Lunar Reconnaissance Orbiter ofrece evidencias de actividad volcánica en nuestro satélite hasta hace menos de 100 millones de años.
Nuestro satélite es un lugar polvoriento, tranquilo, donde poco o nada a cambiado desde hace miles de millos de años, dejando de lado los inevitables impactos de pequeños asteroides contra su indefensa superficie, y en donde cualquier rastro de actividad volcánica se detuvo completamente y de forma abrupta hace como mínimo 1.000 millones de años. O al menos esta es la idea que se tenía de ella hasta ahora. Sin embargo la realidad, como suele ser habitual en la exploración de otros mundos es más compleja de lo que nos podamos imaginar, con señales de que los volcanes lunares siguieron activos hasta tiempos geológicos muy recientes, menos de 100 millones de años, quizás menos de 50, lo suficiente como para coincidir en el tiempo con los grandes dinosaurios.
Así lo señalan las observaciones de la LRO, en concreto de ciertas y realmente extrañas formaciones conocidas como por los científicos como "irregular mare patches", zonas donde se mezclan montículos suavemente redondeados y poco profundos con zonas abruptas, un terreno fragmentado en bloques. La mayoría miden menos de 500 metros de diámetro, con la excepción de la mucha mayor Ina Caldera, considerado una domo o escudo volcánico, por el cual una vez fluyó hacia la superficie el magma lunar. Antes de la llegada de esta sonda se la consideraba una estructura única en La Luna, un fenómeno local y transitorio entre la eterna tranquilidad lunar, sin embargo el examen en profundidad de las imágenes enviadas por esta sonda ya han sacado a la luz más de 70 de ellas, especialmente en los "mares" lunares.
Los astrónomos estiman la edad de las características de La Luna contando el números y tamaño de los cráteres (cuanto menos y más pequeños, más joven de la superficie) y la pendiente de las laderas que van desde las cimas de las cúpulas más suaves al accidentado terreno inferior (cuando más empinada, más joven)."Sobre la base de una técnica que une mediciones de cráteres a la edad estimada de las muestras del Apolo, 3 de estas formaciones parecen tener menos de 100 millones de años, y tal vez menos de 50 millones de años en el caso de Ina", en claro contraste con la superficie que las rodea, que se mueven entre los 1.000 y los 3.500 millones de años.
Para que el magma fluya hacia el exterior es necesario un manto caliente, la capa profunda por debajo de la corteza que se extiende hasta el núcleo metálico de La Luna. Y eso significa un núcleo que todavía está emitiendo una gran cantidad de calor.
Los científicos pensaban que La Luna había enfriado hace mil millones de años o más, por lo que los flujos de los últimos eran casi imposibles, pero ahora todo parece indicar que permaneció muy caliente mucho más tiempo que nadie había supuesto.
"La existencia y la edad de estos "parches irregulares" nos dice que el manto lunar tuvo que permanecer lo suficientemente caliente como para proporcionar el magma a las erupciones de pequeño volumen que crearon estas características inusualmente jóvenes", explica Sarah Braden, un reciente graduado de la Universidad Estatal de Arizona y el autora principal del estudio.
Estos descubrimientos cambian la imagen que tenemos de La Luna como un mundo geológicamente muerto, remplazándola por otra de un mundo con una historia mucho más activa, posiblemente alimentado con el calor generado por las mareas gravitatorias de la Tierra, donde el vulcanismo tuvo acto de presencia hasta tiempos recientes. Y quizás incluso hoy día, lo que se podría relacionar con los TLP (Transient Lunar Phenomena, fenómenos lunares transitorios) observados en ella, resplandores y oscurecimientos locales que se cree tienen un origen geológico interno, posiblemente liberación de gases volcánicos. Si este es el caso serían las tenues señales del pasado, pero de uno no tan lejano como podríamos imaginar.
La formación denominada Maskelyne, uno de los muchos depósitos volcánicos jóvenes recién descubiertas en la Luna. Se cree que estas áreas para ser restos de pequeñas erupciones de lava que se han producido recientemente. Las partes oscuras, montículos redondeados, se elevan por encima del terreno brillante y abrupto.
Ina Caldera, la mayor de las conocidas, se asienta encima de un gran domo o escudo volcánico, donde la lava una vez emergió a la superficie.
Las erupciones que ocurrieron en tiempos geológicos recientes en La Luna fueron parecidas a las que ocurren actualmente en Kilauea, Hawaii.
Las mareas gravitatorias de La Luna sobre La Tierra genera las mareas oceánicas y frena su rotación, mientras que en sentido opuesto esta primera ve como su órbita se aleja lentamente de la segunda y posiblemente genera calor por fricción en su interior.
Were Lunar Volcanoes Active When Dinosaurs Roamed the Earth?
domingo, febrero 28, 2016
sábado, febrero 27, 2016
De Saturno al 9º
Delimitando las posibles zonas donde podríamos encontrar a este hipotético nuevo planeta.
Es una de los grandes anuncios astronómicos de este recién comenzado 2016, y aunque en ningún caso es un descubrimiento definitivo, sino la simples acumulación de evidencias que abre la posibilidad de su existencia, eso solo ya es suficiente para que la búsqueda ya haya comenzado.¿Existe un gran planeta, de unas 10 masas terrestres, orbitando al Sol muy lejos del resto de sus hermanos, quizás hasta 20 veces la distancia de Neptuno a este último? La respuesta aún dista de ser encontrada, estamos aún dando los primeros pasos para hacerla realidad.
Y uno de ellos es intentar delimitar el área de búsqueda. Si de verdad está tan lejos que tarda entre 10 y 20.000 años en completar un viaje alrededor del Sol, eso significa que su órbita en inmensa. Demasiado para pretender realizar un escaneo en profundidad de todos los lugares donde podría encontrarse. Es necesario limitar esa búsqueda, centrarnos allí donde sea más probable que se encuentre y descartar donde las opciones desciendan al mínimo.¿Por dónde empezar? Un estudio realizado por un equipo de científicos franceses puede ayudar a limitar dicha búsqueda. En un artículo reciente en la revista Astronomía y Astrofísica, la astrónoma Agnes Fienga y sus colegas estudiaron el efecto que un planeta de tal tamaño, situado en el Cinturón de Kuiper tendría sobre las órbitas de otros planetas en el Sistema Solar, centrando su estudio en Saturno.
Urano y Neptuno podrían ser objetos más interesantes, al estar más alejados del Sol, y por tanto algo más cerca del posible 9º planeta y las perturbaciones gravitatorias que podría causar en las órbitas de estos. Pero Saturno tiene lo que no tienen ellos, una sonda en órbita. Cassini, la veterana Cassini, podría sumar a su casi interminable lista de logros uno completamente inesperado, el de ser la primera en explorar, aunque sea a distancia, un posible nuevo planeta del Sistema Solar, y ofrecernos pistas que podrían ayudar en su hallazgo.
Lo que nos ofrece esta sonda es la posibilidad de establecer, con una precisión extremadamente alta, la posición de Saturno en cada momento y compararla con la que debería ser según los cálculos actuales. La diferencia "residual" entre donde donde está y donde debería estar podría esconder la influencia de este 9º planeta, y a partir de ellos Finga y su equipo han marcado las zonas más probables donde podría encontrarse dentro de su inmensa órbita, y que tiene en los ángulos 108º y 129º con respecto al Sol el lugar más propicio. La búsqueda debería comenzar en esa zona.
El proceso puede sonar familiar, ya que fue el responsable hace 150 años del descubrimiento de Neptuno. En aquel entonces, las irregularidades en el movimiento de Urano llevaron a los astrónomos a la predicción de la existencia de un 8º planeta más distante como la causa. El 24 de septiembre de 1846, Johann Galle descubrió Neptuno sólo 1° de la posición predicha por el matemático francés Urbain Le Verrier. Aunque las predicciones ahora realizadas distan de ser tan claras y definitivas, si podrían marcar el principio del camino, que la sonda Juno, cerca ya de su llegada a Júpiter, podría ampliar con sus propios datos sobre la órbita joviana.
La búsqueda justo acaba de comenzar. Si dentro de unos años, fruto de los cada vez más potentes observatorios terrestres y orbitales, finalmente lo descubrimos, podremos decir que todo empezó en Saturno, y que de ahí, de la mano de una sondas legendaria, dimos el salto hacia horizontes más amplios de los que jamás abríamos soñado.
La hipotética existencia del 9º planeta se basan en la orientación de las órbitas de varios cuerpos del Cinturón de Kuiper, cuyo parecido parece ser demasiado elevado para ser fruto de la casualidad. Así lo defienden al menos Mike Brown y Konstantin Batygin, que el mes pasado lanzaron esta idea.
