Han pasado ya 7 años desde que una sonda conocida como Deep Impact se convirtió en el centro de la atención mundial y las imágenes del impacto del proyectil que lanzó contra el cometa Tempel 1 asombraron por su espectacularidad...fue el momento cumbre de la exploración planetaria y con la transmisión de todos los datos recogidos se puso punto final a una misión histórica.
Era el final de la misión, pero no el de la sonda, que seguía en perfecto estado para seguir trabajando..cosa que lleva haciendo desde entonces, aunque sus días de fama hace mucho que quedaron atrás. Como suele ocurrir habitualmente las misiones espaciales tienen una presencia fugaz en los medios, dando la impresión que estas tienen una vida fugaz y, por ello, que es una inversión excesiva para unos resultados limitados. La realidad, como veremos, es muy diferente.
La NASA decidió seguir financiando su actividad, cambiando su nombre por EPOXI, formado por las denominaciones EPOCh (Extrasolar Planet Observation and Characterization) y DIXI (Extrasolar Planet Observation and Characterization), que señalaban las dos nuevas misiones que afrontab ahoraa: La detección de posibles exoplanetas mediante el método del tránsito y un nuevo encuentro cometario, inicialmente el cometa Boethin, pero que debido a los problemas para localizarlo de forma suficientemente se cambió por el 103P/Hartley, lo que implicó 2 años más de viaje y la necesidad de realizar diversos sobrevuelos a La Tierra para conseguir la trayectoria y velocidad requerida.
El 4 de Noviembre de 2010 EPOXI pasó a solo 694 Kilómetros de 103P/Hartle, ofreciendo imágenes espectaculares de su nucleo y revelando numerosos datos sobre su actividad y composición. Esta segunda etapa de su vida había concluido con un nuevo éxito. Pero quizás no el último.
Con unas reservas de combustible demasiado limitadas para afrontar un tercer encuentro cometario los encargados de la misión siguieron buscando posibles objetivos, hasta encontrar uno que, a principios de 2020, estaría lo suficientemente cerca de EPOXI como para que está pudiera realizar una 3ª y última aproximación: El asteroide 163249 (2002 GT).
Sigue siendo una simple posibilidad, ya que la aprobación de un nuevo presupuesto por parte de la NASA para afrontar esta nueva misión aún está pendiente...y, en la situación actual, quizás no llegue nunca a pesar de que sería una cantidad relativamente limitada. Pero de momento, y preparando este futuro encuentro por si, finalmente, se aprueba, la EPOXI está relizando una serie de ajustes en su trayectoria mediante breves encendidos de sus impulsores, los dos últimos el 24 de Noviembre de 2011 (140 Segundos y un cambio de velocidad de 8.8 Metros por Segundo) y este pasado 4 de Octubre (71 Segundos y 2 Metros por Segundo).
Quizás no será el último, ya que 2002 GT pasará el próximo Junio de 2013 a solo 18 Millones de Kilómetros de La Tierra, lo que permitirá ajustar mejor su órbita. Si para entonces la tercera misión de la que un día conocimos como Deep Impact está aprobada, o al menos sigue en espera de una respuesta, dichos datos permitirán preparar el camino para el futuro.
El impacto del proyectil lanzado por la Deep Impact contra Tempel 1, ocurrido el 4 de Julio de 2005.
La Luna pasando delante de la Tierra. En Mayo de 2008 EPOXI estaba suficiente cerca de nosotros para captar esta espectacular secuencia.
El Sistema Solar visto desde la actual posición de la Deep Impact/EPOXI.
Deep Impact Spacecraft Completes Rocket Burn
Deep Impact targets possible 2020 asteroid flyby
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