Space X hace historia al lanzar y recuperar con éxito un Falcon 9 ya utilizado anteriormente. Hoy es un gran día. El mundo seguirá inmerso en sus problemas, y en cierta forma es un aconteciendo que parece banal en comparación a lo que sucede en muchos lugares del planeta, a todos los problemas y desafíos que seguimos afrontando en el día a día. Y en cierta forma así es. Porque lo que ocurrió hace unas hora es transcendental, pero no tanto por lo que fue sino por lo que promete ser y las puertas se pueden abrirse en el futuro gracias a ello."SpaceX existe desde hace quince años esperando este momento. Es un
logro muy importante no solo para la compañía, sino para toda la
industria espacial. Hemos demostrado que sí puede hacerse algo que nos
dijeron era imposible", resume un pletórico Elon Musk. Y no es para menos. Pongamos las cosas en su contexto. Ya llevamos disfrutando del espectáculo de la primera y mayor etapa de un Falcon 9 aterrizando de forma perfecta, sea en una barcaza o en tierra firme. Y sin duda lograrlo mereció todos los elogios posibles, porque la hazaña bien lo merecían. Pero lograr el regreso suave, controlado y de una pieza de estos cohetes no era la meta de Space X, sino el medio con el que lograr el verdadero objetivo: Reducir drásticamente los costes de lanzamiento, sea hacia órbitas bajas, geoestacionarias o incluso adentrarse en el medio interplanetario. Los Space Shuttle lo intentaron en su momento, pero fracasaron debido a su propio tamaño y complejidad, que las hacia terriblemente caros. Space X buscaba lograr lo que ellos no pudieron, hacer del espacio algo mucho más accesible. Y tener muchos más clientes, que por algo es una empresa al fin y al cabo. Por eso, pese a todo el ruido mediático de esos aterrizajes, en realidad aún no se había logrado nada, eran solo pasos previos, pero imprescindibles para preparar un camino sólido de cara a convertirlo en una realidad. Faltaba llegar a la culminación del viaje, ver un Falcon 9 ya utilizado despegar de nuevo, que lograra poner el órbita a su cargamento tal como estaba previsto, y que finalmente fuera capaz, nuevamente, de regresar. Solo en ese momento se podía decir que había cumplido uno de sus grandes objetivos, triunfado al fin. Un momento que se hizo esperar. Pero finalmente llegó. A las 22:27 UTC de este pasado 30 de Marzo de 2017 despegaba un Falcon 9 desde la rampa 39A del Centro Espacial Kennedy, transportando en su cima al satélite de comunicaciones SES 10. Pero en esta ocasión la primera etapa era la misma que el 8 de Abril de 2016 despegó transportando a la Dragon CRS-8, impulsándola rumbo a la ISS, y posteriormente aterrizaba en la barcaza de Space X "Of course I still love you" situada en el Atlántico, siendo la primera que lo lograba después de una serie de inevitables intentos fallidos. Y nuevamente, después de una larga serie de pruebas y preparativos, volaba de nuevo, para posteriormente aterrizar en la misma barcaza en que lo hizo ese primera vez. En los 8 minutos y 32 segundos que tardó en completar su viaje se escribió una de las páginas claves de la carrera espacial. No es exagerado decir que hizo historia.
Estamos al final de principio, la conclusión de un largo camino que nos llevaba a este momento, a su vez el inicio de algo mucho mayor. El viaje que nos espera por delante es igualmente largo, evaluando los resultados, analizando los detalles y aplicando lo aprendido para ser capaz de repetirlo, y en escalas cada vez mayores. Todo lo que dice Space X suele sonar muy grandilocuente, en ocasiones parecen puras fanfarronadas, pero tienen la maravillosa costumbre de cumplirlas. Como hoy, como ayer, y esperemos que como todos los mañanas que aún tienen que llegar.Si, ciertamente hoy es un gran día.
El viaje del primer Falcon 9 reutilizado.
El emblema de esta misión, con el satélite de telecomunicaciones SES 10 que transportaba y que dará cobertura a América Latina como parte de la red Simón Bolívar 2, formada por Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia.
