Presentados los resultados de la última visita a Titán.
En 2017 Cassini nos dejó para siempre, pero como fue habitual en ella, no dejó de trabajar y ofrecer nueva información y pistas sobre las maravillas del sistema de Saturno. Y una de ellas, en su conjunto, era la mayor de sus lunas, una especie de Tierra congelada en el tiempo, regida por unos patrones climáticos y hidrológicos extrañamente parecidos a los de nuestro mundo, y que con sus extensos lagos, mares y ríos no puede generar una mayor fascinación. Solo Marte nos atrae más, y en buena parte porque está mucho más cerca. La distancia, a día de hoy, sigue siendo un obstáculo muy difícil de superar.
Por eso la último visita de Cassini, la última vez en que tendríamos la oportunidad de estudiarlo de cerca, representó un momento de gran tristeza, ya que se cerraba una puerta para quién sabe cuanto tiempo. Se aprovechó bien. Sus instrumentos trabajaron a pleno rendimiento, abarcando zonas no tan bien conocidas, especialmente donde parecen concentrarse los lagos más pequeños, y envió un nuevo tesoro de datos para su análisis. Un proceso lento, como sabemos, pero que ahora ofrecen los primeros resultados firmes. Y con algunas sorpresas.
La primera de ellas es que los lagos de metano de Titán, al menos alguno de ellos, son realmente profundos, quizás hasta 100 metros o más. Es decir, no son simples acumulaciones superficiales, sino que estamos ante formaciones líquidas en el más amplio sentido de la palabra, como lo son las terrestres. Eso ofrece nuevas pistas sobre como funciona exactamente el sistema hidrológico de este mundo, como el metano se evapora, llueve y se filtra por la superficie.
La segunda es su composición. Ya sabíamos que los mares norteños estaban llenos de metano. Pero los científicos se sorprendieron al descubrir que los lagos mucho más pequeño también estaban llenos de este elemento, en lugar de etano, un hidrocarburo más pesado del que se daba por descontada su presencia. Anteriormente Cassini pudo explorar Ontario Lacus, el único lago importante en el hemisferio sur, y allí encontraron una mezcla aproximadamente igual de metano y etano. Nuevamente, esta diferencia ofrece pistas y misterios sobre como funciona el "tiempo" meteorológico."Cada vez que hacemos descubrimientos en Titán, se vuelve más y más misterioso. Pero estas nuevas mediciones ayudan a dar respuesta a algunas preguntas clave. Ahora podemos entender mejor su hidrología".
Y la tercera es que los datos de radar mostraron con toda claridad hasta que punto son diferentes el este y oeste de Titán, al menos cuando hablamos del hemisferio norte. En el oeste hay pequeños lagos, algunos de no más de 15-20 kilómetros de diámetro. Se ubican por encima del nivel del mar, en lo alto de grandes colinas y mesetas.
El lado este, sin embargo, está dominado por los grandes mares.¿Por qué es tan diferente?
"Es como si observaras el polo norte de la Tierra y pudieras ver que América del Norte tiene un entorno geológico completamente diferente para los cuerpos líquidos que Asia", dijo el coautor del estudio Jonathan Lunine, científico de Cassini de la Universidad de Cornell.
Pero aún hay más. Los nuevos datos también muestran la posible existencia de lagos transitorios, donde tanto el radar como las imágenes en infrarrojo indican que sus niveles de líquido fluctuan significativamente en cortos períodos de tiempo, quizás relacionado con los cambios estacionales o por la infiltración del metano en el subsuelo. No lo sabemos, y quién sabe si lo sabremos algún día en un futuro cercano.
Muchas respuesta, pero también un número igual de enigmas. Y a diferencia de Marte, "condenado" a la atención humana con cierta regularidad, Titán queda lejos. Muy lejos. Ojala algún día otros exploradores recogan el testigo allí donde Cassini lo dejó.
El lago Otjikoto, en Namibia, se formó cuando el agua de lluvia disolvió la roca caliza. Los científicos piensan que un proceso similar con hidrocarburos en lugar de agua forma los lagos en el lado este de Titán.
Ontario Lacu, el primer lago confirmado por Cassini después de su llegada al sistema de Saturno.
Grandes mares al oeste, una constelación de pequeños lago al este. Así se distribuyen en el hemisferio norte, mostrando una separación clara. La geología y cambios en los ciclos hidrológicos de un lado y otra pueden estar detrás de esta diferencia tan clara.
Methane-Filled Lakes on Titan are "Surprisingly Deep"
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sábado, abril 20, 2019
miércoles, enero 30, 2019
En los rojos cielos de Titán
Dando forma a un posible futuro helicóptero"titánico".
¿Asistiremos algún día al espectáculo de ver volando en los cielos de esta luna, explorando sus tierras y mares? Puede parecer un sueño, pero para los ingenieros del Johns Hopkins Applied Physics Lab (APL) es una realidad plausible, tan cercana (o tan lejana, según como lo queramos ver) como 2034. Y es que ese año, si es el proyecto elegido para ser la nueva misión de clase New Frontiers de la NASA, llegaría a este mundo extraño al mismo tiempo que familiar un explorador único. Su nombre, Dragonfly.
