Revelando nuevos detalles de Plutón desde las sombras del ocaso.
Una misión de sobrevuelo no ofrece segundas oportunidades, ni permite, en caso de detectarse algún detalle potencialmente interesante, programar una nueva tanda de observaciones posteriores, como si ocurre con una orbital. No pocos habríamos sacrificado la oportunidad de adentrarnos más en el Cinturón de Kuiper a cambio de hacer frenar a la New Horizons lo suficiente para que Plutón la atrapara con su tenue lazo gravitatorio. Evidentemente eso no era posible por razones ya explicadas, pero soñar es gratis. A diferencia de lograr enviar una sonda a tan bastas distancias, en las condiciones que sea.
Por eso mismo, porque es eso o nada, cada imagen que llega a la Tierra es un tesoro, un conjunto de información lista para ser explorada una y otra vez, aplicando todo tipo técnicas visuales y modelos teóricos, siempre con la idea de ir un poco más allá, aunque solo sean unos pocos píxeles más. No es que no se haga en cualquier misión, sea cual sea su naturaleza, pero con New Horizons, por sus circunstancia, esa necesidad se agudiza. Incluso en aquellas que, aunque hermosas, no muestran la explosión de paisajes extraños y llenos de misterios que vemos en otras.
Este es el caso de las que se tomaron 19 minutos después del momento de mínima distancia, cuando el Sol se encontraba casi al otro lado de Plutón desde el punto de vista de la sonda, y el planeta (enano) mostraba su cara nocturno. En la practica un eclipse, que permitía ver su compleja atmósfera en detalle, con sus innumerables capas de neblina. Pero esta "mirada hacia atrás" dio a los científicos de la misión mucha más información de lo que puede parecer, no solo de la atmósfera, sino de propiedades de la superficie que no se pudieron conseguir con imágenes más directas, ya que corresponden a zonas que en el momento del sobrevuelo se encontraban en el hemisferio opuesto al que pudimos contemplar ese 14 de Julio de 2015.
El recuadro en la parte inferior izquierda muestra detalles especialmente interesantes de la cara nocturna de Plutón, con su silueta visible gracias a la iluminada atmósfera de ocaso, especialmente por las famosas neblinas, que dispersan la luz solar. La topografía se muestra abrupta, con amplios valles y afilados picos, con un detalle que mejoran ampliamente lo que nos ofrecieron las imágenes en baja resolución obtenidas de la zona varios días antes de la llegada, y que eran las mejores posibles dadas las circunstancias. Con ella los científicos de la New Horizons disponen ahora una rara y detallada visión de esa zona desconocida, tan escondida cuando la veíamos de cara, pero ahora en alta resolución bajo la luz del crepúsculo.
Y también revela enigmas de la atmósfera. El recuadro en la parte inferior derecha muestra en detalle de la "media luna", que incluye un intrigante "mechón" brillante, de decenas de Kilómetros de diámetro, que quizás podría tratarse de una amplia nube. Los modelos atmosféricos actuales sugieren que nubes de metano podrían realmente formarse, y existen otras imágenes que sugieren esta posibilidad, por lo que, si realmente esta es su naturaleza, sería la mejor visión lograda por la New Horizons de este fenómeno. Y es que en ocasiones, entre las sombras de la penumbra, podemos encontrar las joyas más inesperadas.
¿Una gran nube flotando sobre la superficie? El ángulo de iluminación hace resaltar los detalle y que posibles estructuras atmosféricas brillen con especial notoriedad, haciéndolas visibles.
Parte de Plutón solo pudo ser observado a baja resolución entre 24 y 48 horas antes del encuentro. Las observaciones realizadas a posterior, bajo la luz del crepúsculo y con su horizonte recontándose en la iluminada atmósfera, permite a los científicos de la misión una compresión mucho más detallada de la región.
Secretos en la penumbra.
Secrets Revealed from Pluto’s ‘Twilight Zone’
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