Descubriendo uno de las regiones de formación estelar más sorprendentes del Cosmos. Las estrellas son fuente de luz, mientras que los agujeros negros son la personificación mismo de la oscuridad, la de un pozo gravitatorio aparentemente infinito del que nada puede escapar, ni tan solo esa misma luz. Nada parece estar más alejado que estos dos conceptos, aunque ambos estén relacionados al ser los segundos el final del viaje para las primeras de mayor masa. Y aún más incompatibles pueden parecernos una región o nebulosa con una activo proceso de formación estelar y un agujero negro masivo, como el que habita en el corazón de muchas galaxias. Pero el universo no busca satisfacer nuestro sentido común, ni tan solo parece mostrar el más mínimo interés en nuestra existencia, y lo que consideramos imposible puede dejar de serlo en cualquier momento. Y nada podría parecernos más improbable que la idea de estrellas naciendo de un agujero negro. Pero así es. Observaciones realizadas por el VLT (Very Large Telescope) en las conocidas como IRAS F23128-5919, dos galaxias en proceso de colisión, han mostrado que en el interior de los colosales chorros de material que se originan cerca del agujero negro supermasivo central de una de ellas están naciendo estrellas, y no en pocas cantidades precisamente, puesto que se calcula que cada año lo hace el equivalente a 30 veces la masa del Sol. Los agujeros negros masivos engullen materia, pero también calientan el gas circundante y lo
expulsan de la galaxia anfitriona en forma de densos y potentes vientos. Es un fenómeno ampliamente conocido, y del cual se había especulado tiempo atrás que dentro de ellos podrían desarrollarse procesos de acreacción estelar, como ahora se acaba de demostrar. "Durante un tiempo los astrónomos han pensado que las condiciones
que se dan en el interior de estos chorros podrían ser adecuadas para
la formación de estrellas, pero nadie había podido ver este fenómeno en
acción porque es algo muy difícil de observar", comenta Roberto Maiolino, de la Universidad de Cambridge y líder del equipo responsable de este descubrimiento."Nuestros resultados son emocionantes porque muestran, inequívocamente, que se crean estrellas dentro de estos chorros". Gracias a los los dos instrumentos espectroscópicos utilizados, MUSE y X-shooter, se pudo identificar sin lugar a dudas la presencia de estas estrellas dentro de los chorros de materia, acotar una posible edad de unas pocas decenas de
millones de años,yviajan a velocidades muy grandes, alejándose del centro de la galaxia, lógico si se trata de objetos atrapados en una rápida corriente
de material en movimiento."Las estrellas que se forman en el viento que está cerca del centro
de la galaxia podrían desacelerar e incluso volver hacia el interior,
pero las estrellas que se forman en la zona más externa del flujo
experimentan menos desaceleración y pueden incluso volar en grupo fuera
de la galaxia", añade Helen Russell (del Instituto de Astronomía, Cambridge, Reino Unido), coautora de este estudio.
La confirmación de este tipo de nacimientos estelares podría arrojar nueva luz sobre cómo adquieren sus formas ciertas galaxias, cómo se enriquece el espacio intergaláctico con elementos pesados, e incluso de dónde puede provenir la radiación de fondo infrarroja en las bandas del infrarrojo cercano nunca comprobado de forma satisfactoria. Pero también nos muestra hasta que punto el Cosmos es un lugar extraño y sorprendente, donde debemos estar preparados para cualquier cosa, incluida la idea de las innumerables y luminosas hijas de la oscuridad.
Representación artística de lo observado por el VLT, una corriente de estrellas nacidas de los chorros de materia expulsados hacia el exterior de su galaxia por el agujero negro masivo que se esconde en su corazón.