Cassini nos ofrece las primeras pistas sobre el 9º planeta, al que podría sumarse Juno.
Search Narrows For Planet Nine
Es una de los grandes anuncios astronómicos de este recién comenzado 2016, y aunque en ningún caso es un descubrimiento definitivo, sino la simples acumulación de evidencias que abre la posibilidad de su existencia, eso solo ya es suficiente para que la búsqueda ya haya comenzado.¿Existe un gran planeta, de unas 10 masas terrestres, orbitando al Sol muy lejos del resto de sus hermanos, quizás hasta 20 veces la distancia de Neptuno a este último? La respuesta aún dista de ser encontrada, estamos aún dando los primeros pasos para hacerla realidad.
Y uno de ellos es intentar delimitar el área de búsqueda. Si de verdad está tan lejos que tarda entre 10 y 20.000 años en completar un viaje alrededor del Sol, eso significa que su órbita en inmensa. Demasiado para pretender realizar un escaneo en profundidad de todos los lugares donde podría encontrarse. Es necesario limitar esa búsqueda, centrarnos allí donde sea más probable que se encuentre y descartar donde las opciones desciendan al mínimo.¿Por dónde empezar? Un estudio realizado por un equipo de científicos franceses puede ayudar a limitar dicha búsqueda. En un artículo reciente en la revista Astronomía y Astrofísica, la astrónoma Agnes Fienga y sus colegas estudiaron el efecto que un planeta de tal tamaño, situado en el Cinturón de Kuiper tendría sobre las órbitas de otros planetas en el Sistema Solar, centrando su estudio en Saturno.
Urano y Neptuno podrían ser objetos más interesantes, al estar más alejados del Sol, y por tanto algo más cerca del posible 9º planeta y las perturbaciones gravitatorias que podría causar en las órbitas de estos. Pero Saturno tiene lo que no tienen ellos, una sonda en órbita. Cassini, la veterana Cassini, podría sumar a su casi interminable lista de logros uno completamente inesperado, el de ser la primera en explorar, aunque sea a distancia, un posible nuevo planeta del Sistema Solar, y ofrecernos pistas que podrían ayudar en su hallazgo.
Lo que nos ofrece esta sonda es la posibilidad de establecer, con una precisión extremadamente alta, la posición de Saturno en cada momento y compararla con la que debería ser según los cálculos actuales. La diferencia "residual" entre donde donde está y donde debería estar podría esconder la influencia de este 9º planeta, y a partir de ellos Finga y su equipo han marcado las zonas más probables donde podría encontrarse dentro de su inmensa órbita, y que tiene en los ángulos 108º y 129º con respecto al Sol el lugar más propicio. La búsqueda debería comenzar en esa zona.
El proceso puede sonar familiar, ya que fue el responsable hace 150 años del descubrimiento de Neptuno. En aquel entonces, las irregularidades en el movimiento de Urano llevaron a los astrónomos a la predicción de la existencia de un 8º planeta más distante como la causa. El 24 de septiembre de 1846, Johann Galle descubrió Neptuno sólo 1° de la posición predicha por el matemático francés Urbain Le Verrier. Aunque las predicciones ahora realizadas distan de ser tan claras y definitivas, si podrían marcar el principio del camino, que la sonda Juno, cerca ya de su llegada a Júpiter, podría ampliar con sus propios datos sobre la órbita joviana.
La búsqueda justo acaba de comenzar. Si dentro de unos años, fruto de los cada vez más potentes observatorios terrestres y orbitales, finalmente lo descubrimos, podremos decir que todo empezó en Saturno, y que de ahí, de la mano de una sondas legendaria, dimos el salto hacia horizontes más amplios de los que jamás abríamos soñado.
La hipotética existencia del 9º planeta se basan en la orientación de las órbitas de varios cuerpos del Cinturón de Kuiper, cuyo parecido parece ser demasiado elevado para ser fruto de la casualidad. Así lo defienden al menos Mike Brown y Konstantin Batygin, que el mes pasado lanzaron esta idea.
Cassini nos ofrece las primeras pistas sobre el 9º planeta, al que podría sumarse Juno.
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viernes, febrero 26, 2016
Desafiando al dios de la guerra
Opportunity afronta pendientes de hasta 30º en su camino hacia "Knudsen Ridge", su siguiente objetivo.
Nada parece detener la historia interminable de este explorador ya legendario. Ni los cambios de temperatura extremos entre el día y la noche, ni las tormentas de polvo, ni las trampas de arena ni los problemas mecánicos inevitables después de tantos años de misión. Y después de 12 años y más de 42 Kilómetros recorridos parece seguir empeñado en superarse a si mismo.
Los investigadores han enviado recientemente a Opportunity para examinar una zona donde las rocas podrían haber haber alteradas químicamente hace varios miles de millones de años por la presencia de agua, y que forma parte de una serie de franjas teñidas de colores rojizos que reciben por ello el nombre de "zonas rojas", en claro contraste con el terreno que las rodea. Se la conoce globalmente como "Knudsen Ridge", y sin duda es un más que buen objetivo para hacer ciencia. Con un pequeño problema: Esta situada en lo alto de la ladera sur de Marathon Valley, y para llegar a ella hay que hacer frente a pendientes que pueden alcanzar los 30º, más que cualquier otra a la que se haya hecho frente desde su llegada a Marte, en 2004.
Sin embargo cualquier reto para superable para Opportunity y su equipo en tierra, que lo conoce ya tan a fondo que sabe lo que puede o no puede hacer, más allá de lo que digan las especificaciones técnicas. Sin embargo, a pesar de todos los años, en ocasiones sigue siendo capaz de sorprenderles incluso a ellos."Opportunity nos mostró como de seguro es todavía su paso. El deslizamiento de las ruedas ha sido mucho menos de lo que esperábamos en estas empinadas pendientes", explica John Callas en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena, California. El deslizamiento se calcula comparando la distancia teórica que habría tenido que cubrir según el número de rotaciones realizadas por sus ruedas, con la distancia cubierta realmente, estimada a partir de las imágenes que toma y envía a la Tierra cada vez que concluye un nuevo desplazamiento. Y la diferencia fue notablemente pequeña, mostrando el seguro avance del rover.
Marathon Valley se convirtió en un destino de alta prioridad cuando las observaciones del instrumento CRISM (Compact Reconnaissance Imaging Spectrometer) de la Mars Reconnaissance Orbiter detectó la presencia de arcillas en la zona, que apoyaban la idea de la antigua presencia de agua no ácida,y por tanto su exploración podría dar luz al contexto medioambiental que se vivía en la zona hace varios miles de millones de años."Y la ubicación de zonas rojas en Marathon Valley se correlacionan estrechamente con la firma de filosilicatos (arcillas) que vemos desde la órbita",explica Steve Squyres, investigador principal del proyecto MERS. "Eso por sí solo no es una prueba irrefutable. Queremos determinar su química, que las diferencia y si podría tener relación con el agua".
Para poner a prueba todo ello, Opportunity tiene como objetivo en curso comparar la química de las zonas rojas de "Knudsen Ridge" con el lecho de rocas circundante, que podría ser terreno inalterada. Dentro de esta misión, el mes pasado utilizó el RAT (Rock Abrasion Tool) para raspar la corteza de una de estas últimas para examinar la química interna.
Con 12 años a sus espaldas y con todas las previsiones de duración ya definitivamente pulverizadas, Opportunity sigue afrontando nuevos retos y objetivos. Y demostrando que sigue siendo capaz de superarse día a día. Hoy le toca vencer las pendientes de "Knudsen Ridge", mañana quién sabe. Nada de lo que le lance Marte parece capaz de detenerlo. Su desafío al dios de la guerra continua.
Las pendientes de Knudsen Ridge. A la imagen de la izquierda se le aplicó una paleta de colores para darle un aspecto parecido al que tendría bajo las condiciones de luz de la Tierra, lo que facilita la identificación del terreno. A la derecha, tal como se observa realmente.
Opportunity escalando las laderas de Knudsen Ridge.
Explorando la superficie. Los datos que se obtengan tanto de las "zonas rojas" y las inalteradas se compararán para tener una visión en conjunto de las condiciones ambientes que una vez existió en la zona.
El paso de las horas en Marathon Valley.
Opportunity Mars Rover Goes Six-Wheeling up a Ridge
Nada parece detener la historia interminable de este explorador ya legendario. Ni los cambios de temperatura extremos entre el día y la noche, ni las tormentas de polvo, ni las trampas de arena ni los problemas mecánicos inevitables después de tantos años de misión. Y después de 12 años y más de 42 Kilómetros recorridos parece seguir empeñado en superarse a si mismo.
