martes, diciembre 20, 2016

Los latidos del corazón terrestre

Los satélites Swarm revelan la existencia de una corriente de chorro en el núcleo terrestre. 

Solemos asociarlos a la exploración espacial, o en el estudio de la superficie terrestre desde las alturas, su dinámica atmosférica y oceánica, sus movimientos tectónicos o el efecto que nuestra actividad tiene sobre ella. Pero en realidad pueden ir más allá, adentrarse en los secretos de su interior, estudiándolo de forma indirecta, a partir de como se manifiestan fuerzas como la gravedad o el magnetismo. Y especialmente este último resulta una puerta abierta al mundo que se esconde debajo de 3.000 Kilómetros de roca, un lugar físicamente tan cercano, pero al mismo tiempo tan lejano por lo dificil que es acceder a el. No es exagerado decir que conocemos más la superficie del Sol que el corazón de la Tierra. Poco a poco, pero, estamos haciendo progresos.

Lanzado en 2013, el trío de satélites Swarm tienen como objetivo medir los diferentes campos magnéticos terrestres, que provienen del núcleo de la Tierra, el manto, la corteza, los océanos, la ionosfera y la magnetosfera. Especialmente importante eso primero, ya que es la fuente principal, una dinamo de hierro líquido cuya rotación genera el campo terrestre en su conjunto. Y los últimos datos reunidos nos ofrecen una imagen mucho más clara como este funciona y las, ahora sabemos complejas, dinámicas que lo rigen, donde lejos de ser una masa compacta que se mueve en su conjunto, tiene sus propias corrientes, parecidas a las oceánicas y atmosféricas.

Lo más interesante de estos nuevos datos es que, a partir de los cambios registrados en el campo magnético, se sugiere claramente la existencia de una "corriente de chorro" en el núcleo externo, una corriente de hierro fundido que se mueve alrededor 40 km por año, actualmente en dirección oeste. Puede parece algo extremamente lento, pero es tres veces más rápido que las velocidades habituales registradas en el, y cientos de miles de veces que el d las placas tectónicas de la Tierra. En el contexto en que todo eso ocurre, el término encaja perfectamente. 

Los datos de Swarm también permitieron a los investigadores identificar su localización: Fluye a lo largo de un límite entre dos regiones diferentes en el núcleo, y el movimiento probablemente es causado cuando el líquido se desplaza hacia el frontera entre ambas zonas, y luego se ve aprisionado desde ambos lados."Por supuesto, se necesita una fuerza para mover el líquido hacia allí", dijo el coautor del estudio, Rainer Hollerbach, profesor de dinámica de fluidos teóricos en la Escuela de Matemáticas de la Universidad de Leeds."Esto podría ser causado por diferencias de flotabilidad, o quizás, más probablemente, por los cambios en el campo magnético dentro del núcleo".

Un viaje a las profundidades de nuestro mundo desde las alturas, un reino aún más desconocido que las profundidades oceánicas o el abismo estelar, tan cerca y al mismo tiempo tan inaccesible, pero del que ahora sabemos un poco más.
 
Se cree que el campo magnético de la Tierra es generado en gran parte por un océano de hierro líquido supercalentado  que forma el núcleo externo de la Tierra a 3000 km bajo nuestros pies. Actuando como el conductor giratorio en un dínamo de bicicleta, genera corrientes eléctricas y por lo tanto el cambiante campo electromagnético terrestre.

La constelación de satélites Swarm, de la ESA, trabajan en conjunto midiendo los campo magnéticos de nuestro planeta.

Un ejemplo de corriente de chorro atmosférica. Ahora sabemos que algo parecido ocurre 3000 Kilómetros bajo nuestros pies

There s a jet stream in our core

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