Oxia Planum y Mawrth Vallis, finalistas para acoger el descenso del rover ExoMars. Tan importante como construir el propio vehículo hacerlo aterrizar de forma segura es saber elegir el lugar idóneo para ello. Es una decisión crítica, donde deben converger diversos requisitos y que se mueva en un delicado equilibro entre donde nos gustaría ir y donde podemos ir realmente sin asumir riesgos inaceptables. Y acertar es tan determinante como el propio hecho de lograr posarse en la superficie. Si Curiosity, por ejemplo, no hubiera sido depositado en el cráter Gale, con su enorme montaña de sedimentos, sino en un lugar mucho menos propicio en este aspecto, difícilmente podría haber realizado los grandes descubrimientos que acumula. Spirit, por su lado, acabó en una llanura cubierta por antiguas coladas de lava y eso estuvo cerca de hacer inutil su viaje, aunque finalmente alcanzó las colinas Columbia, donde si existían señales del paso del agua. Son ejemplos que nos recuerda lo importante de esta elección. Por tanto, casi al ritmo en que la sonda propiamente dicha va tomado forma, se desarrolla una intensa actividad detrás del escenario, reuniones y más reuniones para marcar puntos de interés y lentamente, en un proceso que puede durar meses o años, ir estrechando las opciones hasta encontrar la ideal. O al menos la que reúna un mayor consenso entro los expertos. La misión ExoMars lleva tiempo viviendo este proceso de selección. Y mientras, aunque con retrasos y dificultades financieras, su construcción avanza con la mirada puesta en el 2020, los potenciales lugares donde podría posarse se han ido reduciendo de forma paulatina. Y ahora tenemos ya a los dos finalistas, de los cuales saldrá el ganador definitivo: Oxia Planum y Mawrth Vallis. Por el camino se quedóAram Dorsum. Oxia Planum, por su parte, ya se había ganado la clasificación en 2015, y solo le quedaba conocer cual sería su contrincante final, ahora ya determinado después de una reunión de dos días con expertos de la comunidad científica, la industria y los integrantes del proyecto ExoMars, que concluyó finalmente que debía ser Mawrth Vallis el elegido para enfrentarse a Oxía en la "batalla final". ¿Cuales son los méritos de uno y otro? Oxia Planum: Se
encuentra en los bordes de una zona donde muchos canales, en su momento excavados por el fluir del agua, desembocan en las vastas
llanuras de tierras bajas, y exhibe capas de minerales ricos en arcilla
que se formaron en condiciones húmedas hace 3.900 millones de años. Las
observaciones de la órbita demuestran que los minerales allí presenten son representativos de los encontrados en una amplia área alrededor de
esta región, y eso darían una idea de las condiciones experimentadas a
escala global durante esa época de la historia marciana. Mawrth Vallis: es un gran canal de salida a pocos cientos de kilómetros de Oxia Planum. Toda la región exhibe depósitos sedimentarios ricos en arcilla y una diversidad de minerales que sugieren una presencia sostenida de agua durante un período de varios cientos de millones de años, tal vez incluyendo estanques localizados.
Además, fracturas de tonos claros que contienen 'venas' de minerales alterados por el agua apuntan a interacciones entre rocas y líquidos en acuíferos subsuperficiales, y posible actividad hidrotermal que puede haber sido beneficiosa para cualquier forma de vida que pudiera haber existido. ¿Cual de los dos es más interesante, además de ser el más seguro? Desde el punto de vista científico se inicia un largo proceso para identificar sitios específicos donde el rover podría usar su taladro para recuperar muestras de debajo de la superficie y definir posibles recorridos que podría realizar, hasta 5 km desde su punto de aterrizaje para alcanzar el número máximo de sitios interesantes.
En cuanto a la ingeniería, los equipos seguirán trazando la distribución y el tamaño de las rocas y los cráteres presentes, documentando los ángulos de las laderas locales y la cobertura de la "arena" suave para asegurar que el aterrizaje y las travesías sean lo más seguros posible
Deberemos esperar un tiempo en conocer el ganador final, aunque ahora, ya con solo dos en liza, el escenario se va definiendo.¿Oxia Planum oMawrth Vallis? Saber elegir bien determinará, tanto como el propio aterrizaje, el éxito final de este proyecto trascendental.
Oxia Planum se sitúa cerca de la desembocadura del sistema de canales de Valles Marineris en las tierras bajas de Marte.
Mawrth Vallis, un canalexcavado por una inmensa corriente de agua líquida en una región con señales de haber tenido una presencia prolongada en el tiempo.
