InSight capta su primer "dust devil".
Fueron un invitado inesperado a la aventura de Spirit y Opportunity, y una de las razones por la cual si vida se extendió de tal manera. Todos esperaban que el polvo acumulado en los paneles solares terminarían por apagar la vida de ambos vehículos, pero la realidad fue bien diferente gracias a estos pequeños tornados, remolinos de aire que recorren la superficie del planeta, de los que apenas se sabía nada hasta entonces y que resultaron una de las sorpresas más agradables que encontraron en el planeta rojo. Gracias a ellos, y su actividad "limpiadora", ambos rover llegaron donde nunca antes se había soñando que fuera posible.
Por ello el paso de uno de estos "dust devil" cerca de la InSight era esperado, tenía que ocurrir tarde o temprano. Y eso fue que lo pasó el 1 de Febrero, inadvertido por las cámaras, pero que se manifestó claramente en los datos de producción de energía así como por sus sensores meteorológicos. Y no fue para menos, porque el torbellino no se limitó a pasar cerca, sino que cruzó justo por encima de ella.
Aparte de un aumento claro de la producción de electricidad, que solo podía ser fruto de que el tornado arrastró parte del polvo ya acumulado en los paneles, los sensores APSS (Auxiliary Payload Sensor Suite) registraron un aumento claro de la velocidad del viento, que llegó a superar los 20 metros por segundo, un cambio en su dirección en aproximadamente 180 grados, que es lo que se esperaría si uno de estos diablos de polvo pasara por encima de ellos, y una fuerte bajada de la presión atmosférica. De hecho esta última bajo a las cifras más bajas jamás detectadas por una misión de superficie, lo que indica que pudieron existir vientos aún más potentes, pero demasiado turbulentos para ser captados por los sensores.
"El viento más rápido que hemos medido directamente de InSight fue de 28 metros por segundo, por lo que el vórtice que levantó el polvo de nuestros paneles solares estaba entre los vientos más fuertes que hemos visto", explicó Aymeric Spiga, científico participante de esta misión."Sin un vórtice de paso, suelen estar entre los 2-10 metros por segundo, dependiendo de la hora del día".
La referencia a la hora no es casual, ya que la aparición de los dust devil se suele concentrar entre el mediodía y las 3 PM hora local, cuando las temperaturas de la superficie llegan al máximo y la diferencia con el aire que existe sobre el, que se mantiene mucho más frío, genera una diferencia térmica que favorece que su formación. En el caso del detectado ahora, que ocurrió a las 1:33PM, encaja en este escenario.
El primero, pero seguramente no será el último si la InSight sigue en activo unos cuantos años más, y al mismo tiempo un bonito rencuentro con los mismos que mantuvieron a Spirit y sobretodo a Opportunity en activo tanto tiempo, y que tan familiares se hicieron para todos nosotros.
Los sensores meteorlógicos, conocidos en su conjunto como APSS, y respnsables de captar el paso del tornado por encima de la sonda.
For InSight, Dust Cleanings Will Yield New Science
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miércoles, mayo 08, 2019
jueves, mayo 02, 2019
De Sol a Sol
Mars Insight nos regala maravillosas vistas del amanecer y atardecer marciano.
No importa cuales sean tus objetivos científicos, si estas son realmente necesarias o no para lo que quieres conseguir. Siempre encuentra la manera de poner cámaras a tu sonda, aunque no sean de alta resolución ni ofrezcan una calidad sobresaliente, ya que no hay nada que llegue más rápido al corazón de los aficionados a la exploración espacial que una imagen. Lo comprendieron en la misión Juno, que inicialmente debería haber estado "ciega", pero que hoy día tiene en su pequeña cámara, abierta al gran público, uno de sus mayores atractivos. Y afortunadamente con la más reciente misión a Marte, aunque sea un vehículo estático y su meta esta bajo el suelo y no en la superficie, pasa algo parecido. Y podemos estas contentos de que así sea.
No es la primera vez que sus pequeños ojos, no pensados para maravillarnos, pero que igualmente lo hace, nos muestra la fascinante estampa de la puesta y salida del Sol desde otro mundo, un Sol que solo tiene 2/3 del tamaño aparente, mirando a través de una atmósfera tenue pero cargada de polvo en suspensión, creando un ambiente extraño, sobrecogedor, al mismo tiempo que familiar. Así es Marte, y por eso precisamente nos llama tanto. No es solo porque sea el más accesible, que ciertamente es un extra, sino porque es tan parecido a la Tierra en algunas cosas que no puede más que fascinarnos.Tanto por las infinitas posibilidades que ofrece, tanto por si mismo como por un posible nuevo hogar para la Humanidad. Estampas como explican el motivo de esa atracción.
