La sonda logró observar dos ocultaciones estelares por parte de Plutón, ofreciendo nueva información sobre su atmósfera.
Su encuentro fue una vorágine de actividad, una secuencia de toma de datos e imágenes a un ritmo exponencial, intentando aprovechar la máximo cada instante de lo que fue un sobrevuelo de apenas unas horas, un instante comparado con los años pasando desde su partida desde la Tierra. Un intento exitoso, como demuestra la ingente cantidad de información recabada, alrededor de 50 Gigas.
Pero New Horizons hizo más que eso. También tenía programados diversos experimentos, que buscaban sacar partido a la trayectoria de la sonda con respecto al planeta para adentrarse aún más en su misterios. Alice, el espectrómetro ultravioleta, tenía dos objetivos marcados especialmente interesantes, todos ellos programados para unas pocas horas después del encuentro. En ese momento debía mirar hacia atrás y observar Plutón. Por un lado captando el momento en que este pequeño mundo ocultaba fugazmente el lejano Sol, aprovechando con ello el efecto de contraluz para extraer, a partir de la luz captada, nuevos datos atmosféricos. El segundo, menos conocido pero no por ello menos importante, implicaba ser capaz de captar la ocultación de dos estrellas en concreto, registrando como parpadeaban y se desvanecían a medida que se sumergían en la atmósfera desde el punto de vista de la sonda. Si se lograba, de la luz captada (en este caso del espectro ultravioleta) se podía extraer aún más información, que contrastar con la obtenida con la solar.
Estas dos ocultaciones ocurrieron 4 horas después del punto de máxima aproximación, momento en que Alice miró hacia el lugar y en el momento que los comandos enviados desde la Tierra le indicaban.¿Logró verlas y captar su luz? La respuesta quedó guardada en la memoria de la nave, esperando su turno para viajar a la Tierra. Hasta que recientemente esto ocurrió, confirmado que, como en todos los demás aspectos de esta misión, también aquí New Horizons había triunfado.
Ambos ocultaciones estelares revelaron las huellas espectrales del nitrógeno, el metano y el acetileno, así como la presencia de capaz de niebla, permitiendo confirmar, de una segunda y tercera fuente, los datos extraídos de la ocultación solar realiza unos horas antes, así como desvelar que tanto la composición como la estructura atmosférica son similares en diversas zonas de Plutón. El poder tener este tipo mediciones repetidas en puntos diferentes del disco planetaria permite dar forma una idea más sólida de las condiciones ambientales globales, mientras que de lo contrario, aunque se pudiera suponer que, efectivamente, son constantes en todo el globo, nunca podríamos estar seguros por completo.
Las estrellas de Alice también confirmaron otro hallazgo solar previo, que la temperatura de la atmósfera superior es hasta un 25 por ciento más fría de lo estimado, y por lo tanto es más compacta que lo que los científicos predijeron antes de encuentro de New Horizons. Y, aunque de manera indirecta, refuerzan los datos previos de que la frecuencia de escape del nitrógeno atmosférico es aproximadamente 1.000 veces menor de lo esperado. Lejos de tener una atmósfera a la fuga, como si de un cometa se tratara, Plutón parece ser capaz de contenerla en gran medida. Nada mal por el "simple" hecho de ver dos tenues estrellas sumergiéndose en ella. Pero para lograrlo hubo un trabajo colosal de planificación. Solo por ello el equipo de New Horizons merece (una vez más) nuestro reconocimiento. Ellos y ellas son las verdaderas estrellas de esta misión histórica.
La ocultación de dos estrellas prefijadas permitió captar como su luz se desvanecía, captando en su espectro señales de la composición y estructura atmosférica de Plutón.
Alice, el espectrómetro ultravioleta de New Horizons responsable de estas observaciones.
Plutón y Alicia
First Stellar Occultations Shed Additional Light on Pluto's Atmospher
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