Conociendo un poco mejor al futuro rover marciano de la ESA. Deberíamos estar ya en la recta final antes de su lanzamiento, pero su aplazamiento para la ventana de 2020, acontecimiento previsible pero no por ello menos decepcionante, hará necesario tener un poco más de paciencia. Al igual que el conocer definitivamente la región elegida para hacer aterrizar, algo que ocurrirá solo un año antes, en 2019. En defintiva, y mientras la integrante orbital de este ambicioso proyecto ya se encuentra en Marte, la de superficie deberá esperar un poco para reunirse con ella. La exploración espacial es una mezcla de esfuerzo, suerte y paciencia. Sobretodo esto último. Sin embargo nunca es pronto para conocer un poco mejor al rover ExoMars, del que ya conocemos su configuración definitiva, sus caracterizaras físicas y sus instrumentos, aquellos con los que buscará evidencias de vida bajo la superficie. Y la reciente publicación de nuevas ilustraciones por parte de la Agencia Espacial Europea es una buena excusa para ello:
Desplazamiento:ExoMars, con una masa de 310 kg, se desplazará por la superficie marciana en un sistema de locomoción formado por 3 trenes de rotación pivotantes, conectados a seis ruedas flexibles. Energía: Como Opportunity, ExoMars dependerá también de la capacidad de generar energía de una serie de panales solares, que se desplegarán una vez el vehículo se encuentre a salvo en la superficie. Aunque con el problema de no disponer de una fuente de alimentación constante, dependiente de las horas de luz y el clima reinante, el ejemplo de ese ya veterano explorador de la NASA (del que seguramente nadie quiera apostar que ya no estará activo en 2020) muestra que puede ser mucho más fiable de lo que se creía inicialmente, y que incluso el problema del polvo depositado sobre ellos, que en un principio se consideró que sería fatal en un plazo corto de tiempo, en realidad no lo es tanto gracias a las rachas de viento que recorren la superficie. En búsqueda de vida: Cuando llegue a un sito previamente seleccionado se detendrá y desplegará el taladro (alojado dentro de la gran caja gris situada en la parte frontal del rover). Este será capaz de adentrarse hasta 2 metros de profundidad, algo nunca realizado antes, y llegar hasta capas protegidas del hostil ambiente exterior, donde las señales químicas de la vida podrían haberse preservado, o incluso la vida misma en la actualidad. El taladro recolectará muestras y las entregara al llamado Cajón de Laboratorio Analítico
(Analytical Laboratory Drawer o ALD) situado en el cuerpo del rover, a través de la ventana de entrega de
muestras (la pequeña abertura por encima de la caja de perforación). Dentro
del ALD las muestras serán analizadas con un espectrómetro de
infrarrojos (MicrOmega), un espectrómetro de raman (RLS) y el analizador
de moléculas orgánicas (MOMA). Visión:ExoMars estará equipada con una PanCam, una cámara panorámica situada en la parte superior del mástil de rover, que se elevara 2m
sobre la superficie, y proporcionará imágenes en estéreo y 3D del terreno
alrededor del rover. Estará acompañada de las cámaras de navegación y posición, así comodel Espectrómetro Infrarrojo ISEM, que determinará la
composición mineral del terreno. Finalmente CLUPI, diseñada para tomar imágenes cercanas, adquirirá imágenes
en color, de alta resolución y en color de afloramientos, rocas, suelos, material extraído por el taladro y muestras de núcleos de perforación. A todo ello, instalado en el propio taladro, se sumará el Ma_MISS (Mars Multispectral Imager for Subsurface Studies), que estudiará las paredes de las propias perforaciones, para observar en detalle su mineralogía y formaciones rocosas. Exploración bajo tierra: Además de las extracciones de material, ExoMars estudiará el subsuelo con Adron, un detector de neutrones para la búsqueda de agua subterránea y materiales hidratados, y WISDOM, un radar de penetración que permitirá una visión en detalle de la estructura geológica bajo la superficie. Comunicaciones: Estará dotada de dos antenas UHF monopolos, que le permitirán establecer comunicación directa con la sonda ExoMars, ya en órbita marciana. Esta actuará de puente de enlace entre el rover y La Tierra, aunque también podrá apoyarse en otras sondas orbitales de ser necesario.
Así es y así funcionará ExoMars. Solo nos queda ya esperar a su lanzamiento, como le ocurre a la sonda del mismo nombre, ya en órbita marciana. Y desear que las lecciones de Schiaparellihayan sido bien aprendidas. El potencial de esta misión es tan extraordinario y transcendental, los esfuerzos realizados para sacarla adelante tan enormes y los sueños que transportará tan profundos, que no puedeser de otro modo.
ExoMars y todos sus elementos constituyentes, en vistas frontal y trasera.
Observando el efecto gravitatorio de Sagittarius A en su entorno.
