Instalado en la superficie el segundo instrumento de InSight.
Realizar un estudio geológico/sísmico en la Tierra es relativamente sencillo, tanto como desplazarse a la zona que uno quiere estudiar y proceder a la instalación del equipo de medición necesarios. Cuando hablamos de otro planeta, claro está, la cosa se complica de forma exponencial, motivo por el cual la idea de transportar equipos equivalentes a Marte fue siempre un sueño complicado, lleno de desafíos. Pero también un suelo largamente anelado por la comunidad científica, ansiosa de explorar el corazón del planeta rojo, tanto por lo que nos puede enseñar sobre la evolución del propio planeta como por como permitirá, comparando los datos, tener una visión más clara de como fue el camino de nuestro hogar hasta ser lo que conocemos hoy día.
InSight fue la respuesta a tales deseos, un vehículo nacido de la experiencia y tecnología desarrollada para la Mars Phoenix, y que después de una larga espera, incluido un aplazamiento de dos años por problemas en el instrumento SEIS (que se encarga de medir la actividad sísmica), es una ya una realidad. El 12 de Febrero la que podríamos llamar base de estudio geológico de Marte adquirió su forma definitiva, con el despliegue de HP3 (Heat Flow and Physical
Properties Package), que se encargará de medir el flujo de calor que llega del interior de Marte.
HP3 es sin lugar a dudas un instrumento complejo y ambicioso, ya que su sonda de medición perforará el terreno hasta 5 metros de profundidad. Su objetivo es doble, medir el flujo de calor que llega del corazón del planeta por un lado, y establecer cual es la conductividad térmica del terreno, lo que ayudará a definir lo primero. Por ello, en sus operaciones iniciales, la sonda perforará unos 50 centímetros cada vez, parándose durante dos días para disipar el calor generado por la misma fricción, para posteriormente calentarse hasta los 28 Cº y midiendo con sus sensores como dicho calor se transmite al material circundante. Y así seguirá hasta alcanzar los 5 metros.
El tiempo necesario para ello dependerá lo que se encuentre en su avance tierra adentro. Si se encontrara con una gran roca antes de llegar a la profundidad requerida, por ejemplo, eso retrasaría el avance y haría necesario uno o dos años para poder filtrar todo el "ruido" generado en los datos debido a esta indeseada presencia. Evidentemente la elección del lugar de aterrizaje fue precisamente buscando un lugar tan libre de la presencia de grandes rocas como fuera posible, por lo que es improbable que eso ocurra. Sin embargo, entrando en terreno desconocido, nunca podemos estar seguros del todo.
La estación geológica marciana es ya una realidad. El esfuerzo y paciencia invertidos en ello tiene ya su recompensa, y esto solo acaba de comenzar. Cuando aún resuenan los ecos del final de Opportunity, esta noticia da nuevos ánimos a todos los apasionados por la exploración de Marte.
El despliegue de HP3 a cargo de su brazo robótico.
HP3 durante sus pruebas en tierra.
Esquema de este instrumento. Una serie de sensores a lo largo del perforador medirán la conductividad térmica del terreno, mientras que otras, en el correa que sujeta este último, medirán la temperatura existente bajo la superficie.
InSight con sus dos instrumentos principales desplegados. Hasta hoy era solo una visualización ideal, ahora ya es una realidad.
NASA's InSight Prepares to Take Mars' Temperature
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