Esta visualización de la BBC nos plantea precisamente un viaje entre ambas fronteras, desde lo más gélido a lo más caliente conocido, desde las temperaturas en una erupción volcánica a las que se registran en el núcleo del Sol, en la superficie de algunos planetas o en los principios mismos del Universo, pasando por la mayor generadas por el Ser Humano, desde explosiones termonucleares hasta experimentos de laboratorio, pasando por elementos comunes como la quema de combustibles fósiles o el simple acto de encender un fuego o cocinar algo en un horno.
Es, en definitiva, un viaje desde la falta absoluta de movimiento al movimiento absoluto, ya que la temperatura no deja de ser una medición de la energía cinética media que existe en las partículas de un sistema. Lo que significa que no existe realmente nada que pueda llamarse frío, ya que se trata simplemente de la ausencia de calor, de movimiento atómico. Enfriar algo significa extraer de un conjunto de átomos su energía cinética, como podemos comprobar, por ejemplo, en la parte trasera de un frigorífico o en el tubo de aire caliente de un aparato de aire acondicionado, ya que es así precisamente como funcionan estos aparatos: Simplemente desplazan la energía de un sistema a otro.
Frío y calor, las 2 caras de una misma moneda. Y ambas caras son en realidad la misma.
Te hemos pillado el truco, Mr. Freeze.
Todo es movimiento.
The Hottest And Coldest Temperatures Allowed By Conventional Physics
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