Todos, en algún momento, especialmente si tenemos un mínimo de interés en temas astronómicos, que el el corazón de la Vía Láctea se esconde un agujero negro masivo, aunque oculto detrás del polvoriento centro galáctico no podemos observarlo directamente. ¿Entonces cómo sabemos que realmente existe? Sobretodo gracias a que los astrónomos usan observaciones en radio, rayos X y telescopios infrarrojos para adentrarse detrás del velo de polvo galáctico y capar las nubes de gas y las estrellas girando a su
alrededor. Y estimando la velocidad es posible calcular la masa de aquello que está tirando hacia el. Y los datos son reveladores: 4 millones de veces la masa del Sol concertada en un espacio menor que la órbita de Mercurio. Y sin emitir luz alguna!! Nada encaja mejor con la idea de un agujero negro (o como lo denominó John Michell, el primero en teorizar sobre estos cuerpos celestes en 1783, una estrella oscura) que una concentración de masa en un espacio tan pequeño, porque nada conocido puede tenerla sin colapsar gravitatoriamente sobre si mismo de forma total. Quizás la mejor forma de captar esta realidad es observar como las estrellas que habitan el centro galáctico se mueven alrededor de un punto invisible, como aceleran cuando pasan por el punto de mínima distancia y disminuyen su velocidad al alejarse de nuevo. Es lo que ocurre con cualquier objeto en órbita elíptica alrededor de otro mayor, como un planeta o estrella. Pero en este caso no podemos verlo. Es invisible a nuestros ojos. Un cuerpo oscuro, mucho más masivo que ellas, las mantiene atadas. Nada parece encajar mejor con la idea de los agujeros negros. Una oscura y masiva oscuridad.
¿Como se formó en primer lugar? La verdad es que no lo sabemos con certeza. Hipótesis existen muchas, como que masivas nubes de gas existentes durante las primeras etapas de formación de la Galaxia, colapsaron sobre si mismas formando innumerables agujeros negros, que con el tiempo se fusionaron hasta convertirse un uno masivo. O quizás la muerte de una pleyade de estrellas gigantes, nacidas de la colisión y fusión de grandes cúmulos estelares, dieron lugar a gran numero de ellos, que nuevamente convergieron en uno solo. Pero son solo ideas. Queda mucho por aprender y descubrir.
Solo sabemos una cosa con certeza. Y es que en el centro de nuestra galaxia, al igual que muchas otras, existe un monstruo, invisible a nuestros ojos, pero cuya fuerza gravitatoria se hace evidente por poco que miremos con atenciónel baile de esta oscura bestia con sus bellas acompañantes estelares.
Las estrellas en el centro galáctico, en una animación creada a partir de distintas observaciones realizadas durante un periodo de 14 años. Sagittarius A está completamente oculto por las nubes de gas y polvo que se sitúan entre el y la Tierra, mientras que las estrellas apenas son captadas con una magnitud de +25.
Aunque por norma invisible, en ocasiones Sagittarius A se hace visible, aunque solo en las partes más energéticas del espectro. Así ocurrió el 14 de Septiembre de 2013, cuando se detectaron intensas emisiones en rayos X por parte del observatorio Chandra, se cree producidas por material absorbidos por el agujero negro, calentados hasta temperaturas lo suficientemente altas para brillar en esta frecuencia antes de precipitarse en el abismo.
El astronauta Reid Wiseman nos acerca a este hermoso fenómeno.
La ISS, la mayor estructura orbital jamás construida, se mueve alrededor de La Tierra a una velocidad que nos resulta casi imposible de imaginar en toda su magnitud, aproximadamente 28.000 Kilómetros/Hora, tan rápido que completa una órbita cada 90 minutos. Quién haya tenido la oportunidad de verla cruzando el cielo nocturno en pocos minutos posiblemente entenderá mejor el colosal reto que representó hacerla realidad y la tremenda precisión necesaria para enviar una nave a su encuentro, aunque cuando se observan las imágenes que nos llegan de ella puede parecer, por falta de puntos de referencia cercanos, que su viaje es poco menos que un lento paseo entre el cielo y la tierra. Una de las consecuencias, para aquellos que la habitan, es que son testigos de nada menos que 16 salidas y puestas de Sol al día, como es sencillo calcular sabiendo el tiempo que tarda en dar una vuelta completa a La Tierra. Pero no siempre es así, ya que si bien su plano orbital es siempre el mismo (51,6º con respecto al ecuador), el propio desplazamiento de nuestro planeta alrededor del Sol (que en combinación con la inclinación del eje de rotación de nuestro planeta es el responsable de las estaciones) hace que en ocasiones la ISS se encuentre volando casi en paralelo sobre el terminador, la línea de separación entre el día y la noche.
Y en ese momento, algo que ocurre varias veces al año, nunca desaparece detrás del horizonte, ofreciendo a sus tripulantes la oportunidad de contemplar un espectáculo único, y gracias a ellos, que registran estos instantes de luz eterna, también nosotros. Otra de esas maravillas reservadas a los que han tenido la fortuna de viajar más allá de las nubes y el cielo azul, hacia un lugar donde nunca se pone el Sol.
Otro ejemplo de Sol que nunca se pone.
