Las sondas interplanetarias necesitan una amplia capacidad de autonomía, de ser capaces de realizar diferentes tareas por si mismas, reaccionar a circunstancias imprevistas y afrontar posibles problemas técnicos. Las mismas distancias que las separan de la Tierra hace imposible un control a tiempo real, y en ocasiones el Sol puede interponerse entre ellos. Son las llamadas conjunciones solares, porque desde nuestro punto de vista el planeta o sonda se sitúa junto a nuestro estrella, directamente delante o detrás (eso solo posible con Mercurio o Venus) o como mínimo visualmente tan cerca que las comunicaciones por radio son demasiado dificultosas o directamente imposibles.
Esa fue la situación que vivió Juno recientemente, con la circunstancia "extra" de que debía afrontar un nuevo sobrevuelo rasante de Júpiter, el 8º desde su llegada. A diferencia de los anteriores, está vez nadie pudo monitorizar que todo se estaba desarrollando correctamente. Solo quedó esperar que ese 24 de Octubre, momento del encuentro, las cosas siguieran su curso. Y esperar, evidentemente, que cumpliera los comandos recibidos, que le indicaron que debía reunir todos los datos científicos posibles, guardarnos en su memoria y esperar que terminara la conjunción para llamar a casa.
Y así lo hizo el pasado 31 de Octubre, cuando la señal de Juno fue de nuevo captada. Se confirmó que todo había transcurrido según lo previsto, que había sobrevolado el planeta con todos sus instrumentos a pleno rendimiento y que toda esta información estaba almacenada y lista para ser transmitida, proceso que se inició poco después. De haberse intento hacerlo antes la interferencia solar podría haber corrompido mucha de la información contenida por la señal, perdiéndose de forma irrecuperable.
Un nuevo reto y un nuevo éxito para una misión que comenzó mal al no poder alcanzar la órbita definitiva, pero que desde entonces, aunque sea a plazos más largos de los previsto inicialmente, no deja de sorprendernos con sus imágenes y datos. Y posiblemente aún lo siga haciendo en un futuro cercano, tal como explica Ed Hirst, recientemente nombrado nuevo administrador de la misión Juno:"Nuestra nave espacial está en excelente forma, y el equipo espera muchos más sobrevuelos del planeta más grande del sistema solar".
Júpiter se encontró los últimos días de Octubre en una Conjunción Superior con respecto a nuestro planeta. Eso hacía muy complicado cualquier comunicación con Juno, por lo que esta afrontó un nuevo sobrevuelo muy cercano (poco más de 3.000 Kilómetros) de Júpiter de forma totalmente autónoma y sin comunicarse con la Tierra.
Juno Aces Eighth Science Pass of Jupiter, Names New Project Manager
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