¿Cual era la composición exacta de las "piezas fundamentales" que dieron forma a nuestro planeta, de los planetesimales nacidos cerca del Sol que terminaron por agregarse y plantar la semilla que daría finalmente origen a la Tierra tal y como la conocemos? No es una respuesta sencilla, aunque podamos tener una idea aproximada. Los asteroides actuales pueden ser lo más parecido a un fósil planetario, pero miles de millones de años "cocinados" por la radiación solar los han alterado significativamente, al menos en sus capas más superficiales, y los cometas, especialmente los recién llegados desde el Cinturón de Kuiper y la aún más lejana Nube de Oort, aunque prístinos, representan zonas diferentes, más lejanas, del Sistema Solar naciente.
¿Debemos olvidarnos de encontrar un fragmento realmente inalterado de nuestros orígenes? Quizás no. Así lo indica el reciente descubrimiento del ahora denominado C/2014 S3 (PANSTARRS), el primer objeto descubierto en una órbita cometaria de período largo que tiene las características de un asteroide, y más importante aún, posiblemente se formó en el interior del Sistema Solar junto con la propia Tierra. Fue expulsado en una fase muy temprana, conservado en el congelador de Oort durante miles de millones de años, y ahora está de regreso fue empujado hace relativamente poco tiempo a una órbita que lo acerca al Sol.
Así lo explican sus descubridores, liderados por Karen Meech (de Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái):"Ya sabíamos de la existencia de muchos asteroides, pero todos han sido “cocinados” por el calor y la cercanía del Sol durante miles de millones de años. Este es el primer asteroide “en crudo” que hemos podido observar: Se ha conservado en el mejor congelador que hay". Originalmente fue identificado por el telescopio Pan-STARRS1 como un débil cometa activo a una distancia de algo más de dos Unidades Astronómicas, y con período orbital actual (alrededor de 860 años) que sugería que su origen estaba en la Nube de Oort.
Pero pronto detectaron que el ahora denominado C/2014 S3 (PANSTARRS) era inusual, ya que no tiene la característica cola que tienen la mayor parte de los cometas de período largo cuando se acercan tanto al Sol, hasta el punto de ser bautizado como un cometa Manx, por el nombre dado a esta raza de gatos sin cola. Los espectros extraídos de la débil luz reflejada por este objeto por el Very Large Telescope indicaron que se trataba de asteroide de tipo S, que generalmente se encuentran en el cinturón principal de asteroides interior. No era este el caso, con una órbita que indica que está llegando desde las mismas profundidades del Sistema Solar. Quizás después de haber partido hacia la oscuridad en los albores de nuestro mundo.
La información reunida de esta forma indica ha sufrido muy poco "procesamiento", alteración a causa de la luz solar, indicando que ha permanecido profundamente congelado durante mucho tiempo. La débil actividad cometaria asociada a C/2014 S3 (PANSTARRS), coherente con la sublimación del hielo de agua, es aproximadamente un millón de veces inferior a la de los cometas activos de período largo situados a una distancia similar. Los autores concluyen que este objeto probablemente está hecho de material fresco del Sistema Solar interior, que había permanecido almacenado en la Nube de Oort y ahora está volviendo hacia el interior del Sistema Solar.
Si estamos realmente ante un fragmento original y apenas alterado del mismo material que formó la Tierra (y el resto de planetas terrestres), podría ser clave para poner luz sobre como fueron los primeros tiempos, ya que existen toda una serie de modelos teóricos capaces de reproducir gran parte de la estructura que vemos en el Sistema Solar, pero con un diferencia importante: Sus predicciones sobre los objetos que componen la Nube de Oort. Diferentes modelos predicen proporciones significativamente diferentes de objetos helados y rocosos, a su vez relacionado con la migración de los planetas gigantes. Este primer descubrimiento de un objeto rocoso procedente de esta lejana, muy lejana región exterior, podría ser la clave para saber cual es el correcto. Los autores estiman que serán necesarias entre 50 y 100 observaciones de estos Manx para distinguir entre los modelos actuales, abriendo otra rica vía en el estudio de los orígenes.
Olivier Hainaut (ESO, Garching, Alemania), uno de los coautores de este estudio lo resume así:"Hemos encontrado el primer cometa rocoso y estamos buscando otros. Dependiendo de cuántos encontremos, sabremos si los planetas gigantes bailaron por todo el Sistema Solar cuando eran jóvenes, o si crecieron tranquilamente sin moverse mucho". Solo tenemos que buscar a los "gatos sin cola". Ellos tiene la respuesta.
La probable historia de este objeto tanto en el Sistema Solar interior como en el exterior durante un período de más de 4.000 millones de años. La mayor parte de este tiempo permaneció en las frías afueras, en la Nube de Oort.
El concepto de los planetesimales, pequeños cuerpos nacidos de la nube de gas y polvo que rodeaba al Sol naciente y primer paso hacia la formación de planetas como la Tierra. Aquellos que terminaron sin ser atrapados, permanecieron en la forma de lo que hoy día llamamos asteroides, aunque después de tanto tiempo sometidos a la radiación solar han sido tan alterados, en sus capas superficiales, que poco queda de aquello que fueron. De ahí lo importante de la existencia de cuerpos como C/2014 S3 (PANSTARRS).
"Miau?"
Un fragmento único, originado durante la formación de la Tierra, vuelve tras miles de millones de años congelado.