Este fenómeno se produce cuando la ISS, cuyo plano orbital se desplaza 4º al día hacia el Oeste a causa las irregularidades del campo gravitatorio terrestre, sobrevuela el terminador casi en paralelo.
La magnitud de los "Soles que nunca se ponen" se determina con el llamado ángulo beta, formado por los rayos del sol y el plano orbital de la ISS. Cuanto mayor es más cerca está de volar en paralelo al terminador, algo que ocurre cuando alcanza los 69º. Esto no deja de ocasionar ciertos problemas a la ISS, ya que implica que, a causa de que la luz solar ilumina más una parte que otra de la estructura, se generen diferencias térmicas entre ellas, especialmente con los paneles solares.
Estudiar su entorno y realizar un estudio intensivo del terreno, incluida la toma de muestras para su análisis en profundidad, todo ello con el objetivo de establecer cuales fueron los niveles de habitabilidad de Marte, o al menos del cráter Gale, donde se encuentra, en un pasado más o menos lejano. Así se podía resumir las metas principales de este gran vehículo robótico, la más ambiciosa misión de la NASA hasta la fecha. Pero también realiza otras tareas, menos conocidas pero igualmente importantes para entenderlo en todo su extensión, entre ella la de observar las nubes del planeta, manifestación de una atmósfera que, aunque sea tan tenue, tienen sus propios mecanismos climáticos aún por entender en toda su extensión. Y no de forma marginal. Durante los casi cinco años que Curiosity ha estado operativo, lleva registrado más de 500 películas del cielo ecuatorial marciano, lo que se convierte en un excepcional registro a lo largo del tiempo del comportamiento del clima marciano, de su meteorología a lo largo de su año, y como esta cambia con el paso de las estaciones. Pero también para revelar sorpresas. Porque Marte aún se guarda muchas bajo la chistera.
La última de ellas se presentó durante las observaciones atmosféricas realizadas en Sol 1302 (5 de abril de 2016), cuando la NavCam de Curiosity observó algo inédito: Formaciones paralelas de nubes, avanzando en la misma dirección como si fueran olas en el océano. O lo que es lo mismo, evidencias de nubes marcianas formadas por ondas de gravedad. Algo visto habitualmente en la Tierra, también conocidas en las zonas polares de Marte, pero nunca antes observadas en las regiones ecuatoriales del planeta rojo. Ahora mismo no está claro qué mecanismo podría ser responsable de crear estas ondulaciones. En la Tierra tienen origen alteraciones en la troposfera, que producen un desequilibrio atmosférico que la gravedad intenta restaurar a su estado original, proceso que se manifiesta en forma de estas "olas" nubosas. Pero en Marte las condiciones son diferentes y no se pueden aplicar los mismos parámetros, al menos por lo que sabemos a día de hoy. Si se encuentra finalmente una explicación seguramente se revelarán detalles interesantes sobre la dinámica de su atmósfera "El ambiente marciano es lo exótico envuelto en lo familiar. Las
puestas de sol son azules, los diablos de polvo enormes, las nevadas
más parecidas al polvo de diamantes, y las nubes son más delgadas de lo
que vemos en la Tierra", resume John Moores, investigador del Centro de Investigación en Ciencias Terrestres y Espaciales (CRESS) de la Universidad de York. Y hay mucha verdad en sus palabras. Todo es parecido, pero al mismo tiempo todo es diferente a nuestro planeta. Así es Marte. Así es el mundo que un día pisaremos.
Aunque no solemos asociarlo con la idea de un lugar de cielos nubosos, lo cierto es que la tenue atmósfera de Marte es capaz de generarlas en cierto cantidad. No tan densas y variadas como las terrestres, formadas por partículas de hielo de agua y de dióxido de carbono, en lugar de gotas de agua, pero así y todo con un toque familiar.
Familiar y extraño. Así será el mundo que explorarán los Humanos en el futuro.
