El vuelo de Ícaro

Cuanta una famosa historia de la mitología griega que Dédalo, famoso por haber construido el laberinto de Creta donde estaba encerrado el Minotauro, y su hijo Ícaro huyeron del rey de la isla, Minos, el cual, queriendo impedir que nadie mas conociera el secreto de dicha construcción, los había encerrado en una alta torre...tras escapar y viendo que era imposible salir de la isla por mar debido al ferreo control que de las aguas tenian los soldados de Minos, el habil inventor construyó dos pares de alas con plumas y cera, que les permitió volar y dejar atras a sus captores.

Dédalo advirtió a su hijo Ícaro que no volase demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar y aun más importante, que no lo hiciese demasiado alto, porque el calor del Sol derretiría la cera que mantenía pegadas las plumas...pero, una vez ya en el aire, el muchacho se dejó llevar por la euforia y comenzó a ganar altura como si quisiese alcanzar los cielos, hasta que la cera se derritió tal como su padre había advertido y el desafortunado muchacho se precipitó fatalmente en el mar. Lleno de tristeza por la pérdida, Dédalo llamó a la tierra más cercana al lugar donde su hijo desapareció bajo las aguas Ikaria.

Varios milenios después, como si fuera heredera de los legendarios Dédalo e Icaró, la ISS vuela más allá de los cielos, desplegando amplias alas ante un Sol cuyo calor, a diferencia de estos miticos antepasados, no es un peligro sino la fuente que la impulsa...

Bright Sun and Crescent Earth from the Space Station