Cuatro décadas después de que el último de ellos despegara rumbo a casa y la Humanidad diera la espalda a nuestro satélite los Apolo regresarán momentáneamente con todo su esplendor, de la mano de una sonda que desde hace más de dos años explora un mundo que a pesar de ser nuestro compañero planetario más cercano sigue escondiendo muchos enigmas aún por resolver...y es que desde el pasado 10 de Agosto la LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter) está lentamente descendiendo hacia la superficie lunar.
Mediante un encendido de sus impulsores para disminuir su velocidad orbital, la LRO se dirige a una órbita extremadamente baja, más incluso de la que ya sigue habitualmente, pasando de los habituales 50 Kilómetros de altura a solo 20, algo que solo la baja gravedad lunar y su ausencia de una atmósfera digna de ese nombre hace posible. Una auténtica aventura en que casi rozara una superficie selenita, ahora más cerca que nunca.
Aunque solo sea por unos días, del 14 al 19 de Agosto, tras lo cual volverá a su posición anterior, mucho más segura, no sin antes haber completado su objetivo, el fotografiar los lugares de descenso de los módulos Apolo, parte de los cuales aún permanecen en la superficie selenita.
No será la primera vez que lo haga, pero si que sera desde la distancia más corta y, por ello, de más resolución, hasta 4 veces más detallas que las que consiguió anteriormente...en definitiva, una nueva reunión con el pasado pero en unas condiciones mucho mejores. Sin duda las fotografías que nos envíe de los viejos Apolo, que ya eran más que notables la primera vez, harán que el esfuerzo merezca la pena, ya que nos pondrá cara a cara con una parte de nuestra historia.
Lunar Reconnaissance Orbiter lleva estudiando la Luna desde el 28 de Junio de 2009, enviando una media de 400 Gigas de información al día, acumulando hasta la fecha un total de 200 Terabytes de datos científicos, acumulando 100 veces más mediciones que todas las anteriores sondas lunares juntas, y cuyo objetivo final, su mayor legado, será levantar un mapa de toda la Luna con resoluciones que vayan de los 50 a los 200 cm/pixel, un valioso regalo que sirva de base para futuras misiones a nuestro satélite. Y es que antes de la llegada de LRO posiblemente conocíamos mejor la forma de Marte que no la de nuestra compañera.
Por tanto esta pequeña "aventura" es, en realidad, una parte insignificante de la totalidad de lo conseguido por esta sonda, pero su carga simbólica es tan grande que puede considerarse un momento cumbre de la misión...y es que recordar el día que pisamos nuestro satélite, aunque solo fuera de forma fugaz, con una fuerte carga política y dentro del marco de una guerra fría entre las superpotencias, siempre vale la pena.
Las primeras fotografías de los Apolo tomadas en la LRO, entre el 11 y el 15 de Julio, poco después de haber entrado en órbita.
LRO to Move in For Closer Look at the Apollo Landing Sites
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