Finalmente ya conocemos la zona destinado, si la suerte acompaña a un viaje donde las opciones de éxito no son grandes como quisiéramos, a entrar en los libros de historia como el primero que presenció el aterrizaje suave de un ingenio humano en la superficie de un cometa. Existían 5 "finalistas", todos ellos con ventajas y desventajas que se debían confrontar. La denominada A posiblemente era la preferida por todos los aficionados, ya que implicaba hacerlo en el cuello de Churyumov–Gerasimenko, el puente de materia que parece unir sus dos partes principales, y con ello tener la posibilidad de tomar unas panorámicas realmente increíbles, pero que un análisis frío hacia evidente que difícilmente sería la ganadora, al ser posiblemente el más peligroso de todos ellos. Se buscaba un lógico equilibrio entre valor científico y la seguridad para el propio ingenio espacial, y estas nos hacían dirigir la mirada hacia la "cabeza" del cometa.
Y esta fue finalmente la decisión del equipo científico de Philae, que por unanimidad decidió que el módulo se dirigirá a la zona J, que ofrece un potencial científico único, con indicios de que hay zonas activas muy próximas y un riesgo mínimo, al menos en comparación a los otros 4 puntos finalistas. Igualmente se determinó que la zona C será la opción de reserva por si finalmente, por nuevos descubrimientos, hubiera que descartarse J. Las cartas, como se suele decir, ya están sobre la mesa. Pero no fue una elección sencilla, y esta lejos de tener la seguridad que todos hubieran deseado pero que la extraña forma de Churyumov–Gerasimenko impide. Cuando llegue el momento habrá que cruzar los dedos y esperar.
"Las imágenes más recientes, tomadas desde cerca, nos muestran un mundo hermoso pero muy accidentado. Eso es científicamente muy emocionante, pero también un desafío desde el punto de vista de las operaciones necesarias", dice Stephan Ulamec, del Centro Aeroespacial Alemán, DLR. "Ninguno de los puntos de aterrizaje cumplía al 100% los requisitos operacionales, pero el J es claramente la mejor solución"."Llevaremos a cabo el primer análisis in situ de un cometa, lo que nos proporcionará un conocimiento sin precedentes de la composición, la estructura y la evolución de estos objetos", explica Jean-Pierre Bibring, uno de los científicos líderes de la sonda e investigador principal del instrumento CIVA en el IAS, en Orsay, Francia."El punto J, en particular, nos ofrece la oportunidad de analizar material prístino, caracterizar las propiedades del núcleo y estudiar los procesos que rigen su actividad".
Había una serie de aspectos críticos que debían ser considerados en esta selección y por lo cual la tarea no resultó sencilla: Tenía que ser posible encontrar una trayectoria segura para colocar a Philae en la superficie, y la densidad de las posibles amenazas en la zona de aterrizaje debía ser mínima. Una vez en ella entraban en juego otros factores, como el balance entre horas de luz y nocturnas y la frecuencia de los pases del orbitador, con el que debe comunicarse la sonda.
Otro factor a tener en cuenta es que el descenso hacia el cometa será pasivo, separándose de Rosetta a velocidades de entre 0,18 y 1,9 km/h para ir descendiendo bajo el efecto de la tenue gravedad del cometa, y solo es posible predecir que el aterrizaje será dentro de una "elipse de aterrizaje" que por lo general tiene varios centenares de metros de tamaño. En J la mayor parte de las pendientes son de menos de 30º en relación al eje vertical local, lo que reduce las posibilidades de que Philae pudiera darse la vuelta cuando toque la superficie. También parece tener relativamente pocas piedras (lo que nuevas observaciones de Rosetta deberá confirmar o refutar) y recibe suficiente horas de luz como para que pueda recargar y continuar las observaciones científicas más allá de la fase inicial, en que alimentará de sus baterías.
Una vez liberada de Rosetta y durante el largo descenso (que para la zona J se estima en unas 7 horas) se tomarán imágenes y se llevarán a cabo otras observaciones del entorno. En el momento en que toque la superficie, a una velocidad equivalente al paso humano, usará arpones para fijarse a la superficie y evitar "rebotar" y salir despedida de nuevo hacia el espacio, tan débil es la gravedad del cometa. Tomará entonces una panorámica de 360º del lugar de aterrizaje, para ayudar a determinar dónde y con qué orientación ha aterrizado. Todo esto deberá ocurrir antes de medidado de Noviembre, ya que posteriormente, con un cometa en actividad creciente, las opciones de lograrlo se reducirían exponencialmente.
Una vez firmemente asentado comenzará lo que se conoce como fase de ciencia inicial, en la que otros instrumentos analizarán el plasma y el campo magnético, así como las temperaturas superficiales y subsuperficiales. También perforará la superficie y tomará muestras, para analizarlas en el laboratorio a bordo, mientras que su estructura interna será desvelada mediante la utilización de ondas de radio.
Todo esto si finalmente se consigue, lo que está lejos de ser seguro. El manager del proyecto Rosetta, Fred Jansen, señalaba en una reciente rueda de prensa que las opciones de éxito, en el caso de haber sido un cuerpo más esférico, rondarían entre el 70 y el 75%, por lo que en realidad serán bastante más bajas. Una moneda al aire y contener la respiración mientras esperamos saber si salió cara o cruz, eso será lo que viviremos ese día. Serán horas de alta tensión, y aunque el fracaso de Philae no restaría puntos al extraordinario éxito que está protagonizando Rosetta, sin duda representaría el colofón perfecto para una misión tanincreible. Y, por encima de todo ¿Cuantos años, o décadas, pasarán hasta que alguien intente de nuevo algo tan así?
En menos de 2 meses Philae afrontará su destino, uno escrito con la letra J. Toda la suerte del mundo para esta nuestra pequeña mensajera interplanetaria. El día del descenso, aunque solo sea en espíritu, estaremos todos a tu lado.
J y C, las zonas de aterrizaje principal y secundaria finalmente elegidas para Philae.
Una visión con distintos ángulos de iluminación de la zona J.
Buena suerte y buen viaje, pequeña Philae.
El lugar para el aterrizaje es el J
Philae ya sabe dónde aterrizar en un cometa (Bitácora de Rosetta 5)
A landing site for Philae, but it's not going to be easy
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