Todos los ojos están ya puestos sobre Júpiter, ahora que la cuenta atrás para la llegada de Juno se acerca a su momento culminante. Y no solo por parte del equipo en tierra de la sonda y las antenas de seguimiento de la NASA. Diversos observatorios terrestres, junto con aficionados de todo el mundo, han combinando sus esfuerzos para allanarle el camino, no tanto en su maniobra de llegada e inserción orbital, sino para el día después cuando llegue la hora desplegar toda su capacidad científica en el relativamente corto espacio que dispondrá para ello. Sus aportes ayudarán al equipo de Juno en la selección y programación de las diversas objetivos.
El mayor fruto de todo ello es el espectacular mapa en infrarrojos ofrecido por el instrumento VISIR, instalado en el Very Large Telescope. "Los esfuerzos mancomunados de un equipo internacional de astrónomos profesionales y aficionados, nos han proporcionado un magnífico conjunto de datos durante los últimos ocho meses. Junto con los nuevos resultados de Juno, la serie de datos VISIR, en particular, permitirá a los investigadores caracterizar la estructura térmica global, la cobertura de nubes y distribución de una variedad de gases presentes en Júpiter", explica Glenn Orton, líder de la campaña terrestre de apoyo a la misión Juno.
Aunque puede parecer sorprendente, ya que las sondas interplanetaria no tiene las limitaciones de los observatorios terrestres, entre ellos el tener que superar la turbulenta atmósfera de nuestro planeta, lo cierto es que siguen siendo más que importantes para planificar estas misiones a otros mundos, ofreciendo datos que permiten ajustar la trayectoria de estas, así como planificar su campaña científica. "Estos mapas ayudarán a definir el escenario que Juno registrará en los próximos meses. Las observaciones en diferentes longitudes de onda a través del espectro infrarrojo nos permitirán conformar una imagen tridimensional de cómo la energía y el material son transportados hacia arriba, a través de la atmósfera", explica el astrónomo Leigh Fletcher de la Universidad de Leicester, Reino Unido.
La captura de imágenes nítidas es uno de los mayores desafíos que enfrentan los telescopios terrestres, ya que la atmósfera terrestres es cualquier cosa menos tranquila y transparente. El parpadeo de las estrellas en la noche, que nunca se detiene y es fruto de dichas turbulencias, es un ejemplo claro de ello. Existen diversas técnicas para superar esta barrera. Y en el caso de las ahora obtenidas de Júpiter, se utilizó la conocida como lucky imaging (imagen afortunada), tan simple como complicada: Se toman miles de imágenes individuales, se seleccionan las menos afectadas por las turbulencias atmosféricas, que posteriormente son alineadas y combinadas para producir las asombrosas imágenes finales, como es el ahora el caso.
Una combinación afortunada para una sonda que necesitará de toda la suerte del mundo ante el tremendo, y al final mortal, reto se sumergirse en los letales campos de radiación de Júpiter y aproximarse a su nubosa superficie como nunca jamás se había hecho antes. Esperemos que la fortuna, al igual que estas imágenes, sean capaces de estar a su lado cuando llegue el momento.
Comparación de Júpiter en infrarrojos y el luz visible.
Que la fortuna esté contigo, Juno.
Júpiter espera la llegada de Juno
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