Los investigadores han enviado recientemente a Opportunity para examinar una zona donde las rocas podrían haber haber alteradas químicamente hace varios miles de millones de años por la presencia de agua, y que forma parte de una serie de franjas teñidas de colores rojizos que reciben por ello el nombre de "zonas rojas", en claro contraste con el terreno que las rodea. Se la conoce globalmente como "Knudsen Ridge", y sin duda es un más que buen objetivo para hacer ciencia. Con un pequeño problema: Esta situada en lo alto de la ladera sur de Marathon Valley, y para llegar a ella hay que hacer frente a pendientes que pueden alcanzar los 30º, más que cualquier otra a la que se haya hecho frente desde su llegada a Marte, en 2004.
Sin embargo cualquier reto para superable para Opportunity y su equipo en tierra, que lo conoce ya tan a fondo que sabe lo que puede o no puede hacer, más allá de lo que digan las especificaciones técnicas. Sin embargo, a pesar de todos los años, en ocasiones sigue siendo capaz de sorprenderles incluso a ellos."Opportunity nos mostró como de seguro es todavía su paso. El deslizamiento de las ruedas ha sido mucho menos de lo que esperábamos en estas empinadas pendientes", explica John Callas en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en Pasadena, California. El deslizamiento se calcula comparando la distancia teórica que habría tenido que cubrir según el número de rotaciones realizadas por sus ruedas, con la distancia cubierta realmente, estimada a partir de las imágenes que toma y envía a la Tierra cada vez que concluye un nuevo desplazamiento. Y la diferencia fue notablemente pequeña, mostrando el seguro avance del rover.
Marathon Valley se convirtió en un destino de alta prioridad cuando las observaciones del instrumento CRISM (Compact Reconnaissance Imaging Spectrometer) de la Mars Reconnaissance Orbiter detectó la presencia de arcillas en la zona, que apoyaban la idea de la antigua presencia de agua no ácida,y por tanto su exploración podría dar luz al contexto medioambiental que se vivía en la zona hace varios miles de millones de años."Y la ubicación de zonas rojas en Marathon Valley se correlacionan estrechamente con la firma de filosilicatos (arcillas) que vemos desde la órbita",explica Steve Squyres, investigador principal del proyecto MERS. "Eso por sí solo no es una prueba irrefutable. Queremos determinar su química, que las diferencia y si podría tener relación con el agua".
Para poner a prueba todo ello, Opportunity tiene como objetivo en curso comparar la química de las zonas rojas de "Knudsen Ridge" con el lecho de rocas circundante, que podría ser terreno inalterada. Dentro de esta misión, el mes pasado utilizó el RAT (Rock Abrasion Tool) para raspar la corteza de una de estas últimas para examinar la química interna.
Con 12 años a sus espaldas y con todas las previsiones de duración ya definitivamente pulverizadas, Opportunity sigue afrontando nuevos retos y objetivos. Y demostrando que sigue siendo capaz de superarse día a día. Hoy le toca vencer las pendientes de "Knudsen Ridge", mañana quién sabe. Nada de lo que le lance Marte parece capaz de detenerlo. Su desafío al dios de la guerra continua.
Las pendientes de Knudsen Ridge. A la imagen de la izquierda se le aplicó una paleta de colores para darle un aspecto parecido al que tendría bajo las condiciones de luz de la Tierra, lo que facilita la identificación del terreno. A la derecha, tal como se observa realmente.
Opportunity escalando las laderas de Knudsen Ridge.
Explorando la superficie. Los datos que se obtengan tanto de las "zonas rojas" y las inalteradas se compararán para tener una visión en conjunto de las condiciones ambientes que una vez existió en la zona.
Opportunity Mars Rover Goes Six-Wheeling up a Ridge
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Marte
jueves, febrero 25, 2016
La última estación de servicio antes de Marte
Llenando los depósitos de la ExoMars.
Llega la hora señalada para que la Agencia Espacial Europea inicie su gran salto en la exploración marciana, pasando de la modesta pero exitosa Mars Express a algo mucho más ambicioso, un proyecto complejo con diversos frentes, tanto en órbita como en la propia superficie. Si todos ellos tiene éxito habremos rescrito la historia, tanto de la ESA, que podrá mirar de igual e igual a la NASA y su flota de exploración, como quizás de la historia misma de la Humanidad, si finalmente descubre señales de vida, cuya búsqueda es el pilar central de su plan científico.
7 meses de viaje, un largo proceso de ajuste orbital, donde utilizará el aerofrenado con la atmósfera marciana para ir ajustando su órbita, y años de vida útil donde deberá realizar no pocas maniobras y ajustes según las circunstancias del momento. Mucho es lo que espera de la sonda ExoMars TGO, y afrontar tan ajetreado programa de actividades necesita que todos los sistemas funcionan, pero por encima de todo tener, como ocurre con un coche que afronta un largo viaje, el depósito lleno de combustible. Y eso es precisamente lo que se está haciendo ya en las instalaciones situadas en el Cosmódromo de Baikonur.
Viendo la imagen no podemos hacer otra cosa que compararlo con la siempre tedioso proceso de llenar el depósito de nuestro vehículo. Pero las semejanzas terminan aquí. La ExoMarsTGO cuenta con dos depósitos, uno de combustible y otro de oxidante. Cuando terminen las operaciones de llenado, transportará cerca de 1,5 toneladas de MON (mezcla de óxidos de nitrógeno) y una tonelada de MMH (monometilhidrazina). Estos propergoles alimentarán al motor principal y a los 10 propulsores (más otros 10 de reserva) que permiten ajustar la orientación y la trayectoria de la nave.
Complejo, y también peligroso. La manipulación de estos compuestos es una tarea muy delicada, obligando a restringir el acceso a las instalaciones y haciendo que el personal deba utilizar complejos trajes como el que se puede ver en la imagen superior, todo ello bajo la supervisión de un equipo de Thales Alenia Space Francia, desplazado a Baikonur para expresamente para controlar la operación. Oficiales de seguridad, la brigada antiincendios y hasta un equipo de médicos se mantendrán a la espera mientras dure la carga. Tan delicado y potencialmente peligroso es el proceso.
Tan familiar y al mismo tiempo tan diferente. La ExoMars, con los depósitos llenos, afronta ya el final de la cuenta atrás para su lanzamiento.
A Marte con los depósitos llenos. Si no hay ningún fallo catastrófico que la deje fuera de servicio, lo que dure este combustible será lo que dure la misión.
"¿Marte? Yo voy un poco más lejos"
Llenando los depósitos de la TGO
Llega la hora señalada para que la Agencia Espacial Europea inicie su gran salto en la exploración marciana, pasando de la modesta pero exitosa Mars Express a algo mucho más ambicioso, un proyecto complejo con diversos frentes, tanto en órbita como en la propia superficie. Si todos ellos tiene éxito habremos rescrito la historia, tanto de la ESA, que podrá mirar de igual e igual a la NASA y su flota de exploración, como quizás de la historia misma de la Humanidad, si finalmente descubre señales de vida, cuya búsqueda es el pilar central de su plan científico.
7 meses de viaje, un largo proceso de ajuste orbital, donde utilizará el aerofrenado con la atmósfera marciana para ir ajustando su órbita, y años de vida útil donde deberá realizar no pocas maniobras y ajustes según las circunstancias del momento. Mucho es lo que espera de la sonda ExoMars TGO, y afrontar tan ajetreado programa de actividades necesita que todos los sistemas funcionan, pero por encima de todo tener, como ocurre con un coche que afronta un largo viaje, el depósito lleno de combustible. Y eso es precisamente lo que se está haciendo ya en las instalaciones situadas en el Cosmódromo de Baikonur.
Viendo la imagen no podemos hacer otra cosa que compararlo con la siempre tedioso proceso de llenar el depósito de nuestro vehículo. Pero las semejanzas terminan aquí. La ExoMarsTGO cuenta con dos depósitos, uno de combustible y otro de oxidante. Cuando terminen las operaciones de llenado, transportará cerca de 1,5 toneladas de MON (mezcla de óxidos de nitrógeno) y una tonelada de MMH (monometilhidrazina). Estos propergoles alimentarán al motor principal y a los 10 propulsores (más otros 10 de reserva) que permiten ajustar la orientación y la trayectoria de la nave.
Complejo, y también peligroso. La manipulación de estos compuestos es una tarea muy delicada, obligando a restringir el acceso a las instalaciones y haciendo que el personal deba utilizar complejos trajes como el que se puede ver en la imagen superior, todo ello bajo la supervisión de un equipo de Thales Alenia Space Francia, desplazado a Baikonur para expresamente para controlar la operación. Oficiales de seguridad, la brigada antiincendios y hasta un equipo de médicos se mantendrán a la espera mientras dure la carga. Tan delicado y potencialmente peligroso es el proceso.
