Las podemos ver cruzar la oscuridad del firmamento nocturno, brillantes, hermosas, silenciosas. Aunque esto último no tanto como parece, tal como podemos apreciar en este vídeo, que recoge el eco de dos meteoros mientras se incineraban en la atmósfera y que fueron captadas por la U.S. Air Force Space Surveillance Radar situada en Texas. Si bien la emisión es en forma de ondas electromagnéticas, aquí se convierten en sonido para poder disfrutar del momento.
El primero de ellos lo encontramos en 0:20. Un rápido zumbido (el del paso del propio meteoro) seguido por un sonido agudo que se extiende varios segundos más, posiblemente la emisión procedente del rastro de aire ionizado que deja tras de si el fugaz visitante. El segundo ocurre en 0:39 y, como en anterior, se repite el mismo patrón. Igualmente se escucha lo que posiblemente es el fondo de microondas, los ecos del Big Bang.
Ambos formaban parte de las Perseidas, que aparecen durante la segunda mitad de Julio y la primera de Agosto, cuando La Tierra cruza por el resto dejado por el cometa Swift-Tuttle, barriendo a su paso muchas de las pequeñas partículas que recorren la órbita de su cuerpo de origen y haciendo que se precipiten hacia nuestra atmósfera.
Recorren en firmamento como chispas de luz, ofreciéndonos su último y hermoso destello. Y también, aunque nuestros oídos lo puedan captarlo, sus últimas palabras antes del silencio.
El cometa Swift-Tuttle, con un núcleo de 27 Kilómetros y un periodo orbital de 133 años. El rastro que deja tras de si es el origen de las Perseidas, también conocidas como Lágrimas de San Lorenzo.
En su viaje alrededor del Sol, nuestro planeta se cruza con el rastro de Swift-Tuttle siempre en la misma época del año, motivo por el cual las Perseidas se repiten siempre en el mismo momento. Lo mismo ocurre con el resto de lluvias de estrellas anuales.
¿Cómo suenan los meteoros? ¿A qué huelen las nubes?
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