¿Es La Tierra el planeta con más agua del Sistema Solar? O como mínimo el lugar donde mayior cantidad de este elemento podemos encontrar en estádo líquido? La respuesta es, aunque siempre con la debida precaución de unos datos que no dejan de estar a medio camino entre lo que conocemos y lo que suponemos, un No en ambos casos...
Y el mejor ejemplo de esta realidad la encontramos en una de las lunas de Júpiter, un mundo helado algo más pequeño que la nuestra Luna, pero con indicios claros, sobretodo gracias a los datos que nos envió la sonda Galileo, de que debajo de la superficie se esconde un océano de agua líquida, lo que lo convierte, junto con Encelado, en uno de los lugares más prometedores para la existencia de algún tipo de vida que existen entre la familia planetaria del Sol. Agua y calor se dan aquí la mano para ofrecer una posibilidad, pequeña pero real, de que algo se esconda en la oscuridad de sus océanos.
¿Pero cuanta agua tiene Europa? Se estima que su capa superficial (Hielo) y el posible océano subterraneo suman un grosor total que se mueve entre los 80 y 170 Kilómetros...si partimos de una estimación de 100 Kilómetros y la reuniéramos toda ella en un punto, el resultado es que formaría una esfera de unos 1700 Kilómetros de diámetro, mayor que la que se formaría con toda la que existe en La Tierra, tal como se muestra en la comparación superior.
La pequeña Europa, más pequeña que la Luna, dispone por tanto de una mayor cantidad de agua, incluida en estado líquido, que nuestro planeta, lo que la convierte en lo más cercano a un mundo oceánico, incluso más que nuestro propio planeta...y eso teniendo en cuenta que dichos cálculos se pueden considerar algo conservadores.
Europa, cuya fracturada superficie presenta una morfología semejante a la que podemos encontrar en los océanos polares.
El supuesto interior de Europa, deducido a partir de la misión Galileo...un nucleo y manto rocoso cubierto de una capa de agua, líquida y/o helada.
Las dos teorías que explican el interior de Europa...la más aceptada (y esperada) defiende la existencia de un océano bajo la corteza de hielo. La alternativa defiende que en lugar de una masa de agua líquida existe una manto de hielo "cálido" que presenta corrientes de convención.
Comparativa de tamaños entre La Tierra, La Luna y Europa.
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