Tan familiar y al mismo tiempo tan diferente. La ExoMars, con los depósitos llenos, afronta ya el final de la cuenta atrás para su lanzamiento.
A Marte con los depósitos llenos. Si no hay ningún fallo catastrófico que la deje fuera de servicio, lo que dure este combustible será lo que dure la misión.
"¿Marte? Yo voy un poco más lejos"
Llenando los depósitos de la TGO
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Marte
miércoles, febrero 24, 2016
En el frío calor de Titán
Visualizando los cambios en la temperatura en esta luna a lo largo de 12 años.
Es un mundo gélido hasta más allá de lo que podamos imaginar, rodeado de una neblina impenetrable que aún lo aísla más de un lejano Sol que lo ilumina, pero que es incapaz de calentar. O casi. Porque incluso para Titán el lento paso de su año, que dura como 30 años terrestre, y el por ello lento paso de las estaciones, que se suceden con un ritmo igual de parsimonioso, tiene un efecto medible en el aspecto térmico. Eso si, para ser capaces de registrar su evolución es necesario tener un explorador capaz de aproximarse a el a lo largo de un periodo de tiempo de años, una década como mínimo para pasar de una estación a otro. Afortunadamente, al igual que en muchos otros aspectos, disfrutamos del privilegio de estar viviendo algo así.
La llegada de Cassini abrió numerosas ventanas al clima de la única luna del Sistema Solar con una densa atmósfera.v Entre ellas las térmicas, gracias al instrumento CIRS (Composite Infrared Spectrometer), capaz de observar Titán en unas ondas del espectro concretas ante las cuales su opaca atmósfera es casi transparente. Gracias a ello sabemos cuales son las temperaturas de la superficie, y gracias a que lleva más de una década en activo, como han ido cambiando con el paso del tiempo.
Cuando Cassini llegó a Saturno en 2004, el hemisferio sur de Titán fue a finales de Verano y, por tanto, era la región más cálida. Poco después del equinoccio de 2009, en el año 2010, las temperaturas eran simétricos en los dos hemisferios, tal como ocurría cuando paso la Voyager 1, en 1980. Posteriormente el sur de fue enfriando, y el norte calentándose a medida que avanzaba el invierno austral y el verano Septentrional. Unas observaciones a lo largo del tiempo que solo una sonda orbital y de larga duración podía conseguir, aunque no por eso con dificultades. La mismas condiciones de esta luna, rodeada de una atmósfera tan densa, es un obstáculo incluso para el CIRS. Lo que da aún más mérito a lo ahora presentado.
Los resultados muestran una la temperatura máxima de -179.6 Cº (93 Kelvin), con una temperatura mínima en los polos que pueden caer hasta solo 3,5 Kelvin, cerca del 0 absoluto. Puede parecer mucha diferencia, pero es un contraste menor del que podemos encontrar en la propia Tierra, que pueden superar los 100Cº. La gran distancia al Sol y una atmósfera densa y opaca mitigan dichas diferencias.
Atmósfera, nubes, lluvia, ríos, lago, mares, estaciones...Titán nuevamente nos recuerda su asombroso parecido con la Tierra, aunque sea en una versión gélida pero capaz de generar su propia dinámica hidrológica y climática. En poco más de un años se cerrará el telón de la misión Cassini y nos despediremos de ella. Esperemos que no para siempre.
Los datos del CIRS, un modelo simplificado que permite ver la evolución térmica a lo largo del año de Saturno, equivalente a 30 terrestres.Las bandas que cruzan la imagen no son tanto diferencias de temperaturas como fruto de lo dificil que resulta hacer este tipo de mediciones a través de una atmósfera tan densa.
Los datos, sin ser "suavizados" por una gráfica, permiten ver los cambios térmicos, pero también que Titán dispone de patrones climáticos que hacen que esta evolución no sea tan simple, con picos y valles tales como podríamos ver en la Tierra.
La gélida Titán, vista por la Hyugens poco antes posarse en la superficie y ya situado bajo su densa capa de niebla. También aquí el paso de las estaciones se deja notar, con veranos cálidos e inviernos fríos. O dicho desde el punto de vista terrestre, veranos gélidos e inviernos increíblemente gélidos.
Titan Temperature Lag Maps & Animation
Es un mundo gélido hasta más allá de lo que podamos imaginar, rodeado de una neblina impenetrable que aún lo aísla más de un lejano Sol que lo ilumina, pero que es incapaz de calentar. O casi. Porque incluso para Titán el lento paso de su año, que dura como 30 años terrestre, y el por ello lento paso de las estaciones, que se suceden con un ritmo igual de parsimonioso, tiene un efecto medible en el aspecto térmico. Eso si, para ser capaces de registrar su evolución es necesario tener un explorador capaz de aproximarse a el a lo largo de un periodo de tiempo de años, una década como mínimo para pasar de una estación a otro. Afortunadamente, al igual que en muchos otros aspectos, disfrutamos del privilegio de estar viviendo algo así.
La llegada de Cassini abrió numerosas ventanas al clima de la única luna del Sistema Solar con una densa atmósfera.v Entre ellas las térmicas, gracias al instrumento CIRS (Composite Infrared Spectrometer), capaz de observar Titán en unas ondas del espectro concretas ante las cuales su opaca atmósfera es casi transparente. Gracias a ello sabemos cuales son las temperaturas de la superficie, y gracias a que lleva más de una década en activo, como han ido cambiando con el paso del tiempo.
Cuando Cassini llegó a Saturno en 2004, el hemisferio sur de Titán fue a finales de Verano y, por tanto, era la región más cálida. Poco después del equinoccio de 2009, en el año 2010, las temperaturas eran simétricos en los dos hemisferios, tal como ocurría cuando paso la Voyager 1, en 1980. Posteriormente el sur de fue enfriando, y el norte calentándose a medida que avanzaba el invierno austral y el verano Septentrional. Unas observaciones a lo largo del tiempo que solo una sonda orbital y de larga duración podía conseguir, aunque no por eso con dificultades. La mismas condiciones de esta luna, rodeada de una atmósfera tan densa, es un obstáculo incluso para el CIRS. Lo que da aún más mérito a lo ahora presentado.
Los resultados muestran una la temperatura máxima de -179.6 Cº (93 Kelvin), con una temperatura mínima en los polos que pueden caer hasta solo 3,5 Kelvin, cerca del 0 absoluto. Puede parecer mucha diferencia, pero es un contraste menor del que podemos encontrar en la propia Tierra, que pueden superar los 100Cº. La gran distancia al Sol y una atmósfera densa y opaca mitigan dichas diferencias.
Atmósfera, nubes, lluvia, ríos, lago, mares, estaciones...Titán nuevamente nos recuerda su asombroso parecido con la Tierra, aunque sea en una versión gélida pero capaz de generar su propia dinámica hidrológica y climática. En poco más de un años se cerrará el telón de la misión Cassini y nos despediremos de ella. Esperemos que no para siempre.
Los datos del CIRS, un modelo simplificado que permite ver la evolución térmica a lo largo del año de Saturno, equivalente a 30 terrestres.Las bandas que cruzan la imagen no son tanto diferencias de temperaturas como fruto de lo dificil que resulta hacer este tipo de mediciones a través de una atmósfera tan densa.
Los datos, sin ser "suavizados" por una gráfica, permiten ver los cambios térmicos, pero también que Titán dispone de patrones climáticos que hacen que esta evolución no sea tan simple, con picos y valles tales como podríamos ver en la Tierra.
La gélida Titán, vista por la Hyugens poco antes posarse en la superficie y ya situado bajo su densa capa de niebla. También aquí el paso de las estaciones se deja notar, con veranos cálidos e inviernos fríos. O dicho desde el punto de vista terrestre, veranos gélidos e inviernos increíblemente gélidos.
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martes, febrero 23, 2016
Una visión giratoria
La ESA activa de nuevo, después de 16 años, la webcam del satélite Samba, uno de los 4 de la flotilla Cluster.
¿Que ocurre cuando una sonda se queda sin combustible para sus propulsores, más concretamente aquellos dedicados a mantenerla estable? Algo parecido a lo que vemos en esta secuencia. Un giro descontrolado que la deja fuera de servicio, incapaz de hacer ciencia y mucho menos de comunicarse con la Tierra. Por ello lo queda en los depósitos es equivalente al tiempo que le queda de vida, y saber que aún dispone de reservas la mejor noticia posible.
