Paso a paso, lentamente pero con paso firme, las cosas están regresando a su cauce para este complejo, dificil (aunque desde la distancia nos parezca todo sencillo) y costoso proyecto espacial, lo más cercano que tenemos a día de hoy a una ciudad orbital, habitada de forma continua desde hace años y escenario de una constante actividad en el ámbito científico y tecnológico en forma de experimentos de toda clase. La serie de 3 accidentes consecutivos por parte de naves de carga, que debían asegurar los suministros para su tripulación, represento un duro golpe, y aunque las reservas de las que disponía la ISS fueran suficientes para mantenerla en activo a la espera de tiempos mejores, lo cierto es que se redujeron por debajo del margen de tiempo estimado como óptimo.
Era necesario recuperar la normalidad (dentro de la tremenda dificultad y complejidad que implican estos vuelos) que hasta ese momento había presidido los tránsitos entre la ISS y la Tierra. Y así está ocurriendo. Después de la llegada de una Progress, que sin duda hizo respirar un poco más tranquilos a todos, le llegaba el turno a la agencia espacial japonesa, la JAXA, dar un nuevo impulso. Y así a sido.
El miércoles 19 de agosto de 2015, a las 11:50:49 UTC, un cohete H-IIB despegaba desde desde la rampa LP-2 del Complejo de Lanzamiento de Yoshinobu, en el Centro Espacial de Tanegashima. En su cima la 5ª nave de carga Kounotori (cigüeña blanca en japonés) iniciaba su camino hacia la ISS, que concluyó hoy cuando el brazo robótico de la estación, comandado por los astronautas Kimiya Yui y Kjell Lindgren, la atraparon y situaron el puerto nadir del módulo Harmony. Todo ocurrió sin mayores problemas.
La llegada de Kounotori 5 implica la de 5.700 Kilogramos de carga, 200 de los cuales estaba destinados a suplir parcialmente lo perdido por el accidente de la última Dragón. Poco a poco estas cargas "extras", a lo largo de diversas misiones de abastecimiento, deberán ir cubriendo lo perdido, hasta lograr una recuperación total.
Además de los imprescindible suministros de agua y alimentos, además de equipos y recambios varios, en su interior han llegado con ella todo tipo de equipos, instrumentos y experimentos, entre los que destaca toda una serie de cubesats (14 unidades de los satélites Planet Labs Doves Flock-2B, además de los AAU-SatX-5, GOMX 3, S-CUBE y el SERPENS, este último un cubesat de la Universidad de Vigo), el telescopio CALET (CALorimetric Electron Telescope), destinado al estudio de la materia oscura y los rayos cósmicos, la plataforma NREP (NanoRacks External Platform), que se añadirá al exterior del módulo KIBO para recibir futuros experimentos, el MHU (Mouse Habitat Unit), que estudiará el efecto de la mirogravedad en 12 ratones durante un mes, o el ELF (Electrostatic Levitation Furnace), un horno para probar la producción de nuevos materiales ambientes ingrávidos.
Aunque posiblemente el más curioso de todos sera un pequeño alijo de Whisky, Tequila y Midori, con el objetivo de comprobar como la ingravidez afecta a la "suavidad" de sus gustos después de uno o dos años en el espacio, en ausencia de los procesos de convección (el flujo de calor a través de un líquido o gas) que se producen en la superficie terrestre. El experimento fue desarrollado por el Centro de Innovación Global Suntory con sede en Tokio.
Licores con objetivos únicamente científicos, ya que la ISS es, al menos oficialmente, un lugar donde rige algo parecido a una Ley Seca. De lo contrario abría buenos motivos para tomarse un buen trago, celebrando que las cosas, finalmente, han regresado al buen camino. Y brindamos por ello.
Un vaso de Midori, un licor de color verde claro y sabor a Melón. Con un 20–21% de alcohol, se suele usar para mezclas de todo tipo, como pueden ser cócteles.
Lanzamiento de la nave de carga HTV5 (H-IIB)
Japanese Cargo Ship Delivers Mice, Booze and More to Space Station
Booze Sent to Space to Explore 'Mellow' Mechanism
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