¿Puede una estrella pequeña disponer de planetas gigantes tipo Júpiter, hasta el punto de no ser mucho mayor que sus acompañantes? Hasta ahora la respuesta era negativa, tal como explica Juan Carlos Morales, científico del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC). "Este descubrimiento fue sorprendente. Los modelos de formación planetaria nos indican que las estrellas pequeñas típicamente albergan planetas pequeños, con masas como las de la Tierra o Neptuno. Ahora hemos descubierto un planeta similar a Júpiter orbitando una estrella muy pequeña, que tan solo tiene poco más de un 10% de la masa del Sol".
La estrella en cuestión es GJ 3512, una enana roja mucho más pequeña y tenue que el Sol, parecida a otras como Próxima Centauri, Teegarden y Trappist-1 en cuanto a disponer de compañeros planetarios. Sin embargo, en estos tres casos, albergan todas ellas planetas igualmente pequeños, similares a la Tierra, en órbitas templadas y compactas. Parece lógico que así sea, pero la lógica en ocasiones parece falla en el vasto Universo, y este es el caso, ya que GJ 3512 cuenta con un planeta gaseoso gigante, tan grande que la estrella solo es un 40% más grande. En comparación Júpiter solo tiene un diámetro equivalente a la décima parte del Sol.
La teoría "clásica" de formación planetaria indica que los gaseosos cómo Júpiter y Saturno inician su vida como planetas rocosos de unas pocas masas terrestres dentro del disco protoplanetario. Cuando alcanzan una masa crítica, estos núcleos comienzan a acumular grandes cantidades de gas y termina convirtiéndose en los gigantes que conocemos, lo que no debería ser posible en estrellas enanas, cuyos discos protoplanetarios tiene una baja masa, de modo que la cantidad de material disponible para formar planetas también se reduce significativamente.
Pero aquí llega GJ 3512 como una anomalía. La presencia de un gigante gaseoso alrededor de una estrella de baja masa que algo diferente ocurrió en este caso. Pude que el disco original fuera anormalmente masivo, o que el modelo dominante no se aplica en este caso. Quizás toque rescribir algunos de los preceptos de lo que sabemos o creemos saber sobre como nacen los planetas. No lo sabemos y por ello es necesario seguir explorando y desarrollando nuevas tecnologías capaces de llevar nuestras capacidades de observación a nuevas cotas. El Universo no deja de lanzarnos desafíos para ello.
Un exoplaneta gigante alrededor de una estrella enana desafía los modelos de formación de los sistemas planetarios