No es el caso de Samba, perteneciente a la flota Cluster, un grupo de 4 satélites lanzados en 2000 para estudiar el campo magnético terrestre. En realidad tanto el como sus compañeros viven al filo del abismo, con sus baterías muertas hace tiempo, viviendo de la energía obtenida en el momento y obligada a desconectar cada vez que entre en la sombra terrestre para reactivarse después, y con muy poco combustible en sus depósitos para sus propulsores de orientación, que hace que este se use de forma muy limitada, lo justo para permitir tomar datos. Pero pese a todo aún está activo, y sus técnicos en tierra han decidido ofrecer al mundo un pequeño regalo.
Samba, como el resto de las Cluster, no tiene cámaras. Su misión es explorar el campo magnético terrestre, y para eso no son necesarias. Pero si dispone de una pequeña Visual Monitoring Camera (VMC), una pequeña webcam, semejante a la de la Mars Express, cuyo objetivo no es observar otros mundos, sino monitorizar la propia sonda. En el caso de esta última, confirmar el despliegue del malogrado módulo de aterrizaje Beagle 2, en el caso de Samba, como se desplegaban sus compañeros, con los que viajó inicialmente juntos. Ambas cumplieron. Ambas fueron desconectadas una vez alcanzado su meta. Y ambas han regresado para ofrecernos un punto de vista poco habitual de la exploración espacial.
Situada en la parte inferior de un vehículo que gira sobre si mismo una vez cada 4 segundos, la VMC ofrece una vista poco apta para aquellos con tendencia a marearse. Pero al mismo tiempo transmite la dureza y complicación de manejar un vehículo espacial. Un regalo realmente curioso por parte de una cámara que permaneció dormida durante 16 años.
La primera vez que Samba activó su VMC, hace 16 años, para ver a su compañero de viaje Tango (se lanzaron en parejas de dos) se separa e iniciaba su propio viaje. Era su cometido, y por eso se desconecto después de estas tomas. Ahora regresa a la vida para ofrecer una visión extraña y al mismo tiempo próxima del espacio.
¿Que ocurre cuando una sonda se queda sin combustible para sus propulsores, más concretamente aquellos dedicados a mantenerla estable? Algo parecido a lo que vemos en esta secuencia. Un giro descontrolado que la deja fuera de servicio, incapaz de hacer ciencia y mucho menos de comunicarse con la Tierra. Por ello lo queda en los depósitos es equivalente al tiempo que le queda de vida, y saber que aún dispone de reservas la mejor noticia posible.
No es el caso de Samba, perteneciente a la flota Cluster, un grupo de 4 satélites lanzados en 2000 para estudiar el campo magnético terrestre. En realidad tanto el como sus compañeros viven al filo del abismo, con sus baterías muertas hace tiempo, viviendo de la energía obtenida en el momento y obligada a desconectar cada vez que entre en la sombra terrestre para reactivarse después, y con muy poco combustible en sus depósitos para sus propulsores de orientación, que hace que este se use de forma muy limitada, lo justo para permitir tomar datos. Pero pese a todo aún está activo, y sus técnicos en tierra han decidido ofrecer al mundo un pequeño regalo.
Samba, como el resto de las Cluster, no tiene cámaras. Su misión es explorar el campo magnético terrestre, y para eso no son necesarias. Pero si dispone de una pequeña Visual Monitoring Camera (VMC), una pequeña webcam, semejante a la de la Mars Express, cuyo objetivo no es observar otros mundos, sino monitorizar la propia sonda. En el caso de esta última, confirmar el despliegue del malogrado módulo de aterrizaje Beagle 2, en el caso de Samba, como se desplegaban sus compañeros, con los que viajó inicialmente juntos. Ambas cumplieron. Ambas fueron desconectadas una vez alcanzado su meta. Y ambas han regresado para ofrecernos un punto de vista poco habitual de la exploración espacial.
Situada en la parte inferior de un vehículo que gira sobre si mismo una vez cada 4 segundos, la VMC ofrece una vista poco apta para aquellos con tendencia a marearse. Pero al mismo tiempo transmite la dureza y complicación de manejar un vehículo espacial. Un regalo realmente curioso por parte de una cámara que permaneció dormida durante 16 años.
La primera vez que Samba activó su VMC, hace 16 años, para ver a su compañero de viaje Tango (se lanzaron en parejas de dos) se separa e iniciaba su propio viaje. Era su cometido, y por eso se desconecto después de estas tomas. Ahora regresa a la vida para ofrecer una visión extraña y al mismo tiempo próxima del espacio.
What the #VMCSouthPole images are about... Roughly! pic.twitter.com/NbmnrCPUTZ— ESA Cluster (@ESA_Cluster) 18 febrer, 2016
Un esquema de la situació de la VMC @ESA_Cluster
La VMC de la Mars Express. Su éxito animó al equipo de las Cluster para hacer lo mismo y reactivar la suya.
lunes, febrero 22, 2016
Un mundo expansivo
¿Señales de un antiguo océano en Caronte?
Seguimos el lento camino para entender la compleja naturaleza de Plutón y sus lunas, adentrándonos en los datos e imágenes ya recibidas (y que se siguen recibiendo) para localizar nuevos pistas, delatar evidencias hasta ahora pasadas por alto y construir con ellas nuevas teorías que expliquen lo que estamos viendo. En el mundo de la exploración interplanetaria, la sonda en si misma es solo el principio, después viene un viaje mucho más extenso en el tiempo en forma de estudios e investigación, casi como una sonda "virtual" que navega por el mar de información reunida para encontrar tesoros ocultos. Y al contrario que el real, este no tiene límites. Que se sigan publicando resultados de la misión Galileo, por ejemplo, que hace tantos años que nos dejó, es una muestra clara de ello.
En encuentro de la New Horizons con Plutón sigue, en este aspecto, más actual que nunca. Y ofreciendo nuevos resultados. Esta vez en Caronte, algo oculta por el resplandor mediático de su compañero de viaje, pero que resulta casi tan intrigante y sorprendente. Si alguien esperaba una luna "aburrida" no podía estar más equivocado. La pregunta es porque un mundo de apenas 1000 Kilómetros de diámetro parece haber tenido una vida tan compleja, generando algunos de los paisajes más espectaculares del Sistema Solar.
El hemisferio visto por la New Horizons de la NASA en julio de 2015 se caracterizó por estar cruzado por un complejo sistema de fallas tectónicos, que se manifiestan como crestas, escarpes y valles, algunos de 7 Kilómetros de profundidad o aún más profundos. Todo esto se interpreta como que esta luna se expandió en su pasado, y como Bruce Banner rasgando su camisa mientras se convierte en el Hulk, la superficie de Caronte se rasgó en el proceso.¿Pero como?
La capa exterior de Caronte está compuesta principalmente hielo de agua. Posiblemente se mantuvo caliente durante la "juventud" de este pequeño mundo, por el calor proporcionado por la desintegración de elementos radiactivos, así como el generado por la misma formación de esta luna. Los científicos estiman que podría haber sido lo suficientemente caliente para que dicho hielo se derrita, creando un océano bajo la superficie. Pero a medida que Caronte se fue enfriando, este océano se habría congelado y expandido (cuando el agua se congela aumenta de volumen), levantando en el proceso las capa externas, que se habrían fracturado por la tensión generada, dando lugar a las formaciones vistas por la New Horizons.
Como el famoso personaje de Marvel, Caronte habría roto su "camisa" de hielo en un rugido de furia, ahora congelado en el tiempo.
Serenity Chasma, que forma parte de un vasto cinturón ecuatorial de fallas y fracturas de 1.800 kilómetros de longitud y hasta 7,5 kilómetros de profundidad. La parte inferior de la imagen muestra la misma escena con la topografía indicada con un código de color. Su forma hace pensar a los científicos de la misión que la capa de hielo de agua de Caronte puede haber estando en estado líquido, aunque fuera parcialmente, en su historia temprana, y desde entonces ha vuelto a congelar.
Dos mundos con sus propias historias. Cada una de ellas maravillosas.
Caronte, el "increíble Hulk" del Sistema Solar.
Pluto’s ‘Hulk-like’ Moon Charon: A Possible Ancient Ocean?
Seguimos el lento camino para entender la compleja naturaleza de Plutón y sus lunas, adentrándonos en los datos e imágenes ya recibidas (y que se siguen recibiendo) para localizar nuevos pistas, delatar evidencias hasta ahora pasadas por alto y construir con ellas nuevas teorías que expliquen lo que estamos viendo. En el mundo de la exploración interplanetaria, la sonda en si misma es solo el principio, después viene un viaje mucho más extenso en el tiempo en forma de estudios e investigación, casi como una sonda "virtual" que navega por el mar de información reunida para encontrar tesoros ocultos. Y al contrario que el real, este no tiene límites. Que se sigan publicando resultados de la misión Galileo, por ejemplo, que hace tantos años que nos dejó, es una muestra clara de ello.
