Ser capaz de fotografiar un evento transitorio en Marte es cuestión de pura suerte. Al no poder controlarse en tiempo real desde la Tierra, ya que el desfase de tiempo en las comunicaciones entre ambos mundos es siempre demasiado alto, lo que se hace es enviar unas serie de comandos al explorador, que una vez recibidos ejecutará de forma autónoma. Para los controladores en tierra no queda otra opción que esperar que los resultados les sean transmitidos muchas horas después. Es entonces cuando pueden ver si realizó las operaciones científicas ordenadas y si movió como estaba previsto, algo que pueden estimar a partir de las imágenes de la cámara de navegación, que realiza una serie de tomas en círculo una vez concluido en desplazamiento del día.
Este control en diferido impide reaccionar a fenómenos muy concretos, que suelen pasar de largo sin que muchas veces lleguemos a saber nunca de su existencia. Pero en ocasiones contadas la suerte le sonríe, y "algo" está teniendo lugar cerca de el cuando realiza las tomas de navegación. Así ocurrió el pasado 31 de Marzo, cuando Opportunity realizó dicha operación. Y lo que captó su Navcam es uno de los fenómenos más conocidos de la meteorología marciana, un gran Dust Devil, un tornado de polvo generado por la rotación y ascenso de una columna de aire caliente.
Su espectacularidad se vio aumentada por la perspectiva con la que Opportunity lo pudo observar: Desde un punto más elevado que el de la llanura del cráter Endeavour por el que este tornado se movía. Moviéndose sobre las empinadas laderas de Marathon Valley, en su duro intento de alcanzar "Knudsen Ridge", nuestro veterano amigo tenía una visión privilegiada de su entorno. Y en esta ocasión Marte pareció querer reconocerle el esfuerzo con esta maravillosa visión.
Los Dust Devil son frecuentes en Marte, mucho más que en la Tierra, y son uno de los elementos climáticos más activos a la hora de alterar la superficie. Sin embargo Opportunity nunca tuvo tanta suerte en su observación como su hermano Spirit, que los capto de forma reiterada, especialmente porque la región por donde se desplazaba, el cráter Gustav, era aparentemente más propicia para su formación. A Opportunity, en cambio, lo esquivaban, y en pocas ocasiones pudo llegar a captarlos, apenas como una sombra difusa. Hasta ahora. Y es que después de 12 años en el planeta rojo, superando todos los retos y logrando todos los objetivos, hasta estos diablos marcianos debían finalmente rendirse ante el. Una nueva medalla, y ya son muchas, para nuestro maravilloso explorador casi eterno. Y que así siga muchos años más.
Cuando rugue el tornado. Aunque espectaculares, los Dust Devil son relativamente inofensivos debido a lo poco denso del aire marciano, hasta el punto que parte Spirit fueron directamente una bendición, que le ayudaron a sobrevivir mucho más de lo que las difíciles condiciones climáticas de Gustav hacían imaginar.
Opportunity's Devilish View from on High
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