Finaliza la fase de diseño de la futura sonda Juice. Mientras la NASA sigue adelante con el proyecto de la ahora ya oficialmente conocida como Europa Clipper, que a principios de la próxima década deberá despegar rumbo a Júpiter, con la luna Europa como objetivo prioritario, al otro lado del Atlánticola ESA también avanza en su propia sonda de exploración joviana, curiosamente nacida inicialmente como un proyecto conjunta con la NASA de la que esta se retiró por cuestiones presupuestarias pero que la agencia europea decidió seguir por su cuenta. Lo que debía haber sido sido gran sonda con otra más reducida incorporada a ella, al más puro estilo Cassini y Huygens, se han convertido con el tiempo en dos sondas independientes, cada una con sus propias metas. Y la sonda europea, la conocida comoJuice(JUpiter ICy moons Explorer), acaba de dar un crucial salto adelante al darse por finalizada la fase de diseño, quedando así fijado ya, aunque siempre sujeto a modificaciones, la que será su configuración y sus interfaces con los
instrumentos científicos y las estaciones terrestres, lo que ahora
permitirá construir un prototipo para someterlo a ensayos rigurosos. Teniendo en cuenta que para dar luz verde a su construcción es necesario resolver numerosas cuestiones de importancia crítica, este paso casi abre ya las puertas a que sea finalmente una realidad palpable. "El diseño de la nave se ha revisado en profundidad y con resultados
positivos, confirmándose que responde a los numerosos requisitos
críticos de la misión", afirma Giuseppe Sarri, gestor del proyecto. "Por el momento nos estamos ciñendo al calendario y estamos
encantados de poder comenzar la fase de desarrollo de esta ambiciosa
misión de clase L". Llegados a este punto se puede tener ya una idea clara y bastante definitiva de como será Juice, entre ellos que esta sonda, de 5,3 toneladas, será compatible con su lanzador Ariane 5, cosa por otro lado lógica, y que precisará
de un enorme conjunto de paneles solares: Se prevén dos alas de cinco
paneles cada una, con una superficie total de casi 100 m2, capaz de suministrar 820 W al final de la misión, ya en Júpiter. Igualmente importante será la implementación de medidas especiales anti-radiación, desde los componentes y materiales utilizados en su construcción hasta la inclusión de un blindaje que proteja sus sistemas más críticos, dado el duro ambiente del sistema joviano. Y aún más asegurarse que su impulsor principal, que deberá hacerla entrar en órbita alrededor de Júpiter primero y Ganimedes después, por lo que su diseño también se ha sometido a revisiones críticas en esta fase.
Un elemento destacado como clave es la "limpieza" electromagnética
de Juice. Y no es para menos, ya que uno de los objetivos de esta misión es monitorizar los campos
magnéticos y las partículas cargadas en Júpiter, por lo que resulta crítico que no exista ningún campo electromagnético generado por la propia nave que pudiera
interfiera en las delicadas mediciones científicas. Este aspecto afectará a la construcción de toda la sonda, desde la arquitectura
eléctrica a los paneles solares. Un solo error en este aspecto pondría en duda los resultados de la misión, al menos es este aspecto.
Finalmente se especificó que cumple las
directrices más estrictas de protección planetaria, ya que es
fundamental minimizar el riesgo de que alguna de las lunas
potencialmente habitables, especialmente Europa, pueda verse contaminada
por virus, bacterias o esporas terrestres. Por ello se asegurará que la sonda no llegue nunca a una situación de impacto contra ella, al menos en una escala temporal de cientos de años.
El final de la fase de diseño y el paso a la siguiente implica que las industrias implicadas en este proyecto, como por Airbus, tienen ya luz verde para comenzar a construir los primerosprototipos, que se someterán
a todo tipo de pruebas, simulando tanto las condiciones espaciales como las no menos duras que afrontará durante el lanzamiento. Y una vez estos demuestren que el diseño es válido en todos sus aspectos, más allá de toda duda, llegará finalmente el momento de construir realmente a Juice, ya con la vista puesta en el horizonte de 2022. Un salto adelante crucialtambién para el propio Viejo Mundo, que finalmente dará el salto al Sistema Solar exterior, ya no con una sonda que viaje como"polizón"en una sonda norteamericana, como fue la Hyugens, sino por si misma, con sus propias metas y sus propios objetivo.
Tras el lanzamiento, Juice efectuará cinco sobrevuelos con asistencia
gravitatoria en total, uno con Marte, otro en Venus, y tres en la Tierra, para adquirir la trayectoria y velocidad necesaria para saltar a Júpiter. Un largo viaje, ya que despegando en 2022, no entrará en órbita alrededor del gigante joviano hasta 2029. Mucha paciencia deberemos tener con ella.
A diferencia de la Europa Clipper de la NASA, Juice no se centrará en Europa (aunque la sobrevolará en varias ocasiones), sino en Ganímedes, la mayor de las lunas jovianas (y del Sistema Solar), llegando a entrar en órbita alrededor de ella en su fase final de actividad, siendo la primera sonda en hacerlo con una luna que no sea la terrestre. Eso le permitirá evitar las zonas más mortíferas del los cinturones de radiación, extendiendo así su vida útil. Además Ganímedes posiblemente cuenta también con un océano subterráneo, por lo que resulta igualmente interesante desde el punto de vista científico, por lo que realizará un estudio en profundidad de ella.