En encuentro de la New Horizons con Plutón sigue, en este aspecto, más actual que nunca. Y ofreciendo nuevos resultados. Esta vez en Caronte, algo oculta por el resplandor mediático de su compañero de viaje, pero que resulta casi tan intrigante y sorprendente. Si alguien esperaba una luna "aburrida" no podía estar más equivocado. La pregunta es porque un mundo de apenas 1000 Kilómetros de diámetro parece haber tenido una vida tan compleja, generando algunos de los paisajes más espectaculares del Sistema Solar.
El hemisferio visto por la New Horizons de la NASA en julio de 2015 se caracterizó por estar cruzado por un complejo sistema de fallas tectónicos, que se manifiestan como crestas, escarpes y valles, algunos de 7 Kilómetros de profundidad o aún más profundos. Todo esto se interpreta como que esta luna se expandió en su pasado, y como Bruce Banner rasgando su camisa mientras se convierte en el Hulk, la superficie de Caronte se rasgó en el proceso.¿Pero como?
La capa exterior de Caronte está compuesta principalmente hielo de agua. Posiblemente se mantuvo caliente durante la "juventud" de este pequeño mundo, por el calor proporcionado por la desintegración de elementos radiactivos, así como el generado por la misma formación de esta luna. Los científicos estiman que podría haber sido lo suficientemente caliente para que dicho hielo se derrita, creando un océano bajo la superficie. Pero a medida que Caronte se fue enfriando, este océano se habría congelado y expandido (cuando el agua se congela aumenta de volumen), levantando en el proceso las capa externas, que se habrían fracturado por la tensión generada, dando lugar a las formaciones vistas por la New Horizons.
Como el famoso personaje de Marvel, Caronte habría roto su "camisa" de hielo en un rugido de furia, ahora congelado en el tiempo.
Serenity Chasma, que forma parte de un vasto cinturón ecuatorial de fallas y fracturas de 1.800 kilómetros de longitud y hasta 7,5 kilómetros de profundidad. La parte inferior de la imagen muestra la misma escena con la topografía indicada con un código de color. Su forma hace pensar a los científicos de la misión que la capa de hielo de agua de Caronte puede haber estando en estado líquido, aunque fuera parcialmente, en su historia temprana, y desde entonces ha vuelto a congelar.
Dos mundos con sus propias historias. Cada una de ellas maravillosas.
Caronte, el "increíble Hulk" del Sistema Solar.
Pluto’s ‘Hulk-like’ Moon Charon: A Possible Ancient Ocean?
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Los viajeros Estelares,
Plutón
domingo, febrero 21, 2016
Post Vintage (173): El viaje de Perséfone
Elektro-L 1 nos ofrece una maravillosa visión del cambio de las estaciones.
Contaban los mitos griegos que la bella Perséfone, hija de Deméter, la diosa de la agricultura, de los cereales, de la naturaleza en general, fue raptada por Hades, tan deseoso como estaba de convertirla en su esposa. Desolada por lo ocurrido su madre cayó en una profunda depresión que la hizo abandonar todas sus obligaciones con la tierra, que empezó a morir lentamente, suspendida en un continuo Invierno que llevó el hambre y la muerte a los seres humanos.
Viendo el cataclismo que se estaba produciendo Zeus ordenó a Hades que liberara inmediatamente a Perséfone, pero este, no queriendo aceptar separarse de su amada, la hizo comer una granada del Inframundo, lo que la ataba al reino subterrano para toda la eternidad. Finalmente Zeus llegó a un compromiso: Perséfone pasaría medio año con su madre, y otro medio año con su marido, Hades. La alegría del rencuentro con su hija hizo que la tierra volviera a florecer y que los campos volvieran a dar su fruto, aunque cuando tenían que separarse Deméter se llenaba nuevamente de tristeza, y con ello llegaba de nuevo el Invierno.
Así explicaban los habitantes de la Hélade las estaciones, una muestra de como los mitos permitían a las gentes de la antigüedad dar un significado a un fenómeno climático que no podían explicar de ninguna otra forma. Los dioses y los mitos ofrecían la ilusión de comprender las fuerzas de la naturaleza, y al humanizarlas en forma de divinidades igualmente humanas, de que era posible interactuar con ellas y controlarlas, algo tranquilizador especialmente cuando se navegaba en mares tan oscuros como aparentemente infinitos.
Hoy día, aunque siguen presenten en nuestras vidas como legado cultural de la civilización helénica, han perdido su función explicativa. El avance del conocimiento racional permitió descubrir los mecanismos que daban forma al ciclo anual del clima, y tomando el lugar de los antiguos dioses observamos el mundo desde las alturas. En cierta forma nos convertimos en aquellos que un día fueron adorados por nuestros antepasados, aunque ahora son dioses metálicos los que observan el mundo desde más allá de las nubes.
Una de ellos es Elektro-L 1, que forma parte de una serie de satélites meteorológicos de la Agencia Espacial Federal Rusa, capaz de observar La Tierra en luz visible (1 kilómetro de resolución) e infrarrojo (4 kilómetros de resolución). Gracias a su colocación en órbita geostacionara puede observar de forma permanente la misma zona del planeta, un mismo hemisferio, lo que permite a los meteorólogos seguir con facilidad la evolución de los distintos fenómenos atmosféricos a lo largo del tiempo (anticilones, borrascas, tormentas, circulación de los vientos). Pero también para ofrecernos una maravillosa visión del viaje de Perséfone.
La secuencia abarca la llegada de Solsticio de invierno en el hemisferio Norte (y de Verano en el Sur), es tiempo de poca luz, con las zonas dentro del círculo polar completamente a oscuras las 24 horas. Deméter está triste. Por el contrario, en el Hemisferio Sur, es tiempo de luz y calor, con días perpetuos en la Antártida. Deméter está feliz. Aunque evidentemente los antiguos griegos no podían saber de la existencia de "otro hemisferio", donde al mismo tiempo que ellos afrontaban la tristeza de la diosa, se vivía ahí bajo la luz de su alegría. Entre ambos el eterno viaje, Otoño y Primavera, tiempo de llegada y de partida.
La historia de Perséfone es uno de esos ahora mitos maravillosos que han sobrevivido al paso del tiempo y al final de la religión que un día las engendró no como cuentos imaginarios sino como una realidad en la que muchos creían con fervor. Hoy día forman parte de nuestra cultura y son aún fuente de inspiración. Y viendo estas imágenes casi parece que en cualquier momento las puertas del Hades pueden abrirse, para que la hija de Deméter se reúna con su madre...o su marido, según el Hemisferio.
Las 4 estaciones vistas por Elektro-L 1, fruto del movimiento de La Tierra alrededor del Sol y la inclinación del eje de rotación terrestre. Conceptos ambos imposibles de imaginar por los antiguos griegos (aunque hubo excepciones,individuos adelantados a su tiempo que se aproximaron a la verdad), que llenaron el vacío con la bonita, aunque con tintes trágicos, historia de Deméter y Perséfone.
Hades y Perséfone, una historia de luz y oscuridad, tristeza y alegría, de como el mundo se sumergía en el frío y las tinieblas para salir de nuevo a la luz del Sol, repitiendo en ciclo eternamente.
El solsticio, visto desde Elektro-L
Elektro-L 1, primer satélite meteorológico geoestacionario Ruso
Contaban los mitos griegos que la bella Perséfone, hija de Deméter, la diosa de la agricultura, de los cereales, de la naturaleza en general, fue raptada por Hades, tan deseoso como estaba de convertirla en su esposa. Desolada por lo ocurrido su madre cayó en una profunda depresión que la hizo abandonar todas sus obligaciones con la tierra, que empezó a morir lentamente, suspendida en un continuo Invierno que llevó el hambre y la muerte a los seres humanos.
Viendo el cataclismo que se estaba produciendo Zeus ordenó a Hades que liberara inmediatamente a Perséfone, pero este, no queriendo aceptar separarse de su amada, la hizo comer una granada del Inframundo, lo que la ataba al reino subterrano para toda la eternidad. Finalmente Zeus llegó a un compromiso: Perséfone pasaría medio año con su madre, y otro medio año con su marido, Hades. La alegría del rencuentro con su hija hizo que la tierra volviera a florecer y que los campos volvieran a dar su fruto, aunque cuando tenían que separarse Deméter se llenaba nuevamente de tristeza, y con ello llegaba de nuevo el Invierno.
Así explicaban los habitantes de la Hélade las estaciones, una muestra de como los mitos permitían a las gentes de la antigüedad dar un significado a un fenómeno climático que no podían explicar de ninguna otra forma. Los dioses y los mitos ofrecían la ilusión de comprender las fuerzas de la naturaleza, y al humanizarlas en forma de divinidades igualmente humanas, de que era posible interactuar con ellas y controlarlas, algo tranquilizador especialmente cuando se navegaba en mares tan oscuros como aparentemente infinitos.