Es una tradición. Una hermosa tradición desde que las primeras misiones lograron aterrizar con éxito. La Viking 1 captó el atardecer un 21 de Agosto, en 1976, siendo la primera el lograrlo. La Viking 2 nos envió la maravillosa vista de un amanecer marciano el 14 de Junio de 1978. Ellas abrieron el camino, a las que siguieron Spirit, Opportunity, Phoenix y Curiosity. Y no serán las últimas. Marte nos llama con su belleza singular. Que nadie se atreva a enviar una sonda sin cámaras, aunque sean secundarias. Sería un pecado perderse cosas así.
Un nuboso atardecer, con el color corregido para dar un aspecto muy aproximado a lo que vería el ojo humano. Las nubes marcianas son otro de los elementos que dotan al planeta de un ambiente terrestre, aunque en este caso hablamos no de gotas de agua sino de partículas heladas.
InSight Captures Sunrise and Sunset on Mars
No importa cuales sean tus objetivos científicos, si estas son realmente necesarias o no para lo que quieres conseguir. Siempre encuentra la manera de poner cámaras a tu sonda, aunque no sean de alta resolución ni ofrezcan una calidad sobresaliente, ya que no hay nada que llegue más rápido al corazón de los aficionados a la exploración espacial que una imagen. Lo comprendieron en la misión Juno, que inicialmente debería haber estado "ciega", pero que hoy día tiene en su pequeña cámara, abierta al gran público, uno de sus mayores atractivos. Y afortunadamente con la más reciente misión a Marte, aunque sea un vehículo estático y su meta esta bajo el suelo y no en la superficie, pasa algo parecido. Y podemos estas contentos de que así sea.
No es la primera vez que sus pequeños ojos, no pensados para maravillarnos, pero que igualmente lo hace, nos muestra la fascinante estampa de la puesta y salida del Sol desde otro mundo, un Sol que solo tiene 2/3 del tamaño aparente, mirando a través de una atmósfera tenue pero cargada de polvo en suspensión, creando un ambiente extraño, sobrecogedor, al mismo tiempo que familiar. Así es Marte, y por eso precisamente nos llama tanto. No es solo porque sea el más accesible, que ciertamente es un extra, sino porque es tan parecido a la Tierra en algunas cosas que no puede más que fascinarnos.Tanto por las infinitas posibilidades que ofrece, tanto por si mismo como por un posible nuevo hogar para la Humanidad. Estampas como explican el motivo de esa atracción.
Es una tradición. Una hermosa tradición desde que las primeras misiones lograron aterrizar con éxito. La Viking 1 captó el atardecer un 21 de Agosto, en 1976, siendo la primera el lograrlo. La Viking 2 nos envió la maravillosa vista de un amanecer marciano el 14 de Junio de 1978. Ellas abrieron el camino, a las que siguieron Spirit, Opportunity, Phoenix y Curiosity. Y no serán las últimas. Marte nos llama con su belleza singular. Que nadie se atreva a enviar una sonda sin cámaras, aunque sean secundarias. Sería un pecado perderse cosas así.
Un nuboso atardecer, con el color corregido para dar un aspecto muy aproximado a lo que vería el ojo humano. Las nubes marcianas son otro de los elementos que dotan al planeta de un ambiente terrestre, aunque en este caso hablamos no de gotas de agua sino de partículas heladas.
InSight Captures Sunrise and Sunset on Mars
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miércoles, marzo 13, 2019
En el atardecer del principio
InSight celebra sus 100 días marcianos con una puesta de Sol.
No es su objetivo, ya que su meta se encuentra sobretodo bajo la superficie, de donde espera extraer información vital sobre el corazón del planeta rojo. Ni tan solo cuenta con un sistema de cámaras que pueda compararse con las de Curiosity o las del ya difunto Opportunity, ya que no eran necesarias dado que hablamos de un lander, un vehículo inmóvil, que además se aterrizó en una llanura carente de elementos destacables, ya que se priorizó la seguridad y que los instrumentos pudieran trabajar sin interferencias. No está ciego, pero sus "ojos" tienen unas metas mucho más prácticas que el regalarnos hermosas panorámicas.
