Detectando elementos claves para la vida en jóvenes estrellas de tipo solar.
El sistema IRAS 16293-2422 es especial en varios aspectos, y en lo que a nuestra propia historia se refiere, ciertamente revelador, ya que se trata de un sistema de 3 estrellas muy jóvenes, y lo que es más importante, todas con masas semejantes al Sol. Es decir que todas ellas son una imagen de lo fue la nuestra en su juventud, y por tanto observarlas significa abrir una ventana al pasado del Sistema Solar, al ambiente que podía reinar entonces, y de ahí respuestas trascendentales sobre lo que pudo llevar a la aparición de la vida.
Y si estas estrellas ya anteriormente habían demostrado su enorme potencial científico, con la detección de moléculas de Glicolaldehído, consideradas el compuesto de azúcar más simple posible, ahora, nuevamente de la mano del observatorio ALMA, nos muestra una nueva faceta con la detección de moléculas isocianato de metilo (a CH3NCO), y que si bien es terriblemente tóxico para la vida, también es un elemento clave para su existencia."¡Este sistema sigue sorprendiéndonos! Tras el descubrimiento de los
azúcares, ahora hemos encontrado isocianato de metilo. Esta familia de
moléculas orgánicas está implicada en la síntesis de péptidos y aminoácidos, que, en forma de proteínas, son la base biológica para la vida tal y como la conocemos", explican Niels Ligterink y Audrey Coutens, que formaron parte de uno de los dos equipos de astrónomos responsables de estos hallazgos.
"Estamos
especialmente emocionados con el resultado porque estas protoestrellas
son muy similares al Sol al principio de su vida, con las condiciones
adecuadas para que se formen planetas del tamaño de la Tierra. Ahora,
con el descubrimiento de moléculas prebióticas en este estudio, contamos
con otra pieza del rompecabezas que nos ayudará a comprender cómo
surgió la vida en nuestro planeta", comentan por su lado Rafael Martín-Doménech y Víctor M. Rivilla, autores principales de uno de los artículos. "Además
de detectar moléculas, también queremos entender cómo se forman.
Nuestros experimentos de laboratorio muestran que, en efecto, el
isocianato de metilo puede formarse sobre partículas heladas bajo
condiciones muy frías, similares a las del espacio interestelar. Esto
implica que es muy probable que esta molécula —y, por tanto, la base para los enlaces peptídicos— esté presente cerca de la mayor parte de las estrellas jóvenes de tipo solar", añade Niels Ligterink.
La Tierra, así como el resto de planetas y cuerpos menores del Sistema Solar, se formaron del material "sobrante" del nacimiento del Sol, y ser capaces de conocer, aunque sea de forma indirecta a partir de estrellas solares muy jóvenes (en realidad aún en plena formación), el ambiente que pudo rodearle en esas primeras etapas permite añadir nuevas piezas al complejo puzzle de la vida, de la que aún no sabemos aún exactamente como nació, pero de la que si conocemos sus componente básicos necesarios. Es como discernir todos los materiales y elementos que conforman un edificio, pero aún sin saber como se construye. Al menos por ahora. La respuesta a nuestro pasado quizás se esconde entre las estrellas.
El isocianato de metilo es un ingrediente químico básico para la vida, y es la
primera vez que se detecta en protoestrellas de
tipo solar.
La región de formación estelar Rho Ophiuchi en la constelación de Ofiuco, donde se encuentra el joven sistema estelar IRAS 16293-2422.
Posición de IRAS 16293-2422 en el firmamento terrestre.
El observatorio ALMA, en Chile. Sus capacidades permitieron a ambos equipos de astrónomos observar esta molécula en varias longitudes de onda diferentes y definidas a lo largo de todo el espectro de ondas de radio.
ALMA detecta ingredientes para la vida alrededor de estrellas jóvenes de tipo solar
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