Hoy día, aunque siguen presenten en nuestras vidas como legado cultural de la civilización helénica, han perdido su función explicativa. El avance del conocimiento racional permitió descubrir los mecanismos que daban forma al ciclo anual del clima, y tomando el lugar de los antiguos dioses observamos el mundo desde las alturas. En cierta forma nos convertimos en aquellos que un día fueron adorados por nuestros antepasados, aunque ahora son dioses metálicos los que observan el mundo desde más allá de las nubes.
Una de ellos es Elektro-L 1, que forma parte de una serie de satélites meteorológicos de la Agencia Espacial Federal Rusa, capaz de observar La Tierra en luz visible (1 kilómetro de resolución) e infrarrojo (4 kilómetros de resolución). Gracias a su colocación en órbita geostacionara puede observar de forma permanente la misma zona del planeta, un mismo hemisferio, lo que permite a los meteorólogos seguir con facilidad la evolución de los distintos fenómenos atmosféricos a lo largo del tiempo (anticilones, borrascas, tormentas, circulación de los vientos). Pero también para ofrecernos una maravillosa visión del viaje de Perséfone.
La secuencia abarca la llegada de Solsticio de invierno en el hemisferio Norte (y de Verano en el Sur), es tiempo de poca luz, con las zonas dentro del círculo polar completamente a oscuras las 24 horas. Deméter está triste. Por el contrario, en el Hemisferio Sur, es tiempo de luz y calor, con días perpetuos en la Antártida. Deméter está feliz. Aunque evidentemente los antiguos griegos no podían saber de la existencia de "otro hemisferio", donde al mismo tiempo que ellos afrontaban la tristeza de la diosa, se vivía ahí bajo la luz de su alegría. Entre ambos el eterno viaje, Otoño y Primavera, tiempo de llegada y de partida.
La historia de Perséfone es uno de esos ahora mitos maravillosos que han sobrevivido al paso del tiempo y al final de la religión que un día las engendró no como cuentos imaginarios sino como una realidad en la que muchos creían con fervor. Hoy día forman parte de nuestra cultura y son aún fuente de inspiración. Y viendo estas imágenes casi parece que en cualquier momento las puertas del Hades pueden abrirse, para que la hija de Deméter se reúna con su madre...o su marido, según el Hemisferio.
Hades y Perséfone, una historia de luz y oscuridad, tristeza y alegría, de como el mundo se sumergía en el frío y las tinieblas para salir de nuevo a la luz del Sol, repitiendo en ciclo eternamente.
El solsticio, visto desde Elektro-L
Elektro-L 1, primer satélite meteorológico geoestacionario Ruso
sábado, febrero 20, 2016
Puertas de diamante
Analizada por primera vez la atmósfera de una supertierra.
Es el siguiente gran paso, ya no suponer, por sus órbitas y masas cual pueden ser sus condiciones ambientales, sino ser capaces de "oler" sus atmósferas, saber su composición y desvelar, de haberlos, señales químicas que pudieran indicar algún tipo de actividad biológica. El final de un largo camino que comenzó a principios de los años 90 con el hallazgo del primer planeta en otra estrella, y que ahora se encuentra en la antesala de ese momento transcendental. Es un futuro esperemos que cercano, que pertenece a una nueva generación de observatorios terrestres y espaciales que ya están tomando forma. Pero la "vieja generación", con el Hubble a la cabeza, no quiere despedirse sin pisar, aunque sea levemente, este nuevo y maravilloso campo astronómico.
Usando la información captada por la Wide Field Camera 3 (WFC3) del telescopio Hubble, los científicos pudieron analizar la atmósfera de 55 Cancri e, un exoplaneta perteneciente a la llamada clase de las "supertierras", menores que los gigantes gaseosos, pero bastante más masivos que nuestro planeta, y que se consideran el tipo más común de nuestra galaxia. Una nueva técnica de procesamiento de datos hizo posible el hallazgo, que es la primera detección y análisis de una atmósfera de un mundo de este tipo."Este es un resultado muy emocionante porque es la primera vez que hemos sido capaces de encontrar las huellas espectrales que muestran los gases en la atmósfera de una supertierra" explica Angelos Tsiaras, estudiante de doctorado en el UCL que desarrolló el técnica de análisis, junto con sus colegas Ingo Waldmann y Marco Rocchetto. "Las observaciones indican que la atmósfera del exoplaneta logró tomar una cantidad significativa de hidrógeno y helio de la nebulosa de la que se formó".
No son datos inesperados, más bien cumple lo esperado. Aunque se guarda alguna sorpresa, ya que hay indicios de la presencia de cianuro de hidrógeno, un marcador de atmósferas ricas en carbono."Esta cantidad de cianuro de hidrógeno indicaría un ratio muy alto de carbono respecto al oxígeno", explica Olivia Venot de Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), que ha desarrollado un modelo de química atmosférica para 55 Cancri e. Especialmente interesante resulta tan alta concentración. A esta supertierra se la llama en ocasiones el planeta diamante, porque los modelos que consideraban su masa y radio apoyaban la idea de que su interior es muy rico en carbono. Si estos resultados se confirman, dicha denominación podría ser más válida de lo que podamos imaginar.
"Si la presencia de cianuro de hidrógeno y otras moléculas se confirma dentro de pocos años con la próxima generación de telescopios infrarrojos, se apoyaría la teoría de que este planeta realmente es rico en carbono y un lugar muy exótico", concluye Jonathan Tennyson de la UCL,"a pesar de que el cianuro de hidrógeno o ácido prúsico es muy venenoso, por lo que tal vez no es un planeta en el que me gustaría vivir".
No es, efectivamente, un lugar prometedor para la vida, ya que con una órbita alrededor de su Sol de solo 18 días sufre temperaturas de hasta 2000 Cº, al menos en su eterno hemisferio diurno, ya que al estar tan cerca es muy posible que su rotación esté atrapada por las mareas gravitatorias. Aunque es precisamente su altísima temperatura lo que ayudó a los astrónomos a la hora de sacar información de su espectro de luz. Pero el valor de esta detección está en la detección por si misma, el hecho de haber sido capaces de hacerlo y con los medios actuales, no con aquellos que están por venir.
Y el futuro, liderados por colosos como el James Webb o el European Extremely Large Telescope (E-ELT), capaces ya no de adentrarse en la naturaleza de estas supertierras, sino avanzar hacia mundo aún más parecidos al nuestro, se presenta brillante, y los descubrimientos potencialmente infinitos y transcendentales. Las puertas abiertas por sus predecesoras, en este caso de diamante, les marcan el camino.
55 Cancri e, una ardiente supertierra que pasa a la historia por ser le primer exoplaneta de esta clase en la que somos capaces de analizar su atmósfera.
El Hubble, representante de una vieja generación que aún tiene muchas cosas que decirnos.
James Webb y European Extremely Large Telescope (E-ELT), el futuro que ya llama a la puerta.
Primera detección de la inhóspita atmósfera de una supertierra
Es el siguiente gran paso, ya no suponer, por sus órbitas y masas cual pueden ser sus condiciones ambientales, sino ser capaces de "oler" sus atmósferas, saber su composición y desvelar, de haberlos, señales químicas que pudieran indicar algún tipo de actividad biológica. El final de un largo camino que comenzó a principios de los años 90 con el hallazgo del primer planeta en otra estrella, y que ahora se encuentra en la antesala de ese momento transcendental. Es un futuro esperemos que cercano, que pertenece a una nueva generación de observatorios terrestres y espaciales que ya están tomando forma. Pero la "vieja generación", con el Hubble a la cabeza, no quiere despedirse sin pisar, aunque sea levemente, este nuevo y maravilloso campo astronómico.
Usando la información captada por la Wide Field Camera 3 (WFC3) del telescopio Hubble, los científicos pudieron analizar la atmósfera de 55 Cancri e, un exoplaneta perteneciente a la llamada clase de las "supertierras", menores que los gigantes gaseosos, pero bastante más masivos que nuestro planeta, y que se consideran el tipo más común de nuestra galaxia. Una nueva técnica de procesamiento de datos hizo posible el hallazgo, que es la primera detección y análisis de una atmósfera de un mundo de este tipo."Este es un resultado muy emocionante porque es la primera vez que hemos sido capaces de encontrar las huellas espectrales que muestran los gases en la atmósfera de una supertierra" explica Angelos Tsiaras, estudiante de doctorado en el UCL que desarrolló el técnica de análisis, junto con sus colegas Ingo Waldmann y Marco Rocchetto. "Las observaciones indican que la atmósfera del exoplaneta logró tomar una cantidad significativa de hidrógeno y helio de la nebulosa de la que se formó".
