miércoles, junio 29, 2016

Bailando con la oscuridad

Observando el centro de nuestra galaxia con el instrumento GRAVITY.

Podemos utilizar muchas expresiones para definir lo que entendemos por un agujero negro. Una de ellas sería la de un abismo sin fondo, de un pozo gravitatorio del que nada, una vez cruzada su frontera final, puede escapar. De la oscuridad más profunda. Por eso quizás el nombre escogido para uno de los prodigios tecnológicos que más recientemente se han añadido al arsenal de los observatorios terrestres, y que permitirá realizar observaciones y mediciones en el espacio profundo con una precisión hasta ahora no soñada, llevando la interferómetría (la técnica de combinar la luz de varios telescopios individuales para generar una común equivalente a un solo telescopio con el diámetro igual a la distancia que separa a los primeros) a un nuevo nivel, y que tiene el el monstruo que habita el centro de la Vía Láctea una de sus metas principales, no puede ser más acertado.

Conocido como GRAVITY, y operando con las cuatro Unidades de Telescopio (UT) de 8,2 metros del Very Large Telescope (VLT) de la ESO, recientemente realizó las primeras observaciones de la región que rodea al gran agujero negro del centro galáctico, conocido como Sgr A, dejando así una pincelada de lo que puede ser capaz de ofrecernos. La atención se centro en una estrella conocida como S2, que se encuentra en órbita alrededor del agujero negro (más allá del horizonte de sucesos, estos cuerpos actúan sobre su entorno como cualquier otro cuerpo masivo) en el centro de nuestra galaxia. Tan potente es GRAVITY que captó la luz de la débil estrella en tan sólo unos minutos de observación.

Esto tiene una gran trascendencia, porque a partir de los parámetros orbitales de un cuerpo que gira alrededor de otro, es posible extrapolar datos de este últimos. Y como este instrumento nos ofrecerá mediciones ultra-precisas del movimiento de S2 (equivalente a medir la posición de un objeto en la Luna con una exactitud de centímetros), podremos saber mucho más del oscuro abismo alrededor del cual se mueve, como su masa, así como determinar si el movimiento alrededor del agujero negro se ajusta o no a las predicciones de la teoría de la relatividad general de Einstein. "Fue un momento fantástico para todo el equipo cuando captamos la superposición de la luz emitida por la estrella por primera vez, después de ocho años de arduo trabajo", comenta el científico a cargo de GRAVITY Frank Eisenhauer del Instituto Max Planck de Física Extraterrestre en Garching, Alemania."En primer lugar estabilizamos de forma activa la interferencia en una estrella brillante cercana, y luego sólo unos pocos minutos más tarde pudimos ver la interferencia proveniente de la débil estrella (seguido de numerosos choques de manos)". A primera vista, ni la estrella de referencia, ni la estrella en órbita tienen compañeros masivos que pudiesen complicar las observaciones y el análisis. "Son sondas ideales", explica Eisenhauer.

Y no puede llegar en mejor momento, ya que S2 se está precipitando a velocidades crecientes hasta el punto de su órbita más cercano a Sgr A. Será en 2018 cuando se sitúe a solo 17 Horas-luz del borde de la nada. Y aunque ese es una separación mucho mayor de la que existe, por ejemplo, entre el Sol y Júpiter, ese monstruo es tan masivo que la estrella se moverá entonces a 30 millones de kilómetros por hora, o lo que es lo mismos a 2,5% de la velocidad de la luz. En esos momentos los efectos relativistas, como el desplazamiento al rojo de la luz de este estrella y el de su órbita respecto a una elipse ideal (como el caso de Mercurio, pero 6.500 veces mayor) serán más evidentes. De no haber estado disponible, habríamos tenido que esperar otros 16 años, el tiempo que tarda S2 en completar una órbita.

No será ese el caso. Los telescopios del Very Large Telescope y GRAVITY estarán ahí para ver como esta estrella se mueve cerca del abismo, acelerando hasta velocidades extraordinarias antes de alejarse de nuevo, como si bailara con la oscuridad más profunda y aterradora.

El viaje de S2, que tendrá en 2018 su momento culminante. GRAVITY estará esperando.

Los 4 telescopios de 8.2 metros del Very Large Telescope y el recientemente instalado GRAVITY, que combina la luz de todos ellos. Un equipo que deberá llevarnos al borde del abismo que existe en el centro de la Vía Láctea.

Primeras observaciones exitosas con el instrumento GRAVITY al centro galáctico

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