Este es el caso de la IDC (Instrument Deployment Camera), que como su propio nombre indica, tenía como objetivo monitorizar la operaciones de despliegue de SEIS (para captar las ondas sísmicas) y el HP3 (para medir el calor interno del planeta), cosa que hizo de forma perfecta. A ella debemos las imágenes más espectaculares de estas delicadas maniobras. En este aspecto, podemos decir que ya cumplió su cometido. Pero tener una cámara plenamente funcional en otro planeta es un privilegio, fruto de un esfuerzo colosal y una inevitable ración de buena suerte, y por ello su equipo en tierra están decididos a sacarle partido, como forma de mantener el interés del público por la sonda.
Y este pasado 10 de Marzo decidieron aprovecharlo para hacernos un hermoso regalo. Ese día InSight cumplía 100 Soles (días marcianos, 40 minutos más largos que los terrestres) de actividad, y para celebrarlo se utilizó la IDC para capturar una escena que, aunque ya vista en otras misiones, siempre resulta fascinante, por no decir maravillosa: La llegada del atardecer, con el Sol, algo más pequeño y tenue que el que nos ilumina en la Tierra, ocultándose detrás del horizonte entre la bruma y el polvo en suspensión. Una escena al mismo tiempo familiar y alienigena, esa combinación extraña que solo podemos encontrar en Marte. De esas que, por si solas, parecen justificar el esfuerzo que hacemos por alcanzar otros mundos y abrir nuestras mentes.
Los ojos de InSight tienen objetivos prácticos, pero la cámara destinada a controlar el despliegue de los instrumentos, y que está situada en el brazo robótico, nos demuestra que es capaz de mucho más.
NASA's InSight Lander Celebrates 100 Days on Mars by Watching the Sun Set
No es su objetivo, ya que su meta se encuentra sobretodo bajo la superficie, de donde espera extraer información vital sobre el corazón del planeta rojo. Ni tan solo cuenta con un sistema de cámaras que pueda compararse con las de Curiosity o las del ya difunto Opportunity, ya que no eran necesarias dado que hablamos de un lander, un vehículo inmóvil, que además se aterrizó en una llanura carente de elementos destacables, ya que se priorizó la seguridad y que los instrumentos pudieran trabajar sin interferencias. No está ciego, pero sus "ojos" tienen unas metas mucho más prácticas que el regalarnos hermosas panorámicas.
Este es el caso de la IDC (Instrument Deployment Camera), que como su propio nombre indica, tenía como objetivo monitorizar la operaciones de despliegue de SEIS (para captar las ondas sísmicas) y el HP3 (para medir el calor interno del planeta), cosa que hizo de forma perfecta. A ella debemos las imágenes más espectaculares de estas delicadas maniobras. En este aspecto, podemos decir que ya cumplió su cometido. Pero tener una cámara plenamente funcional en otro planeta es un privilegio, fruto de un esfuerzo colosal y una inevitable ración de buena suerte, y por ello su equipo en tierra están decididos a sacarle partido, como forma de mantener el interés del público por la sonda.
Y este pasado 10 de Marzo decidieron aprovecharlo para hacernos un hermoso regalo. Ese día InSight cumplía 100 Soles (días marcianos, 40 minutos más largos que los terrestres) de actividad, y para celebrarlo se utilizó la IDC para capturar una escena que, aunque ya vista en otras misiones, siempre resulta fascinante, por no decir maravillosa: La llegada del atardecer, con el Sol, algo más pequeño y tenue que el que nos ilumina en la Tierra, ocultándose detrás del horizonte entre la bruma y el polvo en suspensión. Una escena al mismo tiempo familiar y alienigena, esa combinación extraña que solo podemos encontrar en Marte. De esas que, por si solas, parecen justificar el esfuerzo que hacemos por alcanzar otros mundos y abrir nuestras mentes.
Los ojos de InSight tienen objetivos prácticos, pero la cámara destinada a controlar el despliegue de los instrumentos, y que está situada en el brazo robótico, nos demuestra que es capaz de mucho más.
NASA's InSight Lander Celebrates 100 Days on Mars by Watching the Sun Set
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