No son datos inesperados, más bien cumple lo esperado. Aunque se guarda alguna sorpresa, ya que hay indicios de la presencia de cianuro de hidrógeno, un marcador de atmósferas ricas en carbono."Esta cantidad de cianuro de hidrógeno indicaría un ratio muy alto de carbono respecto al oxígeno", explica Olivia Venot de Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), que ha desarrollado un modelo de química atmosférica para 55 Cancri e. Especialmente interesante resulta tan alta concentración. A esta supertierra se la llama en ocasiones el planeta diamante, porque los modelos que consideraban su masa y radio apoyaban la idea de que su interior es muy rico en carbono. Si estos resultados se confirman, dicha denominación podría ser más válida de lo que podamos imaginar.
"Si la presencia de cianuro de hidrógeno y otras moléculas se confirma dentro de pocos años con la próxima generación de telescopios infrarrojos, se apoyaría la teoría de que este planeta realmente es rico en carbono y un lugar muy exótico", concluye Jonathan Tennyson de la UCL,"a pesar de que el cianuro de hidrógeno o ácido prúsico es muy venenoso, por lo que tal vez no es un planeta en el que me gustaría vivir".
No es, efectivamente, un lugar prometedor para la vida, ya que con una órbita alrededor de su Sol de solo 18 días sufre temperaturas de hasta 2000 Cº, al menos en su eterno hemisferio diurno, ya que al estar tan cerca es muy posible que su rotación esté atrapada por las mareas gravitatorias. Aunque es precisamente su altísima temperatura lo que ayudó a los astrónomos a la hora de sacar información de su espectro de luz. Pero el valor de esta detección está en la detección por si misma, el hecho de haber sido capaces de hacerlo y con los medios actuales, no con aquellos que están por venir.
Y el futuro, liderados por colosos como el James Webb o el European Extremely Large Telescope (E-ELT), capaces ya no de adentrarse en la naturaleza de estas supertierras, sino avanzar hacia mundo aún más parecidos al nuestro, se presenta brillante, y los descubrimientos potencialmente infinitos y transcendentales. Las puertas abiertas por sus predecesoras, en este caso de diamante, les marcan el camino.
El Hubble, representante de una vieja generación que aún tiene muchas cosas que decirnos.
James Webb y European Extremely Large Telescope (E-ELT), el futuro que ya llama a la puerta.
Primera detección de la inhóspita atmósfera de una supertierra
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Observatorios,
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viernes, febrero 19, 2016
La eterna llamada del planeta rojo
Estamos ya al final de la cuenta atrás. Después de años de trabajo, de duros momentos donde todo parecía que quedaría en nada, especialmente cuando la NASA abandonó el proyecto de forma repentina, de diseños y rediseños, de todo el duro trabajo que representa hacer realidad una misión interplanetaria, finalmente estamos ya a pocas semanas para verla despegar. La sonda está ya ensamblada, los equipos probados, los depósitos llenos de combustible y los sistemas de comunicación probados, incluida comunicaciones a tiempo real entre la propia nave, ahora en las instalaciones de Baikonur (Kazakhstan) y en centro de control de la misión, en Darmstadt (Alemania). Llega la hora de la verdad.
Para ir "calentando motores", la ESA nos ofrece una visión de como se espera que sea el viaje: La ExoMars TGO será lanzada por un cohete Proton-M / Breeze-M desde el Cosmódromo de Baikonur, dentro de la ventana que se abre entre el 14 y el 25 de marzo. Inicialmente el 14 es el elegido, pero existe margen por si hay algún retraso. Alrededor de un diez horas y media después de su lanzamiento, la nave espacial se separará de la última etapa del cohete y desplegará sus alas solares. Dos semanas más tarde, lo hará su antena de alta ganancia. Llegará la hora de un apacible vuelo de crucero de siete meses hasta Marte. El módulo Schiaparelli se separará de la TGO el 16 de Octubre, para adentrarse en su atmósfera 3 días más tarde, con el objetivo de aterrizaje suavemente en la superficie, mientras la sonda frenará para dejarse atrapar por la gravedad del planeta, uniéndose así a la flota que ya se encuentra ahí, entre ellas la veterana ExoMars, su predecesora europea, que aún está en servicio.
Con su llegada se completará la primera fase del proyecto, que deberá tener su segunda y definitiva parte en 2018 (o 2020 si finalmente se aplaza) con la llegada del rover ExoMars, al cual la TGO ofrecerá cobertura en las comunicaciones, tal como hacen la Mars Odyseey con Opportunity y Curiosity. Pero eso ya forma parte de un futuro por llegar. De momento tenemos una cita con el presenta en 14 de Marzo. Todos listos para una nueva y emocionante aventura. Marte nos llama de nuevo. Como siempre hizo, como siempre hará.
Equipos probados, combustible cargado y sonda ensamblada. Estamos ya en la recta final, el ahora o nunca que el 14 de Marzo decidirá el destino de este ambicioso proyecto.
ExoMars 2016: launch to Mars
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Los viajeros Estelares,
Marte
jueves, febrero 18, 2016
Bajo la mirada de Hitomi
Hoy es un gran día para los expertos y aficionados a los agujeros negros, los cúmulos de galaxias y el Universo en alta energía en general, ya que desde hoy cuentan con un nuevo "juguete" con el cual poder adentrarse aún más en la cara más violenta del Cosmos. A las 0845 GMT se elevaba desde el centro espacial de Tanegashima un cohete H-IIA, transportando en su interior al en ese momento aún llamado oficialmente ASTRO-H, y que minutos después, una vez confirmado su correcto despliegue y que todos sus sistemas estaban en buen estado y respondiendo tal como se esperaba, se rebautizó con el nombre que será conocido a partir de ahora: Hitomi, que se puede traducir de forma general como "ojo", aunque también como "pupila" o "entrada al ojo". Y no puede ser más acertado.
Este observatorio espacial llega como el sucesor de Suzaku, que operó desde 2005 a 2015, y con una capacidad 10 veces superior, dotado de cuatro telescopios de rayos X y un conjunto de instrumentos de última generación que proporcionan una cobertura simultánea en toda esta gama de energía, desde los rayos X "suaves" de alrededor de 300 electrón voltios (eV) hasta rozar el reino de los rayos gamma, de hasta 600.000 eV (como comparación, la energía de la luz visible se extiende sobre 2-3 eV). Se espera que esto proporcione notables avances en el conocimiento de una amplia variedad de fenómenos de alta energía, desde ver el material sobrecalentado a punto de caer en un agujero negro a la evolución de grandes cúmulos de galaxias.
"Vemos rayos X procedentes de fuentes en todo el universo, donde las partículas en cuestión alcanzan energías suficientemente altas", explica Robert Petre, jefe del Laboratorio de Astrofísica de rayos X de Goddard, el cual construyó los dos espejos que componen el telescopio SXT-S, uno de los 4 de los que está provisto Hitomi y que se centrará en los más "suaves", así como otros componentes."Estas energías se presentan en una gran variedad de entornos, incluyendo explosiones estelares, campos magnéticos extremos y campos gravitatorios intensos, y los rayos X nos permiten sondear aspectos de estos fenómenos que son inaccesibles por los instrumentos de observación en otras longitudes de onda". Hitomi es el 6º satélite astronómico de este tipo que lanza Japón, siguiendo una serie de misiones iniciadas en 1979.
Un ingenio de la JAXA, con participación de los EEUU, y que estará abierto a astrónomos de todo el mundo. Este es el caso, por ejemplo, de Poshak Gandhi, investigador en la Universidad de Southampton, que usará Hitomi para estudiar cómo los agujeros negro atraen la materia de su alrededor y crecen en tamaño, así la interacción entre las galaxias y los agujeros negros supermasivos en sus núcleos."Una parte de nuestra investigación en Southampton es el estudio del crecimiento de los agujeros negros supermasivos en los centros de las galaxias cercanas", explica."Como la visión en rayos X de Superman le permite ver a través de paredes, la de Hitomi será capaz de penetrar las nubes que los rodean, y también será sensible a cualquier luz reflejada y dispersada por estas últimas.. Esto, a su vez, nos permitirá determinar todo tipo de propiedades importantes de las nubes interestelares y los agujeros negros que están ocultos dentro de ellos. Esto nos dará información importante sobre su crecimiento y su interacción con la galaxia a gran escala".
En definitiva, y después de un corto pero intenso viaje hacia la órbita terrestre, tenemos entre nosotros un nuevo explorador del Universo, de aquel más energético pero al mismo tiempo más desconocido e invisible.
New X-ray Space Observatory to Study Black Holes and History of Galaxy Clusters
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