El eclipse solar del pasado 20 de Mayo fue ampliamente seguido, especialmente en Japón y los EEUU, tanto en directo, como atestiguan las innumerables fotografías y vídeos que se recogieron, como a través de Internet, desde donde se transmitió para todo el planeta...un esfuerzo de observación del que formaron parte también los ocupantes de la ISS, que desde su privilegiada posición a más de 350 Kilómetros de altura captaron la sombra lunar en toda su extensión mientras recorría las aguas del Pacífico.
Desde la superficie, desde la órbita. Y también desde la propia Luna, desde donde se proyectaba el rastro de oscuridad que recorrió La Tierra. Y es que la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter, que se encuentra estudiando nuestro satélite desde 2009, no quiso perderse la oportunidad de mirar hacia nuestro planeta y observar como la sombra de este último se proyectaba sobre el planeta, situado en ese momento a algo más de 400.000 Kilómetros de distancia.
No fue una tarea sencilla, ya que su cámara LROC (Lunar Reconnaissance Orbiter Camera), en lugar de tomar fotografías completas, esta diseñada para funcionar como un escaner, construyendo la imagen a medida que se desplaza rápidamente sobre la superficie lunar a velocidades de unos 1600 metros por segundo. Por tanto no solo se tuvo que girar la sonda 180º para que mirara hacia la Tierra, sino, en el momento de tomar las imágenes, girar a razón de una décima de grado por Segundo para replicar el mismo efecto que cuando observa La Luna.
Ciertamente complicado, como demuestra que de las cuatro imágenes conseguidas dos de ellas se presenten ligeramente incompletas, son abarcar la totalidad del disco terrestre. Pese a ello el resultado es espectacular.
Las cuatro tomas formando una secuencia animada. La zona de oscuridad no es total debido a que La Luna, en ese momento en su punto de máximo alejamiento de La Tierra, no podía tapar el disco solar por completo. Es lo que se llama un eclipse anular.
Tal y como se observó desde la superficie.
Lunar Reconnaissance Orbiter Camera, tres años estudiando La Luna...aunque siempre hay tiempo para dedicarle un poco de atención a La Tierra.
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