
Decadas despues su "profecía" es una realidad, aunque posiblemente ni el propio Clarke hubiera soñado con que la orbita geoestacionaria llegaría ha estar tan llena de vehículos orbitales que encontrar un vacío para los recién llegados no sería taréa sencilla...pero una imagen vale más que mil palabras: La fotografía superior abarca una exposición de unos 10 minutos, durante los cuales el telescopio siguió el desplazamiento de las estrellas que conforman la constelación de Orión (la nube brillante es la nebulosa del mismo nombre) a traves de la bóveda celeste...en este lapso de tiempo numerosos trazos brillantes fueron llenando la escena.
Meteoros?,¿Estrellas fugaces?...la respuesta es que ni una cosa ni la otra, sino satélites, unos pocos de los muchos que llenan la órbita geoestacionaria. La imagen es como la de una autopista por la noche, con el intenso tráfico dejando su rastro de luz en la oscuridad.
Situada a 35.786 km por encima de la superficie terrestre, esta órbita es especialmente útil para satélites de comunicación y meteorológicos, pues al completar una vuelta alrededor de la Tierra en el mismo tiempo que tarda esta en girar sobre si mismo, estos permanecen fijos sobre un punto concreto de ella, mientras que desde el planeta estos parecen permanecer estáticos en un mismo punto de la bóveda celeste. En definitiva, una posición ideal para este tipo de ingenios.
El resultado es que hoy día, donde ambos tipos de satélites (en especial los primeros) son vitales para el funcionamiento de una civilización donde la intercomunicación es un pilar basico, la orbita geoestacionaria es escenario de un tráfico intenso y donde aprovechar el espacio disponible es un requisito básico...por ello los satélites que llegan al final de su vida útil son retirados de ella hacia lo que se llama la "órbita cementerio", situada unos cientos de Kilómetros más allá, y para lo cual siempre se mantiene una reserva de combustible para que, llegado el momento, se lleve a cabo esta autentico "entierro" celeste.
Como un anillo plateado que rodea el planeta y como una autopista que cruza la boveda celeste, la transitada órbita geoestacionaria es uno de los pilares de nuestra civilización...aunque muchas veces no seamos conscientes de ello.



Geostationary Highway
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