Así cambió 67P/Churyumov–Gerasimenko durante su aproximación al Sol. Ya han pasado el tiempo desde que la ya legendaria sonda Rosetta puso final a su larga odisea, una aventura maravillosa durante la cual acompañó a este cometa en su viaje alrededor del Sol, pudiendo observar desde un punto de vista absolutamente privilegiado su despertar, la expansión de su actividad hasta llegar a su clímax, y posteriormente como lentamente se fue apagando. En resumen, por primera vez disponemos de una observación completa, continua y desde corta distancia, del "ciclo vital" de un cuerpo celeste de esta clase. Un torrente de imágenes y datos científicos, un mar de información donde los investigadores sigue buceando hoy día, como si de una exploración virtual se tratara destinada a no terminar nunca del todo. Y como resultado se siguen publicando estudios a partir del legado de Rosetta. Los dos últimos, publicados en Science y Nature Astronomy, resumen los cambios vividos en la superficie del cometa, donde la intensa actividad se tradujo en numerosas fracturas en crecimiento, colapsos de acantilados y enormes rocas rodantes. El material en movimiento enterró algunas características en la superficie del cometa mientras dejaba al descubierto otras, algo esto último que podría estar relacionado con los estallidos observados durante los momentos de actividad máxima."A medida que
los cometas se acercan al Sol, exhiben
cambios espectaculares en su superficie", explia Ramy El-Maarry, miembro del equipo científico de Rosetta "Esto es algo que no pudimos apreciar
realmente antes de esta misión, que nos dio la oportunidad de
mirar un cometa en ultra alta resolución por más de dos años". La mayoría de
los cometas orbitan nuestra estrella en órbitas altamente elíptica,s que les
hacen pasar la mayor parte de su tiempo en el sistema solar externo, donde las temperaturas
extremadamente frías los mantiene "dormidos".Cuando finalmente se aproximan, la luz solar comienza a calentar el hielo, tanto superficial como subterráneo, hasta que finalmente puede sublimarse rápidamente (directamente de sólido a gas). Este
proceso puede ocurrir con grados variables de intensidad
y escalas de tiempo, provocando que la superficie cambie rápidamente. Entre
agosto de 2014 y septiembre de 2016, fue esto lo que Rosetta pudo observar con pleno detalle.
"Vimos el colapso de un enorme acantilado y como una gran grieta en el cuello del
cometa se hizo más y más grande, indicando que el cometa podría dividirse algún día", explica El-Maarry, indicando que se había ampliado unos 30 metros desde la llegada de Rosetta. "Y
descubrimos que piedras del tamaño de un camión grande podrían ser
movidas a través de la superficie varios centenares de metros". Ese fue el caso de una gran roca, de unos 30 metros de diámetro y una masa estimada de 130.000 Kilogramos, que se desplazó 140 metros desde su posición inicial, posiblemente por efecto de varios estallidos de actividad registrados en sus inmediaciones.
"Entender cómo
los cometas cambian y evolucionan con el tiempo no da una idea
importante de los tipos y la abundancia de helados que contienen, y
cuánto tiempo pueden permanecer cerca del Sol
antes de perder todo el hielo y convertirse en bolas de polvo. Esto nos ofrecerá un mejor entendimiento de las condiciones existentes en el Sistema Solar temprano, y posiblemente también como empezó la vida". Rosetta y Philae duermen ya en la superficie de este cometa, pero sus descubrimientos están lejos de haber terminado. Día a día, año a año, el estudio de toda la información que lograron reunir y enviarnos durante esa etapa maravillosa seguirá ofreciéndonos nuevas sorpresas, desvelando las mil caras del cometa.
Una de los mayores estallidos de actividad registrados por Rosetta para que estuvo relacionada directamente con el derrumbe en un acantilado en la región de Seth, en el lóbulo mayor, que dejó al descubierto materiales volátiles que se sublimaron de forma explosiva.
Otros ejemplos de colapsos en los barrancos de Churyumov–Gerasimenko.
La gran roca de 30 metros de diámetro que la actividad del cometa desplazó unos 140 metros de su posición original. Aunque la tenue gravedad facilitó el movimiento, no deja de ser un salto espectacular.
Una recopilación de los innumerables cambios registrados por Rosetta en la superficie del cometa.