El pasado 1 de Julio despegaba desde la base de Vandenberg, California, el nuevo satélite de observación de La Tierra de la NASA, ampliando así la ya numerosa familia de estos exploradores de nuestro planeta. En este caso con un objetivo claro, medir con precisión la concentración de Co2 atmosférico, actualmente en su nivel más alto de los últimos 800.000 años, mediante la observación de su efecto en la luz del Sol. Esta se compone de ondas de muchas longitudes de onda, o frecuencias, y cuando pasa a través de la atmósfera el Dióxido de Carbono y otras moléculas absorben determinadas frecuencias, creando franjas oscuras en el espectro de la luz que delantan su presencia y concentración. Cuanta más ha sido absorbida en una determinada columna de aire, mayor es su presencia, marcando tanto zonas que son fuentes de este gas, como las grandes ciudades industriales, como "sumideros" que lo absorven, grandes masas de vegetación.
Pero no lo hará solo. Cada día, por encima de nuestro planeta, 5 satélites de observación terrestre se desplazan como si fueran los vagones de un tren, uno detrás de otro, separados por minutos, en ocasiones solo por segundos. Llevan en conjunto 15 instrumentos científicos, cada uno de ellos orientados a aspectos diferentes de nuestro planeta, funcionando como una herramienta unida y potente que busca avanzar en nuestra comprensión de la superficie y la atmósfera de La Tierra, no tan conocida como en ocasiones podemos pensar. Es lo que se conoce como Afternoon Constellation, o A-Train, y en el ahora se integra como 6º miembro y "cabeza" de esta procesión orbital.
OCO-2 Tendrá una especial relación con CALIPSO (Cloud-Aerosol Lidar and Infrared Pathfinder Satellite Observation) y CloudSat, que miden las partículas en suspensión en la atmósfera y la presencia de nubes respectivamente, y que por su forma de trabajar resultan extremadamente útiles, ya que ambos elementos reflejan algo de luz solar de vuelta hacia el espacio antes de que llegue a la superficie, lo que podría provocar confusión en los datos. Pero la información de CALIPSO y CloudSat permitirá verificar las mediciones de OCO-2 y determinar la cantidad de luz solar que llega a la superficie de La Tierra en cada zona estudiada. "Hemos alineado a OCO-2, CALIPSO y CloudSat casi a la perfección, y que estamos esperando para mantenerlos bien alineado durante tanto tiempo como sea posible para hacer la ciencia que queremos con las mediciones de los 3 satélites", explica Dave Crisp, lider del equipo científico de este primero.
Otros también ayudarán a OCO-2 en su investigación. Así por ejemplo, los datos del satélite Aqua, que mide la cobertura nubosa y la cantidad de agua presente en la atmósfera, serán una parte importante para validad los resultados del ahora primer integrante del A-Train. Aura, que realiza mediciones sobre el Ozono y la calidad del aire en general, y el japonés GCOM-W1 (o SHIZUKU), que se centra en el ciclo del agua, también aportarán su grano de arena a este esfuerzo científico global de este "tren del atardecer".
A-Train o Afternoon Constellation, una serie de satélites casi alineados y separados por segundos en su viaje alrededor de La Tierra, lo que les permite explorar una misma región de nuestro planeta de forma consecutiva, combinando los datos para una mejor valoración global
OCO-2 Takes the A-Train to Study Earth's Atmosphere
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