Aun no en su orbita definitiva pero ya capaz de obtener imágenes de altísima resolución, la Lunar Reconnaissance Orbiter continua enviándonos amplias y detalladas vistas de nuestro satélite...lo suficiente para redescubrir a las veteranas Apolo, que desde hace 4 décadas descansan sobre la superficie selenita. Varias ya han "regresado" con nosotros, y ahora, con las ultimas enviadas, le ha tocado el turno del extraordinario Apolo 12, cuya misión, situada entre el éxito histórico del Apolo 11 y el épico retorno del Apolo 13, quizás nunca ha recibido el reconocimiento que se merecía.
Apolo 12 toco la superficie selenita el 3 de Noviembre de 1969, en algún punto al oste del llamado Oceanus Procellarum, en las laderas externas de un cráter...no era una elección al azar, pues en su interior les esperaba una vieja compañera, la Surveyor 3, que había aterrizado allí apenas dos años antes, en Abril de 1967, y que formaba parte de la familia de sondas automáticas que precedieron a los vuelos tripulados y cuyos datos prepararon el camino. Un encuentro curioso del que los astronautas no se fueron de vacío, pues le extrajeron varias piezas y las llevaron de regreso a la Tierra.
La imagen superior ha permitido observar la zona y localizar a ambos vehículos...por un lado la sonda, situada dentro del cráter, y, apenas a 200 metros de distancia, la parte inferior del modulo de descenso del Apolo 12, llamado Intrepid, que descansa allí desde hace ya cuatro décadas...pueden observarse igualmente las huellas dejadas por Pete Conrad y Alan Bean en su estancia de 32 Horas sobre la superficie lunar, durante el cual hicieron dos salidas al exterior. Son bastante claras y permite hacerse una idea de todos los desplazamientos que ambos hombres hicieron durante ese tiempo
La primera de ellas sirvió para instalar el llamado ALSEP (Apollo Lunar Surface Experiment Package), un conjunto de instrumentos científicos que se mantuvo funcionando y enviando datos a la Tierra durante mas de 7 años, y que también es visible en la imagen.
La segunda les llevo a los cráteres Head, Bench y Sharp, donde recogieron muestras de roca y suelo lunar, para posteriormente dirigirse a su encuentro con la Surveyor 3, la cual examinaron detenidamente para observar su estado tras dos años expuesta al ambiente selenita y extrajeron de ella varios instrumentos, entre ellos la cámara, y cuyo posterior análisis en laboratorio terrestres seria y sigue siendo muy útil para los actuales diseñadores de hardware con destino a la Luna.
En su regreso a casa el Apolo 12 trajo consigo 32 kilogramos de material lunar, cuyo análisis ofreció datos muy interesante...así, pudo deducirse que el gran cráter Copernico, en cuyas cercanías aterrizo, nació de un impacto sucedido hace unos 810 Millones de años. También se encontraron cuatro tipos diferentes de basaltos volcánicos mucho mas jóvenes que las traídas por el Apolo 11.
El escenario de este encuentro a permanecido prácticamente inalterable desde entonces..el modulo lunar, la Surveyor 3, ALSEP e incluso las huellas de los astronautas aun permanecen allí, como muestra y prueba de la realidad de los viajes tripulados de los Apolo, que ahora la LRO ha fotografiado. Y no serán las ultimas ni las mejores imágenes...durante la segunda mitad de Septiembre su orbita descenderá, situándose algo mas cerca de la superficie, por lo que se espera que consiga tomas aun mas detalladas y claras no solo de la superficie lunar, objetivo principal de la misión, sino también de los mudos testimonios del mayor logro de la Humanidad.
Alan Bean inspeccionando la Surveyor 3...al fondo, el modulo lunar Intrepid.
El ALSEP, ya instalado sobre la superficie selenita.
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