JU3, su objetivo, dipositará en la superficie un módulo de aterrizaje llamado MASCOTA (Mobile Asteroid Surface Scout) ycontruido por el German Aerospace Center’s (DLR) Institute of Space Systems, dotado de 4 instrumentos y capaz de saltar de una localización a otra de forma autónoma, tomando mediciones del material existente en cada uno de ellos. A este le acompañarán en su viaje hacia la superficie el pequeñ aterrizador conocido como MINERVA-II, heredera de la primer MINERVA, que viajó en la Hayabusa pero falló en su intento de aterrizar, perdiendose en el espacio.
Pero el gran momento, y razón de este viaje, es la toma de muestras. Con el objetivo de alcanzar el material situado por debajo de la superficie, y por ello menos alterado por el paso del tiempo, lanzará un proyectil contra el asteroide, parecido a lo que hizo la Deep Impact en su momento, aunque en esta caso con una carga explosiva, ya que en esta caso no tendrá tanta energía cinética como para provocarla por si mismo. La sonda se situará al otro lado del asteroide para protegerse, no sin antes lanzar el cámara DCAM3, que intentará obtener una visión de la formación del cráter. Posteriormente llegará la hora para la Hayabusa 2 de aproximarse al punto de impacto hasta casi el contecto directo y recoger muestras, que serán guardadas en una cápsula para su posterior envío a La Tierra.
Una misión en todos sus aspectos espectacular y que promete, si se lleva adelante con éxito, escribir una nueva página en el gran libro de la exploración espacial, aunque deberemos esperar hasta mediados de 2018, momento en que esta sonda llegará a su objetivo para afrontar esta dificil misión. El primer paso, pero, tendrá lugar a finales de año con su lanzamiento. Será el momento en que el nuevo "halcón peregrino" japonés iniciará su vuelo hacia las estrellas.
Una de las principales diferencias con su predecesora, 2 antenas de alta ganancia en lugar de una sola. Junto a ellas, a la izquierda, la antena orientable de media ganancia de banda X, que parece una pelota de oro con un cuerno negro.
La cápsula de muestras que regresará a La Tierra en 2020.
La cámara DCAM3 (objeto azulado) que se desplegará para intentar tomar imágenes del momento del impacto y la formación de cráter.
Los motores iónicos de la Hayabusa 2, más potentes que los de la primera Hayabusa. También puede observarse pequeñas boquillas en las esquinas y los bordes de la nave espacial, todo parte del sistema de control de reacción (es decir, los cohetes de maniobra). Hay 12 en total, uno en cada esquina y de cuatro en los bordes.
MASCOT, el pequeño módulo de aterrizaje europeo.
El fin de la sonda Hayabusa 1, después de su heroico regreso a casa y haber sido capaz de lanzar la cápsula de muestras, que sería recuperada más tarde. Ahora una nueva Hayabusa tome el relevo.
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