Un helicóptero en Titán. Este es el extraordinario concepto de esta posible misión, y de la que ahora tenemos un primer concepto visual detallado de lo que podría ser su aspecto final. Este viajero estaría diseñado para tomar muestras de materiales de superficie y medir su composición, explorarando una variedad de ubicaciones para caracterizar la posible habitabilidad del entorno, investigando hasta donde llegó la progresión de la química prebiótica e incluso buscando indicios químicos de una hipotética vida. Los instrumentos que recopilarían esta información están en desarrollo y se están probando en condiciones similares a las de Titán.
"Dragonfly ofrece la capacidad revolucionaria de visitar varios sitios en la superficie de Titán, a decenas de cientos de Kilómetros de distancia", explica Elizabeth Turtle, investigadora principal."En cualquiera de estos sitios, su conjunto de instrumentos podría ayudarnos a responder preguntas científicas clave en disciplinas que incluyen química prebiótica y astrobiología, meteorología, geofísica y geomorfología". El equipo Dragonfly está utilizando esta etapa de su estudio, denominada "fase A" en el lenguaje de la NASA, para desarrollar y demostrar aspectos de esa carga útil, desde el taladro para extraer las muestras hasta un espectrómetro de rayos gamma para desvelar la composición de los lugares de aterrizaje, pasando por su sistema de cámaras, geófonos y sismómetros.
La sonda Huygens, la única sonda que haya aterrizado en Titán hasta la fecha, es todo un referente, y ya que demostró el potencial de las imágenes aéreas y terrestres utilizando la luz rojiza ambiental de la luna. Dragonfly también utilizará LEDs para proporcionar imágenes nocturnas, y iluminación ultravioleta para caracterizar los sedimentos orgánicos y los productos de hidrólisis por fluorescencia.
Todo esto es solo una posiblidad, ya que Dragonfly aún tiene que ganarse el derecho a ser una realidad. Este Verano deberemos tener la respuesta definitiva. Hasta entonces, soñemos con volar en los rojizos cielos de Titán.
Volando en los cielos de otro mundo.
Eyes on Titan: Dragonfly Team Shapes Science Instrument Payload
¿Asistiremos algún día al espectáculo de ver volando en los cielos de esta luna, explorando sus tierras y mares? Puede parecer un sueño, pero para los ingenieros del Johns Hopkins Applied Physics Lab (APL) es una realidad plausible, tan cercana (o tan lejana, según como lo queramos ver) como 2034. Y es que ese año, si es el proyecto elegido para ser la nueva misión de clase New Frontiers de la NASA, llegaría a este mundo extraño al mismo tiempo que familiar un explorador único. Su nombre, Dragonfly.
Un helicóptero en Titán. Este es el extraordinario concepto de esta posible misión, y de la que ahora tenemos un primer concepto visual detallado de lo que podría ser su aspecto final. Este viajero estaría diseñado para tomar muestras de materiales de superficie y medir su composición, explorarando una variedad de ubicaciones para caracterizar la posible habitabilidad del entorno, investigando hasta donde llegó la progresión de la química prebiótica e incluso buscando indicios químicos de una hipotética vida. Los instrumentos que recopilarían esta información están en desarrollo y se están probando en condiciones similares a las de Titán.
"Dragonfly ofrece la capacidad revolucionaria de visitar varios sitios en la superficie de Titán, a decenas de cientos de Kilómetros de distancia", explica Elizabeth Turtle, investigadora principal."En cualquiera de estos sitios, su conjunto de instrumentos podría ayudarnos a responder preguntas científicas clave en disciplinas que incluyen química prebiótica y astrobiología, meteorología, geofísica y geomorfología". El equipo Dragonfly está utilizando esta etapa de su estudio, denominada "fase A" en el lenguaje de la NASA, para desarrollar y demostrar aspectos de esa carga útil, desde el taladro para extraer las muestras hasta un espectrómetro de rayos gamma para desvelar la composición de los lugares de aterrizaje, pasando por su sistema de cámaras, geófonos y sismómetros.
La sonda Huygens, la única sonda que haya aterrizado en Titán hasta la fecha, es todo un referente, y ya que demostró el potencial de las imágenes aéreas y terrestres utilizando la luz rojiza ambiental de la luna. Dragonfly también utilizará LEDs para proporcionar imágenes nocturnas, y iluminación ultravioleta para caracterizar los sedimentos orgánicos y los productos de hidrólisis por fluorescencia.
Todo esto es solo una posiblidad, ya que Dragonfly aún tiene que ganarse el derecho a ser una realidad. Este Verano deberemos tener la respuesta definitiva. Hasta entonces, soñemos con volar en los rojizos cielos de Titán.
Eyes on Titan: Dragonfly Team Shapes Science Instrument Payload
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