miércoles, febrero 13, 2019

El futuro de dos gigantes

Estimando las trayectorias y velocidades de la futura colisión entre Andrómeda y la Vía Láctea.

El lanzamiento del observatorio Gaia significó ampliar, en el espacio y el tiempo, nuestro conocimiento de la galaxia que habitamos. Con su capacidad de crear mapas tridimensional del Universo cercano, así como estimar velocidades y trayectorias, los astrónomos esperan ir conociendo en profundidad la ciudad estelar que habitamos, permitiendo mirar hacia su pasado lejano o el futuro distante a partir de los datos reunidos de cada estrella. Es un logro espectacular, y lejos de limitarse a nuestra galaxia, también está permitiendo mirar al futuro de las que nos rodean, y que conforman una misma familia estelar, ligadas por su gravedad común.

Las galaxias no suelen vivir solas, sino que se agrupan en grandes familias. La nuestra, de modestas dimensiones, se le conoce, por razones evidente, Grupo Local, y la forman 3 galaxias principales (Andrómeda, Vía Láctea y Triángulo) y una nube de otras más pequeñas, enanas, que son en su mayoría satélites de algunos de las 3 primeras. Y lejos de ser una entidad congelada en el tiempo, es una familia dinámica, en movimiento. Muchos de ellos, pero sin lugar a dudas el más importante será el futuro encuentro entre Andrómeda y la Vía Láctea, destinadas a colisionar y fusionarse para formar una mucho mayor. El exactamente como y cuando sigue siendo algunas de las preguntas por responder.

Y es aquí donde entra Gaia, ya que la información que nos ofrece permite ahora tener una visión más definida de los acontecimientos."Hemos rastreado e identificado miles de estrellas en las dos galaxias, para después estudiar su movimiento dentro de estas", apunta Mark Farda, del STScI ( Instituto de Ciencia sobre Telescopios Espaciales)."Aunque su principal objetivo es estudiar la Vía Láctea, es lo bastante potente como para detectar estrellas especialmente brillantes y masivas en regiones cercanas de formación estelar, incluso en galaxias más allá de la nuestra". Los movimientos estelares medidos no solo muestran el desplazamiento por el espacio de Andrómeda (M31) y la Galaxia del Triángulo (M33) sino también cómo cada una de ellas rota sobre su propio eje. Información que permite establecer ahora sus respectivos caminos, y por extensión, mirando hacia atrás y hacia adelante, sacar a la luz la historia de su formación así como sus posibles futuros.

¿Que nos dicen los datos?"Las velocidades encontradas muestran que M33 no puede hallarse en una larga órbita alrededor de M31", señala Ekta Patel, de la Universidad de Arizona."Todos nuestros modelos implican que M33 debe de estar empezando a caer en M31". Esto es importante, porque descarta la otra posible respuesta, que ya se hubieran encontrado antes y M33 estuviera siguiendo una amplísima órbita alrededor de esta última. Por ello la trayectoria de ambas es algo diferente a lo estimado anteriormente. Y, finalmente, esto cambia la forma y el momento del encuentro entre Andrómeda y la Vía Láctea.

 La visión que surge ahora una colisión que empezará dentro de 4500 millones de años (600 más tarde de lo previsto), y no será frontal, sino que, al menos inicialmente, se tocarán de refilón. Será el principio del nacimiento de Vía Andrómeda, una nueva galaxia mucho mayor y seguramente resplandeciente bajo una actividad de nacimiento estelar renacida.

Las futuras trayectorias de Andrómeda, la Vía Láctea y la galaxia del Triángulo, extraidas a partir de los datos de Gaia.

Gaia, un observatorio en el espacio y el tiempo.

Cuando las galaxias chocan.

Nuevas velocidades para la colision entre la Via Lactea y Andromeda

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