El pasando 24 de Julio uno de los muchos pequeños cuerpos celestes que se mueven cerca, y en ocasiones a través, de la órbita terrestre, visitó nuestro planeta. No fue ciertamente una cercana, ya que nunca llegó más cerca de los 7.200.000 de kilómetros, o alrededor de 19 veces la distancia de la Tierra a la Luna, lo que junto a su relativamente pequeño tamaño hizo que pasara completamente desapercibido para todos, excepto, claro está, para los astrónomos profesionales, que ven en estas aproximaciones como oportunidades únicas para estudiar esta amplia familia de asteroides, los conocidos como NEO´s (Near Earth Object) por razones evidentes.
Un estudio que tiene en la técnica de radar (el envío de ondas de radio, que rebotan en la superficie del objetivo generando un eco que es captado por las antenas terrestres, permitiendo levantar mapas de ella, de forma parecida al sonar que utilizan barcos y submarinos) su mejor herramienta, dado que la exploración visual resulta extremamente limitada en estos casos. Es una técnica poderosa para el estudio del tamaño, forma, rotación, características y rugosidad de la superficie de un asteroide, y para mejorar el cálculo de sus órbitas, permitiendo proyecciones hacia un futuro mucho más lejano de que sería posible de otro modo. Y 1999 JD6, denominación oficial del protagonista de esta noticia, no fue una excepción.
Los investigadores emparejaron la antena de 70 metros de Deep Space Network de la NASA en Goldstone, California, con la de 100 metros de la National Science Foundation Green Bank Telescope, en Virginia. La primera "disparó" señales de radio hacia el asteroide y Green Bank recibió el eco resultante, logrando generar imágenes capaces de vislumbrar detalles de solo 7,5 metros de ancho, algo imposible para un telescopio visual, y sin duda de un nivel extraordinario si se tiene en cuenta la distancia.
1999 JD6, que se muestra como una posible binaria de contacto (2 cuerpos unidos por su gravedad común), y una forma muy alargada (unos 2 kilómetros sobre su eje longitudinal), realizó esta semana su máxima aproximación a la Tierra en los próximos 40 años. La próxima vez que nos visite será en 2054.
El paso cerca de la Tierra.
La antena de 100 metros de la National Science Foundation Green Bank Telescope, en Virginia, y la antena de 70 Metros de la Deep Space Network en Goldstone, California. Su trabajo conjunto permitió observar en detalle este cacahuete celeste.
El radar permite no solo ver en un detalle imposible de otra forma el resto de pequeños asteroides cercanos, sino revelar sorpresas, como que 2004 BL86